Un museo del horror en Buenos Aires

Desde hace mucho gran parte de los museos han dejado de ser un depósito de obras o reliquias para transformarse en una experiencia vivencial y educativa.

Si esto es cierto para muchos establecimientos, cuánto más debe serlo para aquellos que nos invitan a ahondar sobre nuestra condición humana y la barbarie y grandeza de la que somos capaces.

Hemos recorrido unos cuantos museos que reflejan la Shoá. Yad Vashem, El museo del holocausto en Washingthon, el de Auschwitz, los museos judíos de Polonia y Alemania que por razones obvias tienen una sección específica dedicada al intento de aniquilamiento de la vida judía en Europa.

En esta víspera del día internacional de rememoración del holocausto, visitamos, en este contexto de pandemia, el reinaugurado museo del holocausto en la capital argentina. Nos atrevemos a decir, uno de los espacios mejor logrados en su temática a nivel mundial. Con un tamaño exacto para no agobiar al visitante (el edificio fue reacondicionado magistralmente desde las características originarias que poseía, cuando cumplía una función completamente distinta) y con un enorme trabajo multimedia que permite a todo tipo de públicos acercarse a lo vivido por el pueblo judío durante aquella noche trágica de la historia humana.

El brillante trabajo de investigación, diseño y acopio de información, sumado a la experiencia sensorial multimedia resultan simplemente perfectos. Puede ser para una primera aproximación a lo ocurrido para un joven o para un estudio profundo de cada uno de los detalles para un académico.

Entre todo lo que hay para destacar se encuentra el vínculo de la Argentina con el régimen Nazi, las reacciones de la prensa local y los actos a favor y en contra del nacionalsocialismo. Un capítulo especial ocupa la vida y captura de Eichman y su posterior enjuiciamiento en Jerusalem.

La visita que de manera rápida se puede llevar a cabo en 90 minutos cierra con un pabellón para homenajes y la salida a un sector que pondera la acción de los rescatadores. Un mensaje que pretende desafiar al visitante.  Si algo faltaba es la posibilidad de preguntarle de manera virtual a un sobreviviente que en un desarrollo muy bien logrado responde a más de 2000 preguntas, es decir casi todas las que pudiera tener un interesado en conocer su historia personal.

La reapertura del museo casi coincidió con el inicio de la pandemia lo que ha significado que tan solo algunos pequeños grupos pudieran acceder físicamente al ámbito, sin embargo y sabiendo que los museos deben ir a la gente, cerca de 40.000 personas pudieron recorrerlo en una visita 360º que permite una tecnología puesta al servicio del rescate de la memoria.

A 50 años de la culminación de la segunda guerra mundial, los líderes del mundo, se reunieron por vez primera en Estocolmo para reflexionar sobre la barbarie que significó la Shoá y se estableció el 27 de enero, día de la “liberación” de Auschwitz, como día de recordación internacional. En Buenos aires, y para el mundo, los 365 días del año, hay un museo que hasta que lo puedas visitar presencialmente, te invita a recorrerlo, vivenciarlo y estudiarlo virtualmente. www.museodelholocausto.org.ar

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