Israelí de la ciudad de Dimona batió un peculiar récord Guiness
Avi Tal (34), un artista que se enteró de que batió el récord Guinness por pintar con spray la obra de arte en la pared más grande del mundo. Este récord mundial se ha roto, y se extiende a lo largo de un estadio de fútbol local ubicado en el norte de la ciudad del sur de Israel, Dimona.
El estadio, que se encuentra en malas condiciones, se convirtió en una obra de arte. En los años 2017-2016, el artista pintó con aerosol a su alrededor, por dentro y por fuera, de modo que su ilustración de graffiti asciende a 2.038,96 metros cuadrados. El récord anterior en esta categoría Guinness era de solo unos 600 metros cuadrados.
Para poder llegar a esta categoría, el camino no fue fácil para Avi Tal. Sus padres emigraron a Israel en la década de 1970 desde la Unión Soviética y se establecieron en la ciudad de Be’er Sheva, donde nació y vive hasta el día de hoy. Se define a sí mismo como un “pájaro libre”, y que siempre le ha resultado difícil adaptarse a los marcos existentes. A la edad de 16 años fue expulsado del colegio. En el ejército también tuvo problemas, fue enviado a la prisión militar y fue dado de baja del servicio regular después de solo un año y cuatro meses.
Cuando sintió que nadie lo comprendía, se dirigió a su refugio: la pintura. Dibujó en una página, que con el tiempo se convirtió en una pintura en las paredes. El punto de inflexión fue hace unos 13 años, cuando en la mitad de la noche pintó con spray un grafiti en la pared de un tribunal de Be’er Sheva, un grafiti que luego cambió su vida. Meses después la policía lo arrestó por vandalizar propiedad pública y fue sentenciado a servicio comunitario como castigo, en una de las escuelas de la ciudad.
Su servicio en la comunidad lo llevó a experimentar con una variedad de diferentes estilos de graffiti, y en 2009 se mudó a Holanda. Regresó a Israel tres años después y a su regreso pudo conseguir ofertas de trabajo de grandes empresas y fábricas interesadas en sus murales, para cubrir las paredes exteriores de sus instalaciones.
En 2016, Avi quiso intentar romper un récord Guinness, y después de un año de trabajo aparentemente imposible