La educación judía

En relación a la educación judía me pregunto dónde estamos parados hoy; la pregunta no es retórica porque, dado que tengo hijos adultos, honestamente ignoro en qué etapa esta ese componente que nos singulariza como pueblo.
Uno de los hechos más incontrovertibles es el avance de la demanda del idioma inglés y algunas otras demandas menos centrales en detrimento de las horas dedicadas al idioma hebreo y la cultura judía.

Se debe “competir” en el mercado cada vez más ofrecido de la educación privada bilingüe a la vez que no claudicar en sus aspiraciones de educación judía.

La pregunta que me hago es dónde está la educación judía hoy.

El fenómeno de los colegios “ingleses” permanece incambiado, y cada vez hay más oferta de educación más segmentada, “en valores”, en “academia”, en relaciones sociales. En este contexto siglo XXI, pandémico y febril, ¿Qué rincón ocupa “lo judío” en la educación de las nuevas generaciones? La peyorativa frase acerca de “colegio para judíos o colegio judío”, ¿es relevante? ¿O es una mera provocación de quien denosta la “red” en aras de una educación más universalista y anglosajona?

La globalización es maravillosa, pero una pandemia nos muestra cuán locales somos en tiempo de crisis. Los judíos sabemos que es precisamente en esos momentos donde nuestra identidad y compromiso afloran. El problema es que hemos vivido en el mejor de los tiempos y muchas veces damos por sentados conocimientos, valores, y tradiciones que, cuando revisamos, no han desaparecido pero se han diluido. ¿Cómo espesar el elemento judío de nuestra identidad? ¿Cómo hacer para que los héroes de Marvel no opaquen a los héroes bíblicos, si la saga de los primeros está en todas las pantallas y la de los segundos debemos “estudiarla”?

Por ser temas siempre vigentes, creí que ameritaba plantear inquietudes, porque por cierto no tengo respuestas.

Por Ianai Silberstein.

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