Actualización: Un empate técnico en Israel no permite asegurar nada

Esta nueva elección, la cuarta en un periodo de 2 años, tiene como eje casi exclusivo aquellos que respaldan al primer ministro y los que no quieren su continuidad. Las características del sistema parlamentario israelí, la atomización en múltiples partidos, las ansias de poder y egos, conforman desde hace mucho una situación de alta complejidad e inestabilidad en la gobernabilidad. Una coalición con una diferencia mínima que hace del gobierno una pluma al viento.

Más allá de alguna pequeña sorpresa en cuanto a los resultados las encuestas han acertado en relación al empate técnico entre los bloques a favor y en contra de Bibi. Nadie puede a esta hora afirmar como terminarán estas elecciones y cual bloque se impondría. Tampoco se descarta que en la imposibilidad de conformar gobierno por parte de alguno de los bloques se tenga que llamar a una quinta elección.

Aunque el Likud, el partido liderado por Netanyahu, ha obtenido la primera minoría, con entre 30 y 32 bancas se vienen semanas de mucha negociación y con un final abierto. Israel ya tiene antecedentes de elecciones donde la primera minoría no pudo conformar una coalición de 61 miembros y termino siendo oposición.

Nada es fácil en Israel, tampoco conformar un gobierno y que el mismo tenga estabilidad y continuidad.

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