No temas al Covid-19
El coronavirus vino a decirnos que dejemos de correr como un hámster en una rueda y que comencemos a desarrollar una nueva forma de pensar.
El coronavirus no es virus. Es la misericordia de la naturaleza que nos muestra el mundo tan te creamos y lo que estamos sufriendo en él.
Durante años, destruimos todo lo que creamos, todo lo que nos creó y hoy, en lugar de una guerra mundial que definitivamente habría comenzado, la naturaleza nos da un pequeño virus, para que reduzcamos la velocidad y seamos conscientes de, hasta donde hemos llegado y en qué nos convertimos.
Actualmente estamos temerosos. Tememos infectarnos y morir, Tememos perder nuestros medios financieros y nos preocupa nuestro futuro y el de nuestros hijos y nietos. La pandemia global aterrorizó y paralizó al mundo entero y nos enclaustró en nuestro hogar.
¿Cómo debemos adaptarnos a la nueva realidad del coronavirus?
Definitivamente debemos calmarnos. No fuimos creados para correr todo el tiempo. Nuestro objetivo final es que podamos saber para qué vivimos.
Tenemos que entender el papel especial que juega el coronavirus.
Vino a sacudir nuestros cimientos, para que podamos cambiarlos y dar más importancia a las conexiones positivas en nuestra vida.
Debemos dejar atrás todos nuestros miedos y en lugar de preocuparnos por protegernos del coronavirus, nos ocupamos en usar correctamente este momento para sacar conclusiones correctas.
El coronavirus nos “purifica”. Muestra que nuestra actitud egoísta nos limita y nos hace perseguir objetivos imaginarios. Así, el coronavirus nos da oportunidad de elevarnos por encima de nuestro ego, de sentir este mundo en nuestra estructura interna, en nuestra alma y despertar a una realidad totalmente diferente, infinita, plena y perfecta.
Estamos preparados para dar el paso aquí y ahora, en esta vida, alcanzar el estado de eternidad y, como podemos verlo, la naturaleza nos está ayudando a hacerlo.
Por Michael Laitman
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