Reino Unido: los matrimonios de la sharia no son válidos bajo la ley inglesa
El Tribunal de Apelaciones, la segunda corte más alta en Inglaterra y Gales, ha dictaminado que el contrato de matrimonio islámico, conocido como nikah en árabe, no es válido según la ley inglesa.
Este histórico fallo tiene implicaciones de largo alcance. Por un lado, la decisión asesta un golpe a los esfuerzos por consagrar este aspecto de la ley de la sharia en el sistema jurídico británico. Por el otro, deja potencialmente a miles de musulmanas en Gran Bretaña sin recurso legal en caso de divorcio.
El caso afecta a una pareja separada, Nasrín Ajter y Mohamed Shabaz Jan, ambos de ascendencia paquistaní, que participaron en una ceremonia oficiada por un imán ante 150 invitados en un restaurante en Londres en diciembre de 1988.
En noviembre de 2016, Ajter, abogada de 48 años, solicitó el divorcio, supuestamente porque Jan quería tener una segunda esposa. Jan, promotor inmobiliario de 48 años, intentó bloquear la solicitud de divorcio de Ajter basándose en que no estaban casados legalmente según la ley inglesa. Jan dijo que estaban casados “sólo según la ley de la sharia”, y presentó una demanda para impedir que Ajter le reclamara dinero o propiedades como podría hacerlo una esposa casada legalmente.
Ajter dijo que la pareja, que tenía cuatro hijos, tenía la intención de celebrar, después de la nikah, una ceremonia civil que cumpliera la ley inglesa. Pero nunca tuvo lugar ninguna ceremonia civil porque, según Ajter, Jan se negó.
El 31 de julio de 2018, la División de Familia del Tribunal Supremo, con sede en Londres, dictaminó que la nikah quedaba cubierta por la Ley de Causas Matrimoniales de 1973, que establece tres categorías de matrimonio: válido, nulo y no matrimonio. Los matrimonios válidos pueden terminar por un decreto de divorcio; los nulos, por un decreto de nulidad; y los no matrimonios no se pueden terminar legalmente porque, legalmente, el matrimonio nunca existió.
El Tribunal Supremo determinó que el matrimonio Ajter-Jan era un “matrimonio nulo” porque se había “celebrado sin tener en cuenta ciertos requisitos para la formación de un matrimonio”. Dictaminó que Ajter tenía derecho, por lo tanto, a un “decreto de nulidad del matrimonio”.
El fiscal general, en nombre del Gobierno británico, presentó una apelación sobre la base de que era un error reconocer el matrimonio como “nulo” en vez de como un “no matrimonio”.
El 14 de febrero, el Tribunal de Apelaciones, en Londres, revocó el fallo del Tribunal Supremo y dictaminó que los matrimonios nikah son “no matrimonios” dentro del ámbito de la ley inglesa. En su fallo, el tribunal explicó:
El Tribunal de Apelaciones considera que la ceremonia nikah de diciembre de 1998 no creó un matrimonio nulo porque no fue una ceremonia “cualificada”. Las partes no se estaban casando “de acuerdo con las disposiciones” de la ley inglesa (Parte II de la Ley de Matrimonio de 1949). La ceremonia no se llevó a cabo en un edificio registrado. Además, no se había dado ningún aviso al superintendente del registro, no se había emitido ningún certificado y no había presente ningún agente del registro o persona autorizada en la ceremonia. Además, las partes sabían que la ceremonia no tenía ningún efecto jurídico y que tendrían que celebrar otra ceremonia que sí cumpliera con los requisitos pertinentes para casarse de manera válida. La determinación de si un matrimonio es nulo o no puede, a juicio de la Corte, depender de futuros acontecimientos, como la intención de celebrar otra ceremonia o que haya hijos.
No hay ninguna justificación para tratarlo como si la ceremonia civil, que las partes tenían la intención de celebrar, hubiese tenido lugar, cuando nunca lo hizo. Esto podría resultar en que una parte esté casada, aunque haya cambiado de opinión en mitad del proceso de formalización del matrimonio. Eso sería incompatible con la abolición del derecho a demandar por incumplimiento del acuerdo de casarse según la Sección 1 de la reforma de la ley (Disposiciones diversas) de 1970. Las intenciones de las partes no pueden convertir una ceremonia no cualificada en una que está amparada por la Ley de Matrimonio de 1949.
El Tribunal de Apelaciones añadió: “No es difícil para las partes que quieran estar legalmente casadas alcanzar ese estatus”.
La sentencia, que presumiblemente Ajter apelará en el Tribunal Supremo, ha sido recibida con indignación por los activistas que sostienen que miles de musulmanas de Gran Bretaña no tienen ahora derechos jurídicos en lo que respecta al divorcio.
En un comunicado de prensa, Southall Black Sisters, una organización de defensa de las mujeres del sur de Asia, dijo:
Intentamos informar al Tribunal de Apelaciones de que muchas mujeres de las minorías, en especial las musulmanas, son engañadas o coaccionadas por sus abusivos maridos para celebrar únicamente una boda religiosa, lo que les priva de sus derechos económicos cuando el matrimonio se rompe (…).
El Tribunal consideró que “no es difícil para las partes que quieran estar legalmente casadas alcanzar ese estatus”, pero esto ignora los relatos de muchas mujeres de las minorías, que tienen grandes dificultades para obtener ese estatus en un contexto de maltrato doméstico, dinámicas de familias patriarcales e importantes desequilibrios de poder (…).
El juicio de hoy obligará a las musulmanas y a otras mujeres a recurrir a los “tribunales” de la sharia —que ya han causado un importante perjuicio a las mujeres y las niñas— en busca de remedios porque ahora han sido excluidas del sistema de justicia civil.
