Que no gane la xenofobia en los tiempos de coronavirus
Por: Ezequiel Naidich.
“Necesitamos un muro hoy más que nunca” twiteó Trump el 10 de marzo. “Es por esto que necesitamos fronteras” agregó este lunes.
La mayoría de los gobiernos de países afectados están cerrando sus fronteras ante la expansión del Coronavirus, siguiendo una de las respuestas más tradicionales a las pandemias. Las Ciudades-Estado italianas imponían controles de fronteras y aislamientos durante la época de la Peste Negra, allá por el Siglo XIV. De Marsella, Francia, heredamos la palabra cuarentena, por sus aislamientos de cuarenta días.
Pero muchas veces no es solo el viaje y comercio a través de las fronteras, el que está relacionado a la transmisión y propagación de enfermedades; sino que en los extranjeros en sí mismos. Y si nos remontamos a algunas semanas anteriores, recordaremos que surgió un fuerte sentimiento de xenofobia (acompañada de humor, pero xenofobia, al fin) hacia la población asiática. El 26 de febrero, una broma de mal gusto desencadenó una pelea en un supermercado en La Plata.
Las crisis suelen despertar la xenofobia en la gente, y las epidemias y pandemias no son excepciones. Tanto entre la ultraderecha europea y estadounidense, como desde el mundo árabe e Irán, las teorías conspirativas que culpan a los judíos por el coronavirus también se expanden. Lo mismo había ocurrido durante la Peste Negra, en cuyo caso llevó a pogromos. Incluso, muchas enfermedades empiezan a ser llamadas por ciertos grupos étnicos o nacionales: la tuberculosis era conocida como la enfermedad judía; o la sífilis, que fue llamado, según fuera el país, como enfermedad napolitana, española, francesa, alemana, polaca y europea, cuando llegó a Medio Oriente. Sin ir muy lejos, el Presidente de los Estados Unidos llamó “virus chino” al coronavirus, en un tweet del 17 de marzo.
La posibilidad de importar enfermedades también fue una de los argumentos que llevaron a la firma del Acta de Inmigración, en 1891 por el gobierno estadounidense, permitiéndole decidir qué grupos étnicos y nacionales podían ingresar al territorio, en todo momento, no solo en tiempos de epidemia.
El coronavirus es una nueva oportunidad para el fortalecimiento de la xenofobia. Pero también es una oportunidad para vencerla. Más allá de que una respuesta eficiente necesita del trabajo cooperativo entre los países, tanto a nivel europeo, como a nivel mundial, también hay oportunidad para vencer la xenofobia a nivel local.
Alemania tiene el sistema médico más fuerte de Europa, con aproximadamente seis camas de cuidados intensivos por cada 1000 habitantes frente a 3.1 en Francia o 2.4 en España, según la OCDE. Además, el Estado Alemán está realizando más test de coronavirus que el resto de Europa. Incluso está empezando a recibir pacientes desde el este de Francia y del norte de Italia para ser tratados en hospitales alemanes. Sin embargo, lo que no tienen es suficiente personal médico para enfrentar la pandemia.
Sajonia es la región donde tiene más fuerza la ultraderecha xenófoba con el partido Alternativa para Alemania (AFD), y es justamente en esa región donde la Junta médica está pidiendo la ayuda de los médicos, que desde que llegaron a Alemania como refugiados no habían conseguido tramitar la validación de sus títulos para ejercer su profesión en su nuevo hogar. Para el lunes, ya eran 300 los médicos que se voluntarizaron.
Esta podría ser una ocasión para integrar a estas poblaciones y facilitar el mejoramiento de su imagen ente la población alemana. Al luchar contra la pandemia junto a los refugiados, es posible que el sentimiento xenofóbo, muchas veces producto de la incomprensión, pierda fuerza.
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