Purim: Máscaras y revelaciones
¿Por qué usamos máscaras en Purim?
En Purim usamos máscaras y disfraces. Esta costumbre aparentemente superficial tiene un profundo significado. En Purim recordamos que en el mundo nada es lo que parece ser. El verdadero mundo se encuentra por debajo de todo lo superficial. De hecho, las palabras Meguilat Ester, el rollo de Ester, también significan revelar (en hebreo megalé) lo oculto (haster). La historia de Purim retira la máscara y revela lo que está oculto.
Muchos de los personajes principales de la historia de Ester usan máscaras y no se identifican como lo que realmente son ni revelan cuáles son sus verdaderos motivos. Hamán pretende tener en mente sólo los mejores intereses del rey cuando le aconseja aniquilar al pueblo judío, pretendiendo que los judíos eran una amenaza para su reinado porque seguían sus propias leyes y costumbres y no las del resto de Persia. En realidad, él deseaba destruir a los judíos por sus propios deseos genocidas, porque era descendiente de Amalek, la antigua tribu bíblica que trató de destruir al pueblo judío.
Mordejai nunca reveló que él era pariente y amigo de Ester. Pretendió ser una persona simple que había salvado la vida del rey. Ester fue quien finalmente le reveló al rey que Mordejai era su pariente.
Y, por supuesto, Ester misma usó una máscara: ella pretendió ser una reina gentil, sio revelar nunca su identidad judía hasta el final de la historia de Purim.
Dios mismo usa una máscara a lo largo de la historia. En la Meguilá nunca se menciona el Nombre de Dios. De hecho, toda la historia de Purim parece surgir de ocurrencias completamente naturales. En la historia no hay milagros revelados.
El Talmud se refiere a esta idea al preguntar: “¿Dónde encontramos en la Torá una alusión a Ester? En el versículo: “Anojí aster, hastir panai”, lo que significa: “He aquí que voy a ocultar Mi rostro”. El nombre Ester viene de la palabra hebrea aster, oculto. Efectivamente, Dios está oculto a lo largo de la historia y de nosotros depende ver Su mano.
Esta es una bella ironía: Hamán trata de negar la mano de Dios en todo, y en la misma historia, Dios nos muestra que de hecho Él es quien orquesta toda la historia. Cuando leemos la Meguilat Ester “revelamos lo que está oculto”, revelamos la mano de Dios guiando incluso los eventos naturales.
Purim nos muestra que todo el mundo es una máscara. El mundo real se encuentra por debajo de la superficie. En la vida, a menudo usamos máscaras por miedo a mostrar nuestro verdadero ser espiritual. Por eso en Purim a propósito usamos máscaras para exponer lo que realmente es: nada más que una fachada. Y bebemos hasta llegar al punto en que mostramos abiertamente nuestra alegría espiritual interna. Leemos la historia de la Meguilá y vemos revelada la mano oculta de Dios.
El Talmud compara nuestro exilio con la “noche” y la historia de Purim con “el alba”. Cuando llega el alba, todo se revela. Lo que una vez parecía ser oscuro se baña con la luz del sol. Recordemos este bello mensaje de Purim, revelemos la belleza interior y valoremos la Mano de Dios en todo lo que vemos y hacemos.
Por Israel Juskowitz
Fuente: Aish
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