“Un robot no puede tener `intención´ a la hora de escribir un Sefer Torá”
El sofer (escriba) de la Torá, Sebastian Grimberg, hizo referencia a la posibilidad de que un robot sea capaz de escribir los rollos del libro sagrado del judaísmo, y profundizó en los límites en los que la tecnología no puede reemplazar al ser humano.
“La tradición de nuestro pueblo una vez más demuestra tener una sabiduría que viene desde hace muchos años. El ‘qué sí y qué no’ ya está analizado hace miles de años. La tecnología a los sofrim nos ha llegado y nos permite usarla para determinadas cosas y para otras no”, comenzó explicando Grimberg.
Y profundizó: “La línea que separa dónde la tecnología puede cambiar la tradición y dónde no es en qué es lo que pasa a formar parte del ‘producto final Sefer Torá’. En aquello que es parte del rollo, la tradición judía manda mantenernos aferrados a la cuestión tradicional, y aquello que es una herramienta del sofer, o sea lo que necesita para poder escribir, ahí es donde la tecnología o la modernidad , y entre ellos los robots, nos pueden llegar a ayudar.”
A continuación detalló el Sofer que “un sefer torá se compone de pergamino (klaf), que tiene que estar fabricado bajos determinadas normas, tiene que ser de determinados animales, y con una determinada kavaná (intención), o sea, que se fabrique para que sea un sefer torá. También necesita tinta, la fórmula de la tinta tiene ya miles de años, tiene que ser de una determinada manera y eso también es parte del sefer torá y no se puede cambiar. Otro elemento que es parte del sefer torá es el texto, el texto los sofrim lo copiamos de un tikún, un libro que usamos de referencia, y por lo tanto no se puede cambiar tampoco.”
Y agregó: “Hay un elemento intangible que es parte del Sefer Torá, que es lo que llamamos kavaná. Qué es lo que pasa por aquella persona que lo está escribiendo, es la exposición a la santidad, es saber que está escribiendo hoy un pergamino que va a ser leído por cientos de años, por miles y miles de personas… Todo eso tiene una santidad que cuando uno la tiene en mente es lo que llamamos kavaná. Un sofer debe escribirlo con esta intención en su alma, en su corazón, la tiene que sentir y pensar, pero además lo debe decir de manera manifiesta que está escribiendo por la sacralidad que tiene un sefer torá. La kavaná constituye un elemento más. Como aquello que es parte de ese libro de la torá debe mantenerse con la misma tradición con la cual fue creado, entonces la kavaná es algo que no se puede cambiar, no se puede reemplazar, y que es algo que una maquina no tiene.”
“Un Sefer Torá tiene 304.805 letras, tiene que estar cada una de esas letras. ¿Cómo hago para saber que están todas y que no me falto ninguna?
. En la antigüedad los sofrim revisaban a mano y controlaban cada una de las letras. Hoy en día se usan computadoras, hay varios software que va escaneando las columnas y posteriormente le hace un reconocimiento de texto para corroborar su integridad”, precisó el experto en escritura de Rollos de la Torá, Mezuzot y otros textos sagrados.
“Otra herramienta del sofer es el kulmus, lo que sería una lapicera hoy en día, que puede ser una pluma o una caña.
Las plumas son herramientas del sofer, cualquier elemento que sea kasher, que no tenga ninguna impureza y que sirva a los efectos de poder ir moviendo la tinta y formando las letras se puede utilizar”, concluyó.
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