Israel, el amigo deseado
Lior Ben Dor, responsable en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel de Egipto y el Norte de África (Magreb), habló sobre las paces conseguidas y las deseadas con los países árabes y del norte de África.
Tikun olam es el deseo de mejorar el mundo entero y una de las prioridades éticas y filosóficas principales del Estado de Israel. De ese espíritu nace su voluntad histórica para abrirse al mundo y mantener relaciones diplomáticas y comerciales con el concierto de las demás naciones.
“Al fin y al cabo, la paz es lo que nuestro corazón desea, pero no se debe perseguir sólo por razones políticas y económicas, sino también siguiendo imperativos morales e históricos.
Como solía decir Ben Gurión, la autoridad moral es también la base del poder”, expresa con meridiana claridad Shimón Peres en su libro “Soñar sin límites”.
Y esto es lo que se infiere y deduce de las palabras de Lior Ben Dor, otrora también Ministro consejero de Israel en la Argentina, cuando se refiere específicamente a las relaciones con Egipto y dice: “Con Egipto tenemos una paz muy buena, muy estable, pasaron cuarenta años de relaciones de paz (…) a pesar de los obstáculos y diferencias de opinión, pudimos siempre superarlo y seguir adelante porque a nivel estratégico ambos tenemos lazos, puntos que nos unen, ambos queremos siempre guardar la paz, la seguridad y la prosperidad para nuestros pueblos”.
Ante la pregunta si Israel y Egipto trabajan en conjunto, en cooperación respecto de la problemática de contrabando de armas en Gaza, explica Ben Dor, que Israel tiene frontera con la Franja de Gaza, Egipto también la tiene.
Egipto toma todas las medidas necesarias para frenar Gaza y para llegar a un entendimiento entre Hamás que controla Gaza y las otras facciones. Explica que Israel no entra directamente en todas las interlocuciones entre Egipto y Hamás pero da por supuesto que hay un trabajo coordinado con Egipto.
No quiere referirse al tema de los territorios del Sahara y la soberanía marroquí en los territorios occidentales “porque el mundo lo vió en las noticias y aún no tiene solución”, asevera, pero a su vez enfatiza que con Marruecos se tuvieron relaciones oficiales durante seis años, desde 1994 hasta el año 2000 en que, debido a la segunda intifada, Marruecos tomó la decisión de retirar su representación oficial de Tel Aviv, lo que originó la conducta recíproca e Israel retiró su representación de Rabat, la capital de Marruecos.
Sin embargo, hasta hoy Israel y Marruecos tienen contactos no oficiales y Ben Dor da el ejemplo de que alrededor de cuarenta o cincuenta mil israelíes visitan Marruecos como turistas cada año, por lo que fácilmente se infiere que Marruecos reconoce los documentos oficiales israelíes.
“Algunas empresas israelíes operan en Marruecos, por supuesto con la prudencia necesaria, a veces enfrentan críticas de parte de la oposición pero trabajan allí”.
Se comprende que hay contactos no por canales oficiales pero sí con la sociedad civil marroquí, “hemos recibido delegaciones y vendrán más”.
Respecto a cómo evalúa la visita de Netanyahu a los países de África y cómo puede ayudar eso a los países africanos que no tienen relación directa hasta el presente, con Israel, explica que “cada vez que Israel y el gobierno de Israel puede abrir puertas (…) lo hace, por supuesto que lo hace”.
Es categórico cuando se refiere a que establecer esas relaciones les sirve a ambos por estrategia, por convivencia y porque es bueno sentir y saber que estos países calculan según sus intereses, que les conviene abrir canales que generen relaciones diplomáticas con el Estado de Israel. “Abrir puertas es el trabajo del Ministerio de Relaciones Exteriores y en eso se está siempre”.
Refiriéndose a las repercusiones de la publicación del Plan de Paz de Donald Trump, relata con precisión, que algunos países moderados como Arabia Saudita, Marruecos, Egipto y Jordania, no lo rechazaron in límine ni mucho menos, que tuvieron algunas observaciones pero no relevantes y que, en principio lo apoyaron, pero como siempre ocurre, e Israel está acostumbrado, cuando se reunieron todos en la Liga Árabe, surgieron las negativas y “se endureció el lenguaje” porque es “la agenda conocida de la Liga árabe”.
“Me parece que todavía este Plan de Paz puede generar una nueva realidad para salir del estancamiento que vivimos en ese tema durante los últimos años”, expresa con esperanza Lior Ben Dor.
Por Gabriela Fernández Rosman para Radio Jai.
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