“A pesar de la dificultad, la comunidad colombiana ha estado muy unida”

La extensión de la cuarentena en Colombia hasta el 15 de julio ya es un hecho. Con casi 80 mil contagiados y poco más de 2400 muertos, este país de América Latina se encuentra en el número 22 de países con mayor cantidad de infectados a nivel mundial. Silvya Lustgarten Valle, directora de la oficina de Relaciones Humanas de la comunidad judía de Cali, Bnai Brith, analizó en Radio Jai la situación del país y la comunidad mientras atraviesan la pandemia de coronavirus.

“En la comunidad no hemos tenido ningún contagiado de COVID-19. En cuanto al aspecto salud estamos bastante bien. Sin duda, la preocupación en este momento de la comunidad es la parte emocional de nuestros socios”, contó Silvya.

La comunidad está brindando una asesoría psicológica a sus socios. “Cuando recién empezó la pandemia, creamos un comité de crisis que está dividido en varios grupos y empezamos a trabajar en los diferentes aspectos de la pandemia: la parte emocional, de salud, de comunicación dentro y fuera de la comunidad y la parte económica. En este momento estamos dándole mayor lugar a la parte emocional y económica porque la pandemia ha afectado mucho en estos aspectos a nuestras familias”, explicó.

También han creado un fondo que ayuda a las personas con las compras y las medicinas que ya existía desde antes de la pandemia. “Ahora se han pedido más donaciones. Pero en términos generales puedo dar un parte positivo ya que a pesar que estamos afectados económicamente, en el área de salud hemos estado bien porque todos hemos sido muy conscientes y cuidadosos”.

Dentro del comité de crisis los jóvenes de la comunidad ayudan a las personas mayores de 70 años que no pueden salir de sus hogares. También han tenido el apoyo emocional que se necesita en estos tiempos.

Con respecto a la vida diaria y la nueva normalidad, en Colombia, las salidas se definen por el número de cédula, un día salen los pares y otro los impares. “En general la gente ha sido consciente y ha acatado esas órdenes, pero desafortunadamente, como en todas las ciudades ha habido personas que no acataron. También hemos tenido fines de semanas largos y tuvieron que imponer el toque de queda pero aun así hubo fiestas y reuniones. Eso ha sido difícil para de controlar para las autoridades.

Lustgarten Valle cuenta que Cali es una ciudad muy alegre donde a la gente le gusta la fiesta y que por eso ha sido difícil de controlar, pero aun así la curva de contagios está aplanada. “Por ahora yo creo que el confinamiento seguirá, el presidente dijo que seguimos en cuarentena hasta el 15 de julio”.

Los hospitales no están desbordados de enfermos ya que la ciudad se preparó bien para tener los equipos y los hospitales listos para alguna eventualidad de que fuera mucho más intenso.

Con respecto a las actividades comunitarias Silvya comentó: “La semana entrante comenzaremos con clases virtuales de yoga y gimnasia. Los rabinos siguen haciendo los rezos todas las noches por zoom y ha habido muy buena asistencia. También hemos realizado muchas conferencias”.

“Hemos estado en reuniones por zoom con la gobernadora y nosotros aspiramos que para las fiestas mayores –Rosh Hashaná y Yom Kipur-  vamos a poder realizarlas pero creería que será algo muy organizado. Hasta donde sé, es posible que haya una reapertura de los centros religiosos para septiembre cuando son las festividades pero por supuesto que no podrá ser como antes en la sinagoga todos congregados. La dirigencia comunitaria está pensando en realizarla en salones más grandes y controlando el número de asistentes. Serán organizadas por horarios y con los esquemas de bioseguridad que exige el gobierno”.

“A pesar de la dificultad y de la preocupación económica, la comunidad ha estado muy unida tratando de salir adelante lo mejor que podemos”, finalizó Lustgarten Valle.

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