En noviembre de 2017, una encuesta realizada para un documental de Channel 4, The Truth About Muslim Marriage (La verdad sobre el matrimonio musulmán), reveló que casi todas las musulmanas casadas de Gran Bretaña tuvieron una nikah, pero más del 60% no había pasado por una ceremonia civil, lo que habría hecho legal el matrimonio según la ley británica.
En febrero de 2018, en una revisión independiente de la aplicación de la ley de la sharia en Inglaterra y Gales, encargada por Theresa May en mayo de 2016, cuando era secretaria de Interior, se recomendaban cambios en la Ley de Matrimonio de 1949 y la Ley de Causas Matrimoniales de 1973 que exigieran que los musulmanes celebraran bodas civiles antes o al mismo tiempo que la ceremonia nikah. Esto situaría el matrimonio islámico al mismo nivel que el matrimonio cristiano y judío a ojos de la ley británica. El informe afirmaba:
Al vincular el matrimonio islámico al matrimonio civil, se garantiza que un mayor número de mujeres tendrán la protección total que les brinda el derecho de familia y el derecho al divorcio civil, disminuyendo la necesidad de asistir y simplificando los procesos de decisión de los consejos de la sharia.
La revisión agregaba:
La opinión del equipo es que la evidencia demuestra que se necesita un cambio cultural en las comunidades musulmanas para que estas puedan reconocer los derechos de las mujeres en la ley civil, en especial en los ámbitos del matrimonio y el divorcio. Se deben poner en marcha campañas para generar conciencia, programas educativos y otras medidas similares para educar e informar a las mujeres sobre sus derechos y responsabilidades, incluida la necesidad de subrayar la protección legal de los matrimonios registrados civilmente.
Por último, el equipo recomendó que el Gobierno creara una nueva agencia para regular los tribunales de la sharia y así legitimarlos:
Ese organismo diseñaría un código de prácticas para que los consejos de la sharia lo aceptaran y lo implementaran. Por supuesto, el Gobierno tendría que asumir el coste único de crear este organismo, pero después este sistema sería autorregulado.
En marzo de 2018, el entonces secretario de Estado, Sayid Yavid, respondió en un Libro Verde titulado “Estrategia de comunidades integradas”:
Agradecemos la revisión independiente de la aplicación de la ley de la sharia en Inglaterra y Gales. Las parejas de las comunidades religiosas han podido acceder durante mucho tiempo a un matrimonio reconocido legalmente mediante una ceremonia religiosa, si se cumplían los requisitos de la ley.
Sin embargo, compartimos la preocupación planteada en la revisión respecto a que algunas parejas puedan casarse de algún modo que no les brinden las protecciones legales con las que sí cuentan otras casadas por lo civil. También nos preocupan las denuncias de mujeres que son discriminadas y tratadas injustamente por algunos consejos religiosos.
El Gobierno apoya por principio el requisito de que los matrimonios civiles se realicen antes o al mismo tiempo que las religiosas. Por lo tanto, el Gobierno explorará las dificultades jurídicas y prácticas de la reforma limitada relacionadas con la ley sobre el matrimonio y las bodas religiosas.
El Gobierno considera que la propuesta de la revisión de crear un esquema regulatorio, facilitado o respaldado por el Estado, sobre los consejos de la sharia les daría legitimidad como forma alternativa de resolver disputas. El Gobierno no considera que sea función del Estado actuar de ese modo.
En enero de 2019, el Consejo de Europa, la principal organizaciones de defensa de los derechos humanos del continente, planteó la inquietud sobre la función de los tribunales de la sharia en las leyes sobre la familia, la herencia y el derecho comercial en Gran Bretaña. Pidió que el Gobierno eliminara los obstáculos que impiden que las musulmanas accedan a la justicia:
Aunque no se consideran parte del sistema jurídico británico, los consejos de la sharia intentan proporcionar una forma alternativa de resolver las disputas, por la que los miembros de la comunidad musulmana, a veces de forma voluntaria, y a menudo bajo una considerable presión social, aceptan su jurisdicción religiosa principalmente en los asuntos conyugales y procesos de divorcio islámico, pero también en temas relacionados con la herencia y los contratos comerciales islámicos. A la Asamblea le preocupa que las decisiones de los consejos de la sharia discriminen contra las mujeres en los casos de divorcios y herencias.
El Consejo de Europa también estableció la fecha límite de junio de 2020 para que Reino Unido informara sobre la revisión de la Ley de Matrimonio, que convertiría en requisito legal que las parejas musulmanas celebraran bodas civiles, como se le exige actualmente a los matrimonios cristianos y judíos.
Un portavoz del Departamento de Interior respondió a la resolución del Consejo de Europa:
La ley de la sharia no forma parte de la ley en Inglaterra y Gales. Todos somos iguales ante la ley con independencia de las creencias religiosas. Donde existan consejos de la sharia, deberán acatar la ley.
Existen leyes para proteger los derechos de las mujeres y prevenir la discriminación, y trabajaremos con las autoridades pertinentes para asegurar que se cumplan de manera plena y efectiva.
A partir de ahora, ni el Gobierno ni el Parlamento británicos han introducido leyes que exijan a los musulmanes celebrar bodas civiles antes o al mismo tiempo que la ceremonia nikah.
Sin embargo, la decisión del Tribunal de Apelaciones frena una mayor intrusión de la ley de la sharia en el sistema jurídico británico. El fallo del tribunal reafirma en efecto el principio de que los inmigrantes que se establecen en Gran Bretaña deben ajustarse a la ley británica, y no al revés.
Con información de Gatestone Institute
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