La tristeza es de todos: El fallecimiento de Marcos Reizin

En el Sionismo uno es parte de un “Todo” pero a la vez cada individuo es lo importante, justamente porque ese todo se integra con todas las individualidades.

El todo sionista es el germen del Estado de Israel, con gran parte de su pueblo aún en la diáspora pero con la estricta conciencia de pertenencia, ese Estado que tiene la fuerza más amplia y diseminada del mundo integrado por todo aquel que se reconozca como judío.

Si no hubiera habido Sionismo, no habría Estado de Israel y si no hubiera memoria histórica tampoco nos reconoceríamos como pueblo judío, estemos donde estemos.

Pero en esa memoria histórica gravita el recuerdo de cada una de las individualidades que conforman nuestro pueblo porque la importancia de la Memoria como elemento imprescindible está insita en la genética de ese Todo, que es el pueblo de Israel.

Fue justamente su cultivo lo que evitó nuestra desaparición en la diáspora, porque la Memoria fue nuestro escudo y nuestra defensa y seguirá siéndolo para seguir construyendo nuestra historia milenaria, porque entre otras cosas, “nunca mueres mientras alguien te recuerda”.

Por eso es que la desaparición física de Marcos Reizin, el presidente del Partido Likud de Chile, “el gran patriarca del movimiento sionista en Chile” según palabras de Oscar Kleinkof, el presidente de la Federación Sionista de Chile, nos afecta a todos los sionistas.

Cuenta Kleinkof que Reizin desde muy joven fue un militante del Sionismo y estuvo activo hasta las horas previas a su deceso. Sobresalió por su capacidad de liderazgo, ocupó la presidencia de la Federación sionista de Chile y resultó inspirador para muchos jóvenes judíos.

Dra. Gabriela Fernández Rosman para Radio Jai

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