La falsificación de los manuscritos de la colección Green en el museo de la Biblia
Adolfo Roitman es curador de los Rollos del Mar Muerto en el Museo de Israel a quien consultamos acerca la denuncia, acerca de la aparición de fragmentos de manuscritos falsos en el Museo Bíblico de Washington.
“Ya desde 2018 sabíamos que siete de los fragmentos de la colección de la Green Foundation que habían sido adquirido en su oportunidad, ya había generado dudas entre los investigadores, y se decidió hacer un estudio mucho más profundo sobre estos manuscritos. Entonces, muestras de estos fragmentos fueron enviados al Federal Institute for Materials Research and Testing de Berlin, que se encarga de estudiar la cultura material; quienes ya en 2018 habían establecido que esos siete fragmentos eran falsos”. La pregunta que surge entonces, es por qué recién ahora se denuncia la falsificación. “Lo que sucedió esta vez, y que no había sucedido antes -explica Roitman- es que estudiaron la composición química de la tinta, una tecnología que no existía antes y así pudieron establecer la existencia de sustancias modernas que no podían haber sido utilizadas en el pasado, de ese modo, pudieron determinar que esos siete fragmentos eran falsos. Luego surgió la duda, sobre la veracidad de los otros fragmentos de la colección Green.
Se realizó el estudio y se arribó a la conclusión, y se realizó la correspondiente denuncia, de que todos los manuscritos de la colección Green en el museo de la Biblia, en Washington, eran falsos.
Sobre quién o quiénes fueron los que vendieron al museo, opinó que ciertamente la Fundación Green que adquirió estos fragmentos, fue víctima de esa operación. Dijo que la Fundación Green fue establecida por un multimillonario de nombre Steven Green quien hace unos diez años donó mil millones de dólares de su fortuna personal para constituir una fundación para adquirir materiales que tuvieran que ver con el mundo de la Biblia, del Antiguo y Nuevo testamento. De ese modo, llegaron a la fundación miles de manuscritos y artefactos de diferentes vendedores, tentados por la propuesta y muchos quedaron en la colección Green.
Hay universidades, seminarios teológicos que cuentan con fragmentos de manuscritos, que atesoran con orgullo, de los que cabe la posibilidad, que también sean falsos, porque hoy sabemos que muchos de ellos comenzaron a aparecer en el mercado después de 2002 y todos estos fragmentos fueron adquiridos por esas instituciones después de ese año.
La publicación de los materiales, que fueron que fueron hallados en las cuevas de Qumran entre 1947 y 1956, recién se hizo alrededor del año 2000 y se suponía que ya no había más materiales, además de ciertos fragmentos que no supieron cómo reconstruirlos, que eran propiedad del Museo Rockefeller y que hoy está controlados por la Autoridad de Antigüedades de Israel. Entonces, se supone que no había más materiales, fue la oportunidad que buscaron los falsificadores para introducirlos al mercado, aduciendo que eran de reciente aparición y que aún no habían sido publicados.
Hay que recordar que hay numerosos grupos y personas con el intento de personas de producir falsificación de elementos arqueológicos. Pero felizmente, hoy hay una nueva metodología para evaluar la certificación de estos elementos.
De todos modos, aconsejó el curador. “En caso que les ofrezcan Rollos del Mar Muerto para comprar, no lo compren”
Una vez, en 2018 le preguntaron acerca de la legitimidad de los Rollos que se encuentran en el Santuario del Libro, en Jerusalem de los cuales hace la curaduría, respondió: “No se sabía en esa época que eran tan importantes, por eso nadie se hubiera preocupado en falsificarlos”, concluyó.
Reproducción autorizada por Radio Jai citando la fuente.
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