Queremos ser eficientes pero, ¿Somos eficaces?
Frente a un trabajo, podemos ser eficientes pero no ser eficaces, porque la personalidad tiene preferencias y también lo que llamamos, no preferencias.
Las preferencias se desarrollan junto a las competencias.
La personalidad se construye sobre unas preferencias y no sobre otras.
Por ejemplo, si tengo preferencia por la introversión y no preferencia por la extroversión, pero mi trabajo consiste en dar clases dentro de un aula de 70 alumnos, lo voy a hacer porque desarrollé competencia en el aula.
Pero me insume un gasto energético importante…¡Pero desarrollé la competencia! Por esto se puede ser eficiente más no eficaz.
Cuando hay eficiencia se genera mejor utilización de los recursos, se gasta menos energía, menos insumos.
Cuando hay eficacia se alcanza el objetivo aunque no se haya hecho el mejor uso de los recursos. Se gasta más energía, por esto, con respecto a nuestro trabajo, si aplicamos nuestras preferencias, estaríamos alejando al estrés.
*Silvia Vajnenko es Lic. en Psicología, especialista en Terapia de pareja y sexología, Terapia Cognitiva, Mediación Familiar, asesora a diversas empresas y es Miembro de la Asociación de Terapia Cognitiva Argentina ATCA.
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