A la luz de la historia…
El día no arrancó de la mejor manera para Nicolás. Un e-mail recibido de parte de su obra social, lo amargó desde temprano. Sucedió que mientras desayunaba, y leía los principales portales de noticias, se le coló un mensaje en la pantalla del celular mediante el cual se le informaba que al haber cumplido 36 años, era cambiado del “plan joven” al “plan adultos”, con un incremento del costo. Linda forma de empezar la mañana, ¡lo trataron de viejo y le aumentaron un treinta por ciento la cobertura!
Como si fuera poco, al rato recibió otro e-mail de su prepaga, anoticiándole que el Ministerio de Salud, los autorizaba a incrementar un diez por ciento de la tarifa mensual, a partir de diciembre.
De la bronca que tenía comenzó a reírse, entre tanto se contemplaba al espejo, y notaba que pese a tener algunas canas en la barba, seguía reflejando una imagen juvenil.
Entre mate y mate, terminaba de preparar la clase de historia para sus alumnos de la universidad.
Una y otra vez, recordaba una frase muy repetida y cada vez más certera: “El pueblo que olvida su historia esta condenado a repetirla”
Él nunca pudo olvidar las penurias que vivió durante su infancia, con la hiperinflación de 1989.
Pasaron hambre, vendieron sus pertenencias para comprar algo de alimentos. Aún en sueños, seguía reviviendo esos amaneceres fríos, cuando iba con su mamá a hacer la fila en el almacén del barrio, para comprar lo básico, antes que suban más los precios.
Esas experiencias lo llevaron a nunca naturalizar los aumentos constantes y sonantes, en todos los rubros habidos y por haber. En su rol de justiciero “económico” más de una vez se ha enojado, como aquel día en que abandonó el grupo de Whatsapp del edificio, y todo porque, algunos vecinos festejaron que las expensas solo habían aumentado quinientos pesos.
En el interín que se iba conectando a la plataforma de videoconferencias del Campus Virtual, para arrancar la clase, comenzó a recordar el aroma a gallina y lo dura que era esa carne que comió en época de profunda crisis económica. Los recuerdos de aquel tiempo lo emocionaron, en especial el recuerdo de sus abuelos y padres, que lo dieron todo para que nada le falte.
– Las nuevas generaciones atareadas con sus afanes y preocupaciones, no tienen tiempo para recordar, ni reflexionar lo vivido por sus ancestros, ni aprender de ellos, ni de sus desaciertos. – Con esas palabras abrió la clase de historia, entre tanto los alumnos esperaban que hablara sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
El silencio llenó el aula virtual, todos estaban desconcertados. Al ver el vacío que se había generado, el profe continuó: – no es una cuestión atribuible a las generaciones actuales, ni es fruto de la hiperconectividad, ni de la globalización. En el mundo antiguo, sucedió de la misma forma: la humanidad no aprendió de los errores que llevaron al gran diluvio, y las generaciones que siguieron a Noé, no imitaron sus pasos. – mientras explicaba los ciclos históricos del mundo antiguo, a través de la Torah, se fue por las ramas sacando cuentas de años y fechas –
Para finalizar concluyó que Noé, el refundador del mundo, y Abraham, el padre del judaísmo, coincidieron en tiempo, y tal vez en espacio. Tal descubrimiento le despertó más dudas que certezas, ya que no podía entender, ¿cómo y por qué la humanidad se volvió a torcer? ¿Acaso Abraham fue el único sensible a las enseñanzas de su ancestro Noé?
Al darse cuenta que la mayoría del alumnado no entendía de qué hablaba, les explicó brevemente la historia y su respaldo científico. Además, les mostró cómo habían pasado diez generaciones entre uno y otro, y cómo aquella civilización, se olvidó de la historia y la enseñanza de sus abuelos.
La clase nuevamente fue un foco de debate, y contendían todos contra todos. El sistema se tildaba y algunos escépticos que dudaban de la existencia del arca de Noé y de Abraham, se quedaron con las ganas de preguntar y contar su parecer.
Nico, con la paciencia para explicar que lo caracteriza, rápidamente disipó las dudas y los cuestionamientos.
A continuación, retomó la clase anterior sobre conflictos históricos mas recientes, hasta llegar a las elecciones en Estados Unidos.
Ocurrió que otra vez se caldearon los ánimos y un muro invisible separó a la clase: los que estaban a favor de Biden por un lado, y del otro los que apoyaban a Trump. Fue así como con el muro de Berlín, se separaban dos mundos diferentes, dos formas de pensar opuestas; los dos candidatos parecían dividir posturas irreconciliables. De modo inusitado, el país del norte, se escindió de tal forma que “su grieta” y sus pasiones se exportaron a todo el mundo.
