Canadá en alerta tras los disturbios antisemitas
Hace unos días, nos enterábamos de nefastos vandalismos ocurridos en una pequeña sinagoga de Montreal, Canadá, cuando la casa de oraciones permanecía cerrada, y en el ataque se destrozaron rollos de la Torá y demás símbolos religiosos, en un acción sin precedentes, de claras características de odio antisemita. Pablo Ortiz periodista de NM Noticias y de Journal Métro, en Montreal, Canadá narró acerca de lo sucedido en la sinagoga situada en el vecindario de Côte-Saint-Luc, al sudoeste de la ciudad, en la que reside históricamente una comunidad judía muy importante.
“No parece haber habido motivo para lo acontecido”, expresó el periodista. Lamentablemente, a causa de la pandemia, la sinagoga estaba cerrada, por ende no pudieron establecer quién o quiénes lo hicieron y cuándo sucedió. “Fue una noticia que golpeó a toda la comunidad, además de a la comunidad judía”, expresó.
Consultado acerca de la convivencia social en Montreal, en relación con los levantamientos en Estados Unidos por el reciente crimen racial contra George Floyd, Ortiz dijo hubo una gran manifestación el pasado domingo, en la que marcharon por el centro de la ciudad alrededor de veinte mil personas, sobre todo pertenecientes a la comunidad negra, y explicó que las características de diversidad en Canadá son diferentes a las de los Estados Unidos; allí es más amplia, y de diferente tipo.
En Canadá, además de la diversidad racial, está la religiosa. El país recibe 300 mil inmigrantes cada año, 50 mil, solamente en Québec. El gran debate gira en torno a la imposición de la ley 21 que para el gobierno “buscaba reafirmar la equidad en la provincia”, u por la cual, prohíbe el uso de signos religiosos a ciertos empleados públicos. Esto generó mucha tensión, en especial, en la comunidad musulmana y en la judía. El gobierno se justificó diciendo que estaría destinado a “ciertos empleados públicos” como jueces, policías, pero en la práctica, es muy relativo y de difícil interpretación y finalmente, se amplió a todos. Hoy “un empleado administrativo no puede llevar ningún símbolo religioso”. Esto generó mucho miedo en la gente, especialmente entre los inmigrantes, que llegan al país con muy pocos recursos y estas medidas les cierran aún más las vías de empleo y les provocan consecuencias muy trágicas.
La ciudad sale del aislamiento
Montreal se encuentra en plena primavera, ya con temperaturas agradables y volviendo a la vida normal. “Fue una de las ciudades más golpeadas, uno de los focos más grandes de la pandemia a nivel mundial, y en especial la provincia de Québec la más golpeada del país”, cuenta Ortiz y añade que felizmente, en estos momentos parece que ya entran en la fase final de lo que dicen lo que habrá sido la primera ola de la enfermedad, que la situación está controlada y señala que lo bueno, es que el sistema de salud no sufrió más de lo necesario, que no vivieron lo que se vio en Italia o en España.
El panorama económico a nivel global y sin dudas para Canadá es bastante gris, consideró Ortiz. Montreal, a pesar de toda su historia, ha querido crecer estos últimos años “aceleradamente”, tal vez como modo de nivelarse a sus vecinos de Estados Unidos. “Golpeó muy fuerte la pandemia -indicó- sobre todo al sector inmobiliario, al comercio, que ya venía castigado por las compras en línea, por lo cual, los negocios tradicionales, el foco comercial de las calles, ya están sufriendo las consecuencias”.
Para paliar de algún modo la situación, para quienes fueron afectados por el impacto de la pandemia, el gobierno federal impulsó el principal programa, para todo el país, que consiste en una ayuda directa de dos mil dólares canadienses mensuales, (unos 1700 dólares americanos) para los que perdieron su empleo o dejaron de trabajar por la pandemia, “Esto no fue muy verificado, cualquier persona podía poner el número de su seguro social y recibía la ayuda”, comentó y agregó que pudieron recibir esta ayuda financiera por tres meses, plazo que tal vez se extienda un tiempo más. También hay un programa de subvención de salarios en que el gobierno paga un 75 por ciento, para que las empresas no despidan a sus trabajadores, que los puedan mantener.
Ortiz destacó la actitud del primer ministro Justin Trudeau, respecto de cómo se comunicó con la población, con distintos sectores de la economía, hecho que fue fundamental para generar una cierta tranquilidad social.
Por último, volviendo a lo sucedido en la sinagoga, y consultado si hubo algún pronunciamiento o reacción por parte del gobierno, el periodista consideró que la comunidad judía por su gran historia en Montreal, por estar presente incluso en la política, está siempre muy bien representada, y que justamente por ese rol histórico, puede provocar algunas reacciones negativas. Hubo muchos momentos de tensión en los inicios de la cuarentena, cuando en algunos barrios judíos, muchos querían seguir con sus prácticas religiosas, y eso provocó algunos choques, “nada grave, solo cosas anecdóticas que pasan” pero en general, no hay problemas.
Ortiz cerró resaltando que la comunidad judía tiene un valor histórico muy profundo, destacó la figura de Leonard Cohen, a nivel mundial, como un vocero fundamental. “La comunidad Judía tiene una base histórica muy importante en Montreal, pero que no la ha eximido de lo sucedido”.
Reproducción autorizada por Radio Jai citando la fuente.
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