Prometer honestidad bloquea los engaños en adolescentes
El efecto de las promesas dadas por adolescentes para no hacer trampas en su desempeño posterior ha sido motivo de una interesante investigación. Encontró que los adolescentes que prometieron ser sinceros tenían menos probabilidades de ‘engañar’ que aquellos que no lo hicieron, incluso cuando no podían ser descubiertos. El estudio, de 640 participantes de 10 a 14 años de edad en India, fue diseñado para que sea imposible saber quién cumplió y no cumplió su promesa, lo que sugiere que no es solo el miedo a las represalias sociales lo que hace que las personas atenerse a su palabra. (Patricia Kanngiesser, Jahnavi Sunderarajan, Jan K. Woike. Manteniéndolos honestos: las promesas reducen las trampas en los adolescentes. Journal of Behavioral Decision Making , 2020)
Hacer trampa en entornos académicos es un problema en todo el mundo. India tiene un sistema altamente competitivo en el que participan 250 millones de personas, por lo que la trampa académica es una tentación para mejorar los puntajes académicos.
En Estados Unidos ha habido una serie de estudios que evidencian que tanto los alumnos de los colegios como de las universidades en altos porcentajes tienden a copiar en los exámenes. En el Perú basta tomar cualquier clase al azar y es probable que se encuentre muchos casos de copia.
La investigación utilizó una serie de experimentos para evaluar la efectividad de invitar a los participantes a prometer ser sinceros, con puntos que luego se convertirían en premios como incentivo.
En comparación con los grupos de control, las promesas en el estudio redujeron sistemáticamente las tasas de engaño, y los autores concluyen que podrían ser una herramienta simple para reducir el comportamiento deshonesto.
Patricia Kanngiesser, quien es profesora asociada de psicología en la Universidad de Plymouth comentó: “Las promesas son lo que llamamos ‘actos de habla’ y crean compromisos simplemente diciendo palabras específicas. Así que uno pensaría que tienen muy poco poder vinculante. En contraste, la investigación ha demostrado una y otra vez que muchas personas mantienen su palabra, incluso a un costo personal”. Algo parecido ocurre cuando alguien dice algo en medio de una conversación oral, versus aquél que escribe lo que piensa. Escribir compromete más que hablar.
Este estudio proporciona más evidencia de eso, y sugiere que las promesas podrían ser una forma poderosa de alentar y mantener un comportamiento honesto en un contexto académico, especialmente en adolescentes, apelando a una autoimagen de personas correctas y confiables. Sería interesante verificar si en otros contextos culturales como el latinoamericano ocurre algo similar, habida cuenta que una y otra vez la deshonestidad aparece como una característica común en estas poblaciones (Ipsos Informe de Opinión Identidad nacional Perú, julio de 2020, 65% se avergüenza del nivel de corrupción)
(Dicho esto, no quiero dejar pasar la oportunidad para recordar una columna “Es preferible copiar que memorizar” en la que yo sostenía que los alumnos copian porque tienen el incentivo de aprobar copiando, y que si los profesores quisieran evitar que copien, no deberían plantear preguntas que se puedan contestar copiando. Decía:
“Recuerdo un programa de radio en el que me reuní con un profesor, un padre de familia y un abogado para hablar sobre esta reiterada costumbre de los alumnos de copiarse en los exámenes. Alarmados mis tres interlocutores hablaban de la necesidad de frenar esta actitud por inmoral y corrupta. A mi turno discrepé sosteniendo que aquel alumno que copia, muestra un nivel de audacia, iniciativa y eficiencia muy superior al de sus compañeros. Porque si lo que el profesor quiere es que el alumno reproduzca en el examen aquello que aparece en el cuaderno o el libro, ¿por qué habría de perder el tiempo memorizándolo? Es preferible que lo copie directamente de la fuente. Así se asegura además que será una copia fiel del original, para beneplácito del profesor. No olvidemos, por si acaso, que aquel alumno que memoriza el contenido del cuaderno también está copiando, porque aprender de memoria lo que el profesor dictó significa fotocopiar en la mente el contenido del cuaderno, para después reproducirlo en el examen. Nuevamente, más eficiente es copiar directamente del cuaderno al examen. ¿Quieren que el alumno no copie de su cuaderno o comprimido? Es muy fácil. No le hagan preguntas que se puedan contestar copiando.)
*León Trahtemberg es Conferencista y consultor en Educación. Miembro del Consejo Nacional de Educación. Co-Promotor y Líder Pedagógico del colegio Áleph
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