Dióxido de cloro: “Se ha suscitado una polémica por un tema que no debería ser polémico”
El tema de la utilización del dióxido de cloro para determinados tratamientos médicos y especialmente para pacientes de covid, cuya indicación no se encuentra autorizada, ha suscitado una gran polémica.
Rubén Sajem, Presidente de la Sección Farmacéuticos del Colegio de Farmacéuticos y Bioquímicos de la Ciudad de Buenos Aires, se refirió al tema.
“Se ha suscitado una polémica por un tema que no debería ser polémico”, declaró Sajem, quien explicó que se está discutiendo sobre un producto que no tiene probada eficacia, que hay una recomendación de la ANMAT de agosto de 2020 que señala no utilizar productos no autorizados, y que se refiere específicamente al dióxido de cloro, y que subraya además, la toxicidad de este producto.
Sobre por qué un médico suministraría un producto no autorizado, el entrevistado manifestó que esa es una decisión del médico; que, en este caso, habría que ver lo que resuelve la Justicia; es decir, si ese médico está facultado para prescribir una intervención médica no autorizada, porque -explicó- en la receta, el profesional escribe que se suministre “como tratamiento compasivo” y no indica dosis, formulación del producto, concentración, ni forma de administración.
Dijo que el facultativo se ampara en una declaración de principios éticos para investigaciones médicas en seres humanos, la Declaración de Helsinki, que permite el uso, en determinadas ocasiones, cuando no hubiera productos de eficacia comprobada, cuando se hubieran agotado todos los otros tratamientos, siempre bajo la responsabilidad del médico y la intervención de expertos. Por ello, Sajem cree que eso no se ha cumplido en este caso, porque hay medicamentos, tratamientos y protocolos para covid, hay una recomendación de ANMAT de no usar este producto, y que “va a ser muy discutida y con problemas para el médico esta actitud”.
Respecto de la responsabilidad de la institución médica donde se suministró el dióxido de cloro a un paciente, el especialista explicó que, en este caso, la Justicia interviene en un tema médico y el sanatorio se ve obligado, en principio, a cumplir con la resolución judicial, mientras no la apele; que ahí ya hay un tema judicial en el que entra en consideración la Declaración de Helsinki, principios éticos que rigen la actividad de los médicos. “Es un problema, cuando la Justicia trata de intervenir en los temas médicos”, señaló. Y precisó que, a partir de esto, a futuro, va a haber conclusiones interesantes, desde el punto de vista de cómo se limita la facultada de un médico para prescribir medicamentos o tratamientos, (no puede indicar el médico lo que se le ocurra) y también la facultad del Poder Judicial para involucrarse en temas que desconoce o que no le competen.
Sajem insistió en remarcar que estos problemas son difíciles de resolver, y opina que a los pacientes y a los familiares habría que apararlos de esta situación, teniendo en cuenta que no hay un tratamiento ciento por ciento eficaz para el covid, y que hay que entender que tanto el paciente como su entorno, buscarán pedir que se apliquen todos los recursos necesarios, y que tampoco tienen por qué saber qué es el dióxido de cloro, cómo se utiliza, si está aprobado o no, o qué publicaciones científicas hay sobre el producto.
“En estos últimos días no se habla más que de esta polémica”, lamentó Sajem, cuando se podría estar hablando de otros asuntos. Y anunció: “En el día de ayer (miércoles 13 de enero), se aprobó y se empezó a distribuir el suero equino y prevalente, que es uno de los pocos tratamientos que tenemos para tratar enfermos graves de covid, que es un desarrollo de investigadores argentinos, con la participación de universidades públicas, y que fue eclipsado por esta discusión”.
Para finalizar, sostuvo que debe haber definiciones, no continuar con la polémica, que la Justicia resolverá y dictaminará responsabilidades. Enfatizó en el hecho de que la gente sepa que, el dióxido de cloro es un producto tóxico; pidió que no lo busque, porque, no se trata de que la autoridad sanitaria no lo quiera suministrar porque hay un boicot contra un producto que sirve: “Es tóxico, no se consigue en las farmacias porque no se puede elaborar”, insistió. Y recordó que los cuatro casos tóxicos registrados en la Argentina, que ocasionara dos muertes, fueron porque habían conseguido la sustancia por otra vía.
CL/RJ
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