Se cree que el estadounidense Robert Levinson, retenido por Irán, está muerto

Se cree que Robert Levinson, un estadounidense retenido ilegalmente por el régimen iraní, murió, según informó su familia en un comunicado publicado el miércoles por la tarde. “Recibimos información de funcionarios estadounidenses que ha llevado a concluir que nuestro maravilloso esposo y padre murió mientras estaba bajo custodia iraní”. No se cree que su muerte pueda estar relacionada con el coronavirus, que se ha extendido en Irán, sino que, aparentemente, tuvo lugar antes del brote surgido en febrero.

“Es imposible describir nuestro dolor. Nuestra familia pasará el resto de nuestras vidas sin el hombre más asombroso que jamás hayamos conocido”, escribió la familia en la desgarradora carta. “Si no fuera por las acciones crueles y despiadadas del régimen iraní, Robert Levinson estaría vivo y en casa con nosotros hoy. Han pasado 13 años esperando respuesta”.

La declaración también acusa al gobierno de los Estados Unidos de abandonarlo durante muchos años. La familia prometió asegurarse de que el régimen iraní y los que lo abandonaron a Robert sepan que se hará justicia. Los elementos del régimen iraní deben ser considerados responsables, señalan.

También agradecieron el apoyo de funcionarios de la administración, como el Director de Inteligencia Nacional Richard Grenell, la directora de la CIA, Gina Haspel, el Secretario de Estado Mike Pompeo y el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Varios senadores y congresistas fueron mencionados por apoyar la causa del Sr. Levinson, incluidos Ted Deutch, Bill Nelson, Marco Rubio y Bob Menéndez.

La administración Trump ha trabajado para liberar a los estadounidenses detenidos en Irán. Levinson, un agente retirado del FBI, desapareció en Irán en 2007. El Departamento de Estado ofreció U$D 20 millones mientras que el FBI ofreció U$D 5 millones por una pista a su ubicación.

El congresista Ted Deutch, en representación de la familia Levinson de Coral Springs en el Congreso, emitió esta declaración:

“Estoy devastado por la familia Levinson. Christine, Susan, Stephanie, Sarah, Samantha, Dan, David y Doug son personas notables que respeto enormemente. Han soportado más de lo que cualquier familia debería haber tenido, y ha sido mi un gran honor luchar junto a ellos por el regreso de Bob. Se merecían un mejor resultado. Merecían reunirse con Bob”.

Bob y su familia son parte de nuestra comunidad. Todos lloramos con ellos. Todos les ofrecemos nuestro amor y apoyo. Bob sirvió a nuestro país noblemente, y nuestro país le debe nuestra gratitud a él y a su familia”.

“Aprecio profundamente a todos mis colegas que han estado junto a mí apoyando a los Levinson. Agradezco al FBI, al Departamento de Estado y a todos los funcionarios de las Administraciones Bush, Obama y Trump que hicieron de traer a Bob a casa como una prioridad. Nunca nos detendremos. luchando por traer a Bob a casa. Lamentablemente, ahora es una lucha por llevarlo a su lugar de descanso final con su familia”.

“Descansa en paz, Bob Levinson”.

Levinson tenía 58 años cuando desapareció en la isla de Kish en el sur de Irán. En 2011, se entregó una foto de Levinson, barbudo y retenido en Irán, según un informe de Radio Farda, un medio apoyado por el regimen iraní, el Sr. Levinson había sido “enviado en una misión por analistas de la CIA que no tenían autoridad para ejecutar tal operación.” Esta falta de claridad sobre cómo fue a Irán se sumó al misterio que rodeaba su desaparición y las negaciones de Irán sobre su paradero durante años.

Con el tiempo, Estados Unidos ha visto a Irán como responsable de su secuestro y las autoridades lo han descrito como un rehén. Irán recibió el mandato en 2015 de cooperar en el regreso de Levinson. Como en muchas otras cosas, Irán no cumplió. Irán continúa secuestrando a extranjeros, incluidos académicos y otros a quienes retiene como rehenes. Ha mantenido a periodistas y estudiantes estadounidenses en confinamiento solitario y académicos desaparecidos.

Irán y sus aliados utilizan el secuestro como método y con frecuencia son recompensados ​​por las potencias occidentales. Los diplomáticos occidentales a menudo posan sonrientes con los elementos del régimen iraní y no hacen preguntas ni intentan ayudar a los rehenes, prefiriendo la amistad al régimen a ayudar a los que sufren.

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