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El auto-odio judío

El filósofo judío alemán Theodor Lessing nació en 1872 y murió asesinado en 1933. Escribió en el año 1930 el libro Der jüdische Selbsthaß, (El auto-odio judío) en el cual explica el caso de los judíos intelectuales que sienten e incitan antisemitismo contra los judíos, y consideran que  son la fuente de toda la maldad en el mundo.

El fenómeno descrito por Lessing no es nuevo. Aparece ya en la Biblia,: El general asirio Rab-Shakeh que sitió Jerusalén, hablaba un perfecto hebreo, por lo cual se cree que era un renegado israelita, (ver  Reyes II, capítulo 18:26), y eso existe hasta el día de hoy. El nombre que Lessing dio, “auto-odio judío” realmente no es apropiado ya que esos renegados judíos no se odian a sí mismos. Por el contrario, se enorgullecen y auto-felicitan por su “humanismo y sus altos principios morales”. Es cierto que odian, pero no a sí mismos sino a los otros judíos, a la nación judía, al judaísmo. En mi opinión, más preciso sería llamarlos “judíos antisemitas.”

Durante la Edad Media los renegados judíos expresaban su odio en la forma de persecución religiosa y quema del Talmud. Nicolas Donin, un judío apóstata, convenció al Papa Gregorio para quemar miles de tomos del Talmud en una hoguera en París (junio 1240). El arzobispo de Burgos, Pablo de Santamaria, llamado antes de su conversión, Rabino Shlomo Ha Levi, fue el autor en el siglo XV de leyes y disposiciones antijudías.

En el siglo XIX, Karl Marx, descendiente de una dinastía de rabinos, escribió un panfleto, “La cuestión judía” donde dice que el dios de los judíos es el dinero.

En nuestros días no faltan judíos antisemitas. El manifiesto de la agrupación de Estados Unidos, Black Lives Matter, incluye la acusación de que Israel practica el genocidio contra los palestinos. Tal vez, si alguien de esa organización lee este artículo, le será una sorpresa enterarse de que los palestinos de Judea y Samaria eran un millón en 1967, y hoy son 4 millones, un aumento de 400 por ciento que, si es considerado genocidio, es diametralmente opuesto de todos los otros genocidios que han ocurrido en el mundo, y que se caracterizan por el hecho de que la población afectada no aumenta sino que es diezmada; pero las matemáticas y la lógica nunca han interesado a los antisemitas. Lo interesante de esa acusación es que fue introducida en el manifiesto por Rachel Gilmer, hija de madre judía.

El profesor Norman Finkelstein es el autor del libro La Industria del Holocausto donde acusa a los judíos de utilizar la memoria del Holocausto para beneficiarse económicamente.

George Soros acusa a Israel y a los judíos de provocar antisemitismo.

Noam Chomsky, el famoso lingüista, escribió la introducción a un libro de Robert Faurisson, un simpatizante de neo nazis y activo negador del Holocausto, y defendió el derecho de Faurisson, a quien llama, “un respetado profesor que está haciendo investigaciones sobre el Holocausto”, a expresar y publicar sus opiniones.

Representantes de la fanática secta anti sionista Naturei Karta han visitado Irán para manifestar su apoyo e identificación con la República Islámica que ha amenazado numerosas veces destruir a Israel.

Organizaciones de judíos en Estados Unidos que quieren la desaparición de Israel son If not now, y Jewish Voice for Peace.

Uno de los más infames judíos antisemitas es Gilad Atzmon, músico y autor, nacido en Israel y residente en Londres. Ha declarado que la ideología judía y la ideología nazi son similares, que los judíos quieren controlar el mundo y no son parte de la humanidad. Propone que se incendien las sinagogas en Gran Bretaña, “un acto racional como protesta contra Israel.”

Bernie Sanders, que hoy se presenta como judío debido a objetivos electorales, propone cortar ayuda a Israel y dársela a Gaza, región gobernada por una organización de terroristas islámicos fanáticos. No tiene y nunca ha tenido contacto con las comunidades y organizaciones judías de los Estados Unidos. Cuando dice hipócritamente que se siente orgulloso de ser judío,no se refiere a los logros del pueblo judío ni a sus contribuciones a la humanidad en las ciencias, las artes, la medicina, la tecnología, la agricultura, sino que se refiere a los parientes de él que murieron en el Holocausto.

Es interesante, y da motivo para investigación más detallada, el hecho de que el fenómeno de judíos antisemitas se encuentra sólo en la izquierda extrema y, que yo sepa, no tiene presencia en la derecha.

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* Se puede argumentar que la secta Naturei Karta no es de izquierda, pero la realidad es que esta secta, que expresa un odio demente contra Israel y contra los judíos sionistas, no tiene ideología política. Está motivada únicamente por un perverso fanatismo religioso.

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Radio Jai

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