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“Creo que no es aconsejable la anexión”

Mientras el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmoud Abbas, impulsa una cruzada diplomática para explicar a líderes mundiales la gravedad del plan de anexión anunciado por Israel, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien encabezará el gobierno hasta noviembre de 2021, declaró que julio es el mes objetivo para avanzar en la anexión parcial de Judea y Samaria. Federico Gaon licenciado en Relaciones Internacionales y magíster en estudios de Medio Oriente por la Universidad de Tel Aviv analizó la situación.

“En esencia, estamos hablando de las regiones históricas, bíblicas de las estatidades judías de la antigüedad. Se habla comúnmente en la comunidad internacional de “territorios ocupados”, lo que se conoce como Cisjordania, porque en rigor, cuando se crea el estado de Israel, allí no había estado propiamente dicho, salvo lo que era Jordania. En el ‘67 Israel adquiere estos territorios de Jordania tras la guerra de los 6 días, y ahí es cuando Israel comienza a tener regencia sobre los palestinos”, explicó Gaon.

La historia refiere a que Jordania antes de llamarse como tal se llamaba Transjordania porque el país estaba en ambas riberas del Río Jordán. Israel reclama este territorio como suyo y reconoce que no le quitó el territorio a nadie, sino que es un territorio disputado por razones históricas y también por la ausencia de un Estado consolidado previamente.

La situación en el día de la fecha, ya es bastante diferente a lo que ocurrió hace 70 años. Con el paso de las últimas décadas, ha habido cambios muy importantes que, más allá de las razones históricas, ameritan una lectura del presente. “En el ´48 estamos hablando de un territorio sumamente despoblado, árido, sin ningún tipo de desarrollo, y mismo así cuando se habla de la inmigración judía como una suerte de invasión perversa, no se tiene en cuenta que hubo mucha inmigración árabe en estos territorios antes del ‘48”, comentó el especialista y agregó que “la anexión es simplemente un término judío pero no implica una conquista, que es la connotación que se tiene de afuera”

Lo cierto es que, más allá de lo que Israel haga o no, hoy Israel ocupa prácticamente el 30% de lo que se conoce como Cisjordania, teniendo en cuenta la existencia de grandes asentamientos, 131 en total.

“Lo que impulsa Netanyahu es la anexión en el sentido de incorporar formalmente estos territorios para que salgan del limbo legal en el que se encuentran. Si bien existen como tal y la jurisdicción israelí aplica ahí, no son al 100% parte del territorio israelí porque las fronteras del Estado no están definidas. La razón por la que eso sucede es que Israel se comprometió, a través del Tratado de  Oslo, a definir cuáles van a ser sus fronteras finales, cara a cara con la autoridad nacional Palestina. Entonces, frente a la ausencia de un progreso en este sentido, amén de dar con un tratado de paz definitivo, lo que se está planteando en este momento es que Israel le ponga una solución unilateral al conflicto justamente para terminar con el mismo”.

Claramente existe un desacuerdo y una situación que se volverá más difícil para el pueblo palestino al no haber negociado en busca de un acuerdo para ambas partes. “La lógica es ‘no podemos llegar a un acuerdo con los palestinos, entonces nosotros le vamos a poder un fin al conflicto, nosotros le vamos a poner una victoria y quizás mediante ella, mediante la demostración de fuerza y voluntad resolutiva, ahí los palestinos van a llegar al consenso de que cuanto más tiempo pase y ellos no negocien, se van a encontrar en una situación sumamente difícil y desventajosa”

Claramente lo que aquí hay en juego son diferentes intereses que convergen y en donde Israel tiene un papel muy implante que jugar, ya sea por su desarrollo económico y tecnológico, y su posición predominante en la política de la región. “A los gobiernos árabes lo que más les preocupa es la estabilidad de la región, y en este sentido no quieren tener que lidiar con movimientos o con revoluciones que surjan en el seno de sus países y pretendan cambiar las reglas del fuego”, asegura Gaon.

Podría decirse que el mundo árabe está agotado del conflicto y la negativa palestina negociar pero si es muy importante aclarar que estamos hablando de las dirigencias árabes, de las elites que gobiernan. Entonces -advierte Gaon-, uno de los problemas que tiene la anexión, es que representa un paso simbólico que podría catalizar ciertos movimientos dentro del mundo árabe, de modo que estaría obligando a los líderes a reaccionar de alguna manera si puedan llegar a ver sus regímenes socavados por la presión popular.

Gaon tiene dudas de lo beneficioso que pueda resultar este movimiento de Israel: “Yo creo que no es aconsejable, y escuchando la opinión de los principales veteranos de la seguridad israelí, que así lo dijeron. Por varias razones, primero que nada porque estamos hablando de un movimiento simbólico que parecería tener más connotación política temporal que trascendental, en el sentido que ciertamente beneficiaria al poder de turno. Pero más allá de eso, la anexión es simbólica porque en definitiva lo que hace es incorporar territorios que ya son parte de Israel. Estaría obligando a los líderes sunitas moderados a tomar una posición que sería contraria a los intereses de Israel de cara al desafío que presenta Irán”.

“Desde Arabia Saudita y Egipto van a tener que tomar medidas, van a tener que denunciar a Israel, no solamente en los foros internacionales, pero sino también empezar a publicar discurses y cuestiones que son contrarias a todos los esfuerzos de la paz. Y no solamente con los países con los que Israel ya tiene la paz, pero sino también con los del Golfo, con los cuales en la última década hubo bastantes acercamientos. Y el problema es principalmente con Jordania porque es un país que está habitado por una mitad de población palestina, de modo que el tema es especialmente susceptible allí, y la anexión pone en peligro muchos acuerdos que Israel necesita para garantizar su seguridad”.

Tampoco hay que olvidar, mas allá de las dinámicas de oriente, la posición de Israel de cara con occidente. “Ahora esta Trump en la casa blanca pero esto no es algo que necesariamente vaya a continuar a largo plazo. Ya los demócratas expresaron claramente cuál es su postura para con la anexión, y lo mismo sucede con los centristas y los laboristas europeos”.

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