“Cuatro generaciones tienen naturalizado mamar de los pechos del estado”
Entrevistada por Radio Jai, la filósofa y docente Diana Cohen Agrest reflexionó acerca del concepto de la justicia social.
“La justicia social tiene que ver con la justicia distributiva, o sea, la capacidad de distribuir recursos a los distintos individuos de la sociedad. Se puede pensar en un criterio distributivo según la necesidad o por el principio de igualdad, que en el fondo es profundamente inequitativo” expresó.
“El principio de igualdad es darles a todos por igual, y otro el de equidad, es dar de tal manera que todos queden en una situación lo más equitativa posible”.
Agrest precisó que “cuando uno habla de asistencialismo se mezcla el concepto de necesidad, el de igualdad, el de contribución, y el tema del esfuerzo, o sea, cuánto se esfuerza esa persona para recibir lo que recibe”.
“En lo personal creo que hay que volver a la meritocracia, hacer un esfuerzo y tener un mérito para recibir lo que se recibe. Creo que el estudio es fundamental para igualar a las personas. Creo que es un error que se haya eliminado en la Argentina la contraprestación de presentar el certificado de estudios para recibir la ayuda escolar del estado. Eso abre la oportunidad al fraude o al engaño ya que la madre puede nunca presentar el certificado o presentar uno `trucho´, quitándole al chico la oportunidad de estudiar que es fundamental para tener igualdad de oportunidades respecto de los demás chicos”, dijo la fundadora y presidenta de la asociación USINA DE JUSTICIA”.
Cohen Agrest destacó que “en Argentina hubo un política de puertas abiertas a la inmigración que no existe en ningún lugar del mundo, hubo una baja en la edad del voto de manera que chicos de 16 años pueden votar, y son los mismos que se han criado en un proyecto muy bien planificado de tipo asistencialista. Si el jóven ve que su padre no trabajó, su abuelo no trabajó. y a veces hasta su bisabuelo no lo hizo, tenemos cuatro generaciones que tienen totalmente naturalizado que tienen que mamar de los pechos del estado”.
La docente universitaria enfatizó que “es muy difícil revertir esto, tienen que pasar muchas generaciones, y no estamos en el camino de superar esos obstáculos en la Argentina”.
Cohen Agrest denunció que “tenemos un país de políticos millonarios y de gente pobre, y esos políticos son millonarios a costa de la pobreza de la gente”.
En 2011, tras el asesinato de su hijo Ezequiel en una entradera, Diana Cohen Agrest comenzó a investigar y publicar en diversos medios el estado de la situación de las víctimas en la Argentina y las falencias del sistema judicial, investigación que luego se publicó bajo el título Ausencia Perpetua: Inseguridad y trampas de la (in)Justicia.
La injusticias también son evidentes en la justicia, y la presidenta de la Usina de Justicia que es una asociación de víctimas de femicidio y homicidios, remarcó que “así como el asesino o violador tiene un abogado oficial que desde el primer momento lo acompaña hasta que sale de la cárcel, también debería tenerlo la víctima que es la única que no eligió estar en ese lugar”.
Según la ley de víctimas, para acceder a que el estado proporcione un abogado se debe ser mayor de 70 años, o menor, o no tener ni siquiera una pequeña casita.
“Cuando los jueces liberan a un tipo, ¿porqué no se lo llevan a la casa? . Los largan porque ellos tienen quien los cuide, tienen chofer, viven en zonas céntricas, y no tiene que salir a las cuatro de la mañana de a 10 o 15 personas para no ser atacados por delincuentes. Algunas de las razones de ésta situación se pueden encontrar en la hipocresía, el servilismo y nuestra comodidad, porque nosotros también somos responsables de lo que nos está pasando”, concluyó Cohen Agrest.
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