José Narosky, el rey del aforismo
Es un escribano y escritor argentino, famoso principalmente por sus aforismos. Hijo de inmigrantes judíos (padre lituano y madre ucraniana), Narosky nació en 1930 en Darregueira, zona rural de la provincia de Buenos Aires. Tiene tres hermanos: Adelino (escritor y humorista), Tito (estudioso de las aves) y Lila. Su interés comenzó en la niñez, ya que su padre fumaba unos cigarrillos que traían aforismos escritos, que el pequeño Narosky coleccionaba. Durante mucho tiempo se dedicó a la escribanía, teniendo su oficina en Lanús. Narosky trabajó como periodista para el diario “El mundo”. Paralelamente a eso recopilaba aforismos de diversos autores (Nietzsche, o del Eclesiastés, entre otros).
Participó en los programas de televisión “Nuestros valores” y “Sobremesa con Crespi” (con el seudónimo de Hugo Nardi) y un micro llamado “Si todos los hombres…”, como su primer libro. En radio hizo el programa “Pinceladas humanas” (Radio Splendid) y el radioteatro “La Piel de Buenos Aires” (con en seudónimo de Hugo Nardi) junto a Irma Roy. En 1975 editó su primer libro, en la Editorial Marymar, que agotó su primera tirada en pocos meses. Libros publicados:
1975 “Si todos los hombres” (En 2007 ya llevaba 32 ediciones, con más de 670.000 ejemplares vendidos).
1977 “Si todos los tiempos…”
1979 “Si todos los sueños…”
1992 “Ecos”
1993 “Brisas”.
1993 “Sendas”
2001 “Luces”
2003 “Sembremos…”.
2006 “Aforismos, libro de oro”.
Premios y distinciones
Premio José Hernández de Literatura Argentina, por el libro “Si todos los hombres…”.
Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), por el libro “Si todos los hombres…”.
Distinción de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires por su obra.
Premio a la labor literaria que otorga la Legislatura de la provincia de Buenos Aires.
Distinción de la municipalidad de La Plata, por su valiosa contribución a la cultura.
“Puedo decir que me cambió la vida. La repercusión que tuve fue tan inesperada que me alteró en todos los órdenes. Yo ejercía una profesión, soy escribano, no me iba mal, pero es muy materialista, quise hacer una pausa.
Me cambió la vida, sí. Me dio la posibilidad, tuve la suerte, quizás el mérito es el de la sensibilidad receptiva, en primera instancia del pueblo como el pueblo argentino que consume una literatura que -sería una falsa modestia decirlo- no sé si es buena pero escribo sobre el bien y de eso estoy seguro, y como escribo sobre el bien, compran los libros y lo consume buena gente, la gente sensible, la gente que siente. Y como buena gente hay mucha…
Tengo doce libros. El primero es “Si todos los hombres…”, el último es “Aforismos de Oro”, en el medio hay dos libros de Editorial Planeta. Uno se llama “Sembremos” y otro quizá “Ecos” que son de otras cosas. Escribo también algunas columnas para algún diario. Con el primer libro, o los primeros tuve la ilusión de que -la ilusión torpe quizá- de que podría mejorar al hombre. Mi aforismo preferido, el que más difusión tuvo, y vos lo recordarás dice “Hay quien arroja un vidrio roto sobre la playa, pero hay quien se agacha a recogerlo”.
Artículo cedido a Radio Jai por el grupo de Facebook “PERSONALIDADES JUDÍAS DE TODOS LOS TIEMPOS”.
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