Un Sabio (y misterioso) Judío

En un cementerio Judío de Montevideo esta enterrada una de las personalidades mas misteriosas del Judaísmo. Alguien que nadie supo su verdadero nombre, ni siquiera sus miles de alumnos como el Rebe de Lubavitch, el Admor de Satmar Joel Teitelbaum, Elie Wiesel o Emmanuel Levinas.

Hace unos días se descubrió unos escritos de aquel genio quien solía combinar la Torah con las Matemáticas.
Nunca nadie supo su edad, de donde venia o que lo ponía contento. Lo único que se sabia era que era un ser sobrenatural que no conocía el verbo olvidar, todo lo que veía lo registraba.

Mar Shoshani, Monsieur Chouchani, Señor Ben Shoshan o como quieran apodarlo dominaba 30 idiomas a la perfección, sabia Filosofía, Matemáticas e Historia a nivel de profesoría.

Solía vestirse como un vagabundo y apestar de su olor, dicen que se veía como una mezcla de payaso y mendigo. Quien no lo conocía solía alejarse de el al verlo por la calle.

Se sabe que fue alumno del Rabino Abraham Kook en Jerusalem pero en cierto momento de su vida comenzó a andar por el mundo.

En los años ’30 vivió mucho por el norte de África y allí aprendió a la perfección el idioma Árabe y sobre el Coran. Durante la Segunda Guerra Mundial fue atrapado por la Gestapo en París y encarcelado al tratarse de un Rabino. En la cárcel, se la pasaba hablando en Árabe, les enseñaba Coran a los presos intentando convencer a las autoridades que era Musulmán.

Cuando le preguntaron sobre la circuncisión el les enseño que también en el Islam existe esa tradición y lo liberaron. Antes de irse, recibió una carta de disculpa de las autoridades Nazis apodándolo “Santo Musulmán”.

Luego de la guerra, se dedico a enseñar a sobrevivientes del Holocausto en los Campamentos de Transición para que lleguen a Israel sabiendo un poco de Torah.

En 1952 retorno a Israel y vivió en el Kibbutz religioso Beerot Itzjak.

A los 4 años, dejo el país y siguió recorriendo el mundo.

Falleció un Shabbat de 1968 en Uruguay mientras daba un seminario a instructores y maestros religiosos. En su bolsillo se encontró un papel dirigido a un Julio especifico de Suiza quien sabia acerca de su verdadera identidad pero quiso el destino y aquel Judío murió el mismo día y con ambos se fueron del mundo todos aquellos secretos.