Activismo climático: ¿quiénes son y qué hacen?
Por Sol Reiman
Hablamos durante muchas columnas de pequeños cambios que podemos hacer en casa para reducir nuestro impacto individual en el ambiente. Hablamos de un cambio que podemos hacer para cambiar nuestra forma de pensar en cualquier ámbito, incluso empresarial, para comenzar a encarar nuestros proyectos con perspectiva ambiental sin que esto implique una pérdida económica, y en algún momento incluso mencionamos otra escala, relacionada a los intereses de los países y cómo se cruzan con el impacto ambiental que generan en pos de continuar con su desarrollo, si bien es un tema complejo y que nos da para una infinidad de columnas. El ambiente atraviesa múltiples actores y escalas.
Esta incertidumbre e inquietud sobre el futuro del planeta en las próximas décadas no tiene una escala nacional, sino global. Es transversal, nos atraviesa a todos y en todas las actividades que hacemos, por eso a lo largo de las columnas mencionamos cómo atraviesa a diferentes actores sociales. En este contexto, hay un actor social en el que aún no nos enfocamos, y que tiene un rol clave en la problemática ambiental. Los grupos de activismo juveniles.
La cuestión climática tiene una característica interesante en este sentido, es un fenómeno que interpela a cualquier sector de la sociedad, en cualquier lugar del mundo. Y que a quienes más amenaza es justamente a las generaciones más pequeñas, a quienes seguiremos en este planeta mucho después que 2030.
¿Por qué menciono 2030? porque es el año para el que se calculó que si no modificamos las tendencias de emisión de gases de efecto invernadero, que contribuyen al calentamiento global, vamos a llegar a niveles irreversibles, con consecuencias graves.
Lo interesante de esta problemática en particular es que las soluciones están sobre la mesa. Abundan los estudios sobre el cambio climático, las propuestas de soluciones, los inventos. Y sin embargo seguimos estando lejos, lo ambiental continúa sin ser prioritario en ninguna agenda.
Jóvenes en todo el mundo están organizándose para visibilizar estas problemáticas, y logran impactar a la sociedad porque evidencian que ellos (o nosotros) los que estamos en riesgo directo. En América Latina históricamente existió el activismo climático. En muchos casos eran pueblos originarios quienes activaron por esta causa, debido a su vínculo estrecho con la naturaleza. Me detengo a mencionarlos, porque me parece importante remarcar que el activismo climático no empezó con Greta Thunberg, la niña que es ícono del activismo climático juvenil, en la que nos vamos a detener ahora.
Greta es una niña sueca de 17 años, con Asperger. Ella misma relata que al enterarse de la crisis climática en la que estamos inmersos no podía entender cómo no se estaba paralizando el mundo en pos de resolverlo. Hace ya dos años, decidió hacer una “huelga climática”: Dejó de ir al colegio durante un mes, y lo cambió por ir a sentarse delante del parlamento para exigir que el gobierno sueco redujera las emisiones de carbono con base en lo establecido en el Acuerdo de París. Esta acción, que iba a durar un mes, inspiró un movimiento que hoy se conoce como Viernes por el Futuro. Todos los viernes hace una huelga por el cambio climático, incluso ahora que la huelga es virtual. Su linea de pensamiento es, si mi futuro ya está en juego, mi educación para el futuro no tiene sentido.
Lo interesante de su movimiento es que se expandió velozmente por todo el mundo, llegando incluso a muchas ciudades de América Latina.
Hoy en Argentina hay varios grupos de jóvenes que surgieron inspirados en el movimiento de Fridays for Future, como FFF Argentina, o Jóvenes por el Clima. Tienen preocupaciones socio-ambientales y una visión local, mirando las problemáticas locales. El año pasado organizaron cinco movilizaciones con gran convocatoria frente al congreso,y tienen cada vez más peso político: Presentan proyectos de ley, aprovechan la sinergia entre los diferentes grupos ambientalistas. Logran visibilizar la problemática y articulan la movilización social con la acción política (peso en aprobación del proyecto de presupuestos mínimos para la adaptación y mitigación del cambio climático).
Los jóvenes somos las principales víctimas de las consecuencias del cambio climático, que en general no provocamos. Son cada vez más los integrantes que luchan por visibilizar esta problemática y se están logrando resultados. No les restemos importancia y validemos la lucha.
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