“Entendimos que las dificultades sirvieron para sacar lo mejor de nosotros”
En menos de un mes serán los Iamim Noraim y crecen las preocupaciones sobre cómo serán estas fechas tan importantes a lo largo de la región en medio de la pandemia por coronavirus. Daniel Dolinsky, Rabino de la Nueva Congregación Israelita de Montevideo, contó en Radio Jai cómo trabajan en Uruguay para llevar a cabo estas fiestas dentro de los parámetros impuestos por los responsables de la salud.
“Nosotros trabajamos en la idea global de la nueva normalidad. Una normalidad qe es extraña pero que nos permite tener presencialidad. En Uruguay nunca hemos tenido una cuarentena estricta. Si bien hubo casos de coronavirus, la situación estuvo muy bien controlada por el gobierno y el Ministerio de Salud, quienes fueron estableciendo protocolos para la reapertura paulatina de todas las actividades. Hoy está todo el país funcionando en la nueva normalidad excepto algunos casos, como el de los salones de fiestas”.
“Esta nueva normalidad implica distancia física y la posibilidad de, en caso de encontrar un caso positivo, poder hacer una trazabilidad de los participantes. Y así nos preparamos para recibir a los Iamim Noraim con un aforo controlado, ya que se nos habilita solo un tercio de la capacidad de la sinagoga. También mantendremos la distancia de dos metros entre los participantes, salvo los convivientes, el uso de tapabocas y todo lo que hay que hacer para prevenir”, dijo el rabino.
“Nuestro lema es que nadie se va a quedar sin vivir sus Iamim Noraim. Por lo tanto, consideramos muchos más que tres días en el año y ya venimos trabajando con diferentes actividades en el mes de Elul. Quienes no podrán venir, seguirán los eventos por YouTube ya que transmitiremos por streaming las distintas ceremonias. Otra limitante que nos ponen es el tiempo que podemos estar en un espacio cerrado, por eso tendremos que fraccionar los servicios religiosos en más partes a lo largo de los días”.
“En la gente notamos un ansia de espiritualidad y participación. Ganas de vivir los Iamim Noraim más que en otras circunstancias. porque creo que algo que nos enseñó la pandemia es que hay que vivir el hoy y hacernos fuertes en la experiencia espiritual”.
“El gran tema del año es cómo establecer quiénes vendrán y quiénes no. Los grupos de riesgo son quienes más ganas tienen de venir, creo que las necesidades espirituales no entienden de edades o de grupos de riesgo. Lo que hicimos fue un registro para que el que quiera asistir se anote ya que en el caso de tener un caso positivo podremos saber quiénes fueron los contactos estrechos y compartieron el espacio. Apelamos a la buena voluntad de la gente para cederse los lugares y alternar quién viene en cada momento, así todos los que tuvieron ganas de estar pudieron ser parte un rato de la experiencia Rosh Hashaná y Iom Kipur en la sinagoga”, explicó el rabino.
“Encontramos en la gente muy buena voluntad y comprensión. Entendimos que las dificultades sirvieron para sacar lo mejor de nosotros. Ojalá esto de la comprensión y respeto por el otro haya venido para quedarse. Nuestra comunidad requiere de los aportes de Iamim Noraim para su subsistencia y hablamos desde el corazón y la honestidad, entendiendo que si uno es parte de una comunidad y valora lo que pasa allí, no lo hace solo tres días al año. Y nosotros expresamos que esperamos el acompañamiento y el aporte más allá del momento. Hasta hoy la gente acompañó y valoró. Es un tiempo de austeridad comunitaria y acompañamiento mutuo”, finalizó.
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