Trump vs. Biden: EE.UU. decide su futuro

En un clima marcado por fuertes tensiones, Estados Unidos elige a su próximo presidente. Ante la posibilidad de que los resultados definitorios no estén este martes, considerando el récord de personas que votaron por adelantado y por correo en medio de la pandemia, vuelve a flotar un peligro en el aire: la posibilidad de que Donald Trump desconozca el resultado de las urnas si es que pierde, y no conceda la victoria a su rival, el candidato demócrata, Joe Biden.

Trump comenzó ayer su último día de frenética campaña criticando las encuestas que lo muestran rezagado respecto a su rival, mientras que Biden urgió a los electores a terminar con el “caos” en Estados Unidos, en la víspera de unos comicios marcados por la crispación.

El mandatario republicano está rezagado en los sondeos a nivel nacional, pero en un mitin en Fayetteville (Carolina del Norte), Trump desestimó esos relevamientos.

El nerviosismo en torno a la elección llevó a varias ciudades, incluyendo Nueva York y Washington, a parapetar comercios y oficinas y tapiar ventanas ante eventuales disturbios.

Uno de los Estados clave es Pensilvania, que aporta 20 votos al Colegio Electoral. Hace cuatro años Trump se impuso allí por estrecho margen y este año las encuestas dan una ligera ventaja a Biden, con 49,8% contra 45,5% para Trump.

Pero en 2016 las encuestas no anticiparon la victoria de Trump y prueba de ello es que ayer, los candidatos y sus compañeros de fórmula se volcaran en distintos rincones de Pensilvania para asegurarse hasta el último voto.

En los últimos cuatro años como presidente, Donald Trump mantuvo el mismo fuerte liderazgo y personalidad que lo convirtió en uno de los empresarios multimillonarios de EE.UU más mediáticos. Un ex “outsider” de la política con dos obsesiones: ganar y ser adorado. “Creo en el trabajo duro. Pero creo que la cosa más importante es la habilidad innata”, dijo Trump a uno de sus biógrafos, Michael D’Antonio.

Esa definición acompañó su carrera y, en estos últimos tiempos, una presidencia marcada por el apoyo de la derecha religiosa y de grupos abiertamente racistas del país, y por un discurso nacionalista, orientado a una economía fuerte, que le dio popularidad en algunos sectores de la clase trabajadora.

Joe Biden se convirtió en una promesa del Partido Demócrata muy joven: a los 27 años fue elegido concejal de la ciudad donde creció, New Castle, Delaware, y dos años más tarde se convirtió en uno de los senadores federales más jóvenes del país, lo que aprovechó para construir alianzas y poder. En 1987, anunció su candidatura a la Presidencia pero su campaña duró poco: la prensa reveló que había plagiado un discurso de un líder laborista británico.

Se mantuvo 36 años en el Senado. En 2008, frustrado otro intento para llegar a la Casa Blanca, se convirtió en el compañero de fórmula de Barack Obama. Con una vida dedicada a la política, sus detractores apuntan a “su falta de liderazgo”.

Por JG/RJ
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