122 años del Bund, el movimiento de izquierda judío
El 7 de octubre de 1897, el mismo año que se realizó el Primer Congreso Sionista, se fundó el BUND, uno de los más importantes y masivos movimientos políticos socialistas judíos de la modernidad que se encontraba en las antípodas del pensamiento sionista y de las tendencias centralistas del bolcheviquismo ruso.
El acróstico Bund significa la Unión General de Trabajadores Judíos de Rusia, Lituania y Polonia, era de orientación socialista y autonomista, exigía justicia e igualdad económica y social para los judíos del imperio ruso, y demandaba derechos políticos para los judíos como individuos y como pueblo.
El Bund fue un partido socialista secular que se oponía a la vida tradicional de los judíos en Rusia, se veía a sì mismo como una organización federal de varios territorios, era un movimiento laboral y nacional cuya lucha abarcaba tres frentes:
El primero representaba la lucha socialista contra el capital y las fuerzas reaccionarias de la burguesía clásica, tanto en la sociedad general como en la judía.
En segundo lugar se encontraba la lucha por los derechos civiles judíos que debía ser interpretada como la lucha por mantener la identidad nacional de los judíos: el derecho a la educación en la lengua Ydish y a la cultura popular judía secular, el Ydish era el idioma del pueblo y expresaba su sentimiento nacional.
En tercer lugar el Bund se oponía férreamente a la solución territorial nacional del sionismo, el movimiento bregaba por una asociación de organizaciones nacionales socialdemócratas en la que cada naciòn debía ejercer su autonomía y su propia acción cultural. Cada judío debía luchar por su liberación nacional y cultural en su país de residencia.
Durante su trayectoria en las postrimerías de la Rusia zarista y luego en la Unión Soviética, el Bund, como representante de los trabajadores judíos, sufrió todo tipo de avatares: fue severamente perseguido por las autoridades zaristas, participó con las armas en la frustrada revolución de 1905, organizó la autonomía cultural judía en tiempos de los mencheviques y de los bolcheviques, y sus miembros fueron a luchar contra la Alemania militarista de la Primera Guerra Mundial.
Al independizarse Lituania y Polonia, el Bund se transformó en una fuerza arrolladora en estos países, su tarea social, educativa, cultural, su lucha en afianzar la fortaleza de los trabajadores judíos, y su combate contra el antisemitismo, hicieron del Bund un movimiento de más de 2.000.000 de adeptos en toda la Europa del Este.
Durante la Segunda Guerra Mundial, en los días de la Shoá, varios grupos clandestinos del Bund lucharon contra los nazis. En el gueto de Varsovia, organizaciones bundistas publicaron periódicos clandestinos. Cuando se organizó la Lucha Judía Armada en el levantamiento del gueto, el Bund integro la rebelión como un brazo armado más.
El genocidio perpetrado contra los judíos polacos durante la Shoá significó la muerte de gran parte de los seguidores del Bund y también causó la emigración de miles de sobrevivientes hacia Amèrica e Israel.
Aun así, el Bund participó en las elecciones polacas de 1947 en una coalición con el Partido Socialista Polaco, obteniendo su único puesto parlamentario en la historia polaca. Bajo la presión y la persecución de las autoridades comunistas, los líderes bundistas dieron fin al partido en 1949 a pesar de la oposición de muchos activistas. Uno de ellos fue el líder Marek Edelman quién en 1976 se volvió un activista del Comité de Defensa a los Trabajadores, y luego del movimiento Solidaridad. Fue miembro del parlamento polaco de 1989 a 1993.
Al surgir el Estado de Israel el Bund continuó su firme oposición al sionismo y al Estado, descartó que el nuevo país fuera el hogar del pueblo judío. Recién en 1959 participó como expresión política en las elecciones israelíes para la cuarta Kneset.
En Estados Unidos el Bund tuvo una destacada labor política y sindical, en la década de los treinta tuvo mucho peso en la formación de los primeros sindicatos judíos, especialmente en el rubro del vestido. Hoy en día es una fuerza política minoritaria en las comunidades judías, durante su rica trayectoria la presencia bundista dejó su impronta en comunidades como Canadá, Australia, y en varios países latinoamericanos como México y Argentina.
Por el profesor Yehuda Krell
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