Mientras que los alumnos exponían, el profesor analizaba y meditaba cada una de las respuestas.
Se imaginaba como escribiría la historia cada uno de ellos, y se daba cuenta que casi ninguno podía separar su ideología, del análisis de los hechos históricos. Además, les costaba identificar aspectos positivos en el otro.
Siempre tomaba un tiempo en las clases para enseñar sobre el lente de la ideología, y separar el devenir de la historia de una forma de pensamiento; pues es imposible meter un cuadrado en un círculo, ya que al intentarlo, se deformaria.
Nuevamente Nicolás, tomó la palabra para cerrar el tema, y dijo. – Me voy a referir al punto de vista partícular judío: en dicha comunidad tambíen se vivió una división por las elecciones. Probablemente Trump, haya sido el Presidente más cercano y amigo de Israel de los últimos tiempos. Sus logros están a la vista con los Acuerdos de Abraham, y los acuerdos de paz con otras naciones que están cerca de concretarse. Ni hablar del reconocimiento de Jerusalem como capital y el traslado de la embajada allí. Sin embargo, en su gestión el antisemitismo se incrementó en gran manera en norteamerica, y las preocupaciones en materia de seguridad no son poca cosa.
En la mayoría de las encuestas, los judíos americanos, apoyaron a Biden; pese a que la gestión Obama, de la que fue vicepresidente, fue de las mas distantes con respecto a Israel. ¿Cómo entender tal cuestión? ¿Por qué Trump tenía más apoyo en la comunidad judía mundial y no en su propio país? Es sencillo: en la mayoría de los votantes, pesó más la cuestión interna estadounidense que lo que sucede en la Tierra de sus ancestros.
- Profe, ¿Usted qué piensa? – preguntó una estudiante, tratando de saber la opinión del docente sobre el tema-
- Es irrelevante lo que yo piense. Nosotros como profesores de historia, nos tenemos que enfocar en los hechos de la forma más objetiva posible.
- ¿A Argentina le conviene que Biden haya ganado? – cuestionó otro de los alumnos –
- Lo sabremos con el tiempo. Sin embargo, tu pregunta es interesante para despejar algunas cuestiones contrastándola con la historia. Por ejemplo, desde muchos sectores del gobierno se alegraron por el triunfo de Biden, pero hay que recordar que la relación entre el gobierno de Cristina y Obama fue mala; a tal punto que la ex presidente declaró en 2014 que si le pasaba algo habría que mirar hacia el Norte. Además, no podemos olvidar que durante las elecciones de 2016, el gobierno de Macri hizo público su deseo de que ganara las elecciones Hilary Clinton, y cuando parecía que Trump sería hostil con Argentina, terminó siendo cercano a la gestión macrista.
Al término de la clase, les mandó como tarea investigar acerca del rol de Joe Biden en el conflicto de Malvinas.
Unos minutos despúes, cuando miró su celular, se encontró con una enorme cantidad de mensajes de Whatsapp de sus alumnos, quienes le agradecían por la clase, y le pedían que les recomendará libros y películas para profundizar sobre la historia de Estados Unidos.
Por la noche, en la soledad de su biblioteca, otra vez empezó a recordar lo difícil que fue su infancia y juventud.
Él joven profesor no dejaba de sorprenderse como en doce años, la Argentina pasó de la hiperinflación a la primavera del uno a uno, y finalizó con el estallido económico y social del 2001. –Tan solo doce años pasaron entre una crisis y la otra…- se repetía para sí; mientras contemplaba algunas cicatrices en sus manos que le quedaron grabadas de aquel tiempo. En ese entonces, debió ayudar a su papá, recientemente despedido de su trabajo, a criar lombrices en el fondo de su casa, para vender en un comercio de artículos de pesca. Fue una changa que les permitió calmar el hambre por unos meses.
Y nuevamente intentó reflexionar: ¿Qué pasó en el medio? ¿La clase política no aprendió de los errores de aquel pasado reciente? ¿Hay forma de salir de la crisis actual con los mismos dirigentes e ideas que en el ayer?
Más y más preguntas, vienen a la mente de Nicolás. Sin embargo, cada respuesta está a la vista y al alcance de todos: a la luz de la historia...
Historia ficcionada basada en hechos históricos reales.
Por Ruben Budzvicky
Ilustración: Sabrina Fauez
Reproducción autorizada por Radio Jai citando al fuente.
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