¿Alguien quiere pensar en una CABA sustentable?

Por Sol Reiman

En diciembre pasado la Ciudad aprobó un proyecto que permitía la venta de los predios donde están ubicados los complejos Costa Salguero y Punta Carrasco, concesiones que terminan luego de 30 años el año que viene, y que se extienden a lo largo de 18 hectáreas. El jueves pasado en la legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ,se aprobó el proyecto que permite modificar el código urbanístico para  modificación de la zonificación. (queda pendiente el proceso de audiencias públicas,). Esto se encontraba enmarcado en la Ley “Distrito Joven”, la cual establecía cinco sectores de intervención. Ahí, se realizó otro concurso para la cabecera en “Parque Salguero”. El problema es que era un concurso que no permitía libertad completa de decisión en las propuestas, de esta forma legitima la construcción de torres del estilo Puerto Madero. Es hermoso pero, ¿Es lo que la ciudad necesita? Preocupa pensar que no se tomó la decisión

priorizando las oportunidades y posibilidades que consideren lo ambiental ni lo social. 

¿Por qué nos preocupa desde lo urbanístico? Sigue un poco siempre la línea de preguntarnos para quiénes se está pensando la ciudad. Y agreguemos la pregunta: ¿Quién piensa? ¿Y quiénes no estamos pensándola? 

Para empezar, este proyecto es una excepción al código de planeamiento urbano en tierras públicas. Esto implica que las pocas decisiones y planificaciones a largo plazo que se toman para la ciudad, continúan aplicando procesos (comunes desde la dictadura) en los cuales el interés del sector inmobiliario logra moldear para validar una excepción. Es cierto que El Código Urbanístico impone una “compensación” a la Ciudad cuando sus modificaciones aumenten el valor de los inmuebles, que iría hacia el Estado. El tema es que, aunque con ese dinero se invierta en la construcción de viviendas, luego hay una problemática importante y es que muchas veces no se reparten.

Una problemática importante en la ciudad es la del acceso a la vivienda. Sin embargo: ¿Para quién se construye?- 

Torres que tapan la vista al río y reproducen el carácter de CABA como ciudad que da la espalda al río, exceptuando para algunos privilegiados. 

(También se da una problemática en Puerto Madero que podría reproducirse: Las viviendas ociosas, vacías, que se destinan a Airbnb, incrementando aún más el valor del suelo.)

¿Por qué nos preocupa desde el lado ambiental?

Por un lado: Algunos efectos del cambio climática en ciudades costeras. Aumento del nivel del mar, de temperaturas (y el pavimento lo empeora). 

Porque es un proyecto que desplaza comunidades con falta de acceso a la vivienda. Son aquellas comunidades que luego se instalan en espacios con valor del suelo barato debido a las pésimas condiciones ambientales, y por tanto las más vulnerables y expuestas a los efectos de la crisis climática.

Además, por la función clave de las zonas urbanas costeras, 

Además, por la falta de espacios verdes, que en plena pandemia volvemos a darnos cuenta de que son claves. El proyecto incluye cifras de espacios verdes que consideran cuadrados como parte de las veredas.

Andrés Snitcofsky, analista de datos, visualizaba en Twitter que dentro del 65% del espacio declarado como público, está contabilizado los accesos a los edificios, estas veredas con cuadrados verdes.

Se venderá el 26% del total, pero del 65% destinado a uso público, se destinan espacios de cuadrados con pasto en las veredas como espacio verde, y las veredas mismas de acceso a las torres como espacio público. 

Argumentos en legislatura: “aprobar el proyecto para que se charle entre los vecinos” como si tuvieran poder de cambiar algo.

Conclusiones: Cualquier construcción y proyecto va a ser mejor que lo que hay ahora. Si se invierte, ojalá se valorizará el suelo y hará más segura la zona. Ahora: ¿Es el único modo de inversión construyendo torres privadas? ¿No hay modo de pensar con lo ambiental como trasversal?

SP/RJ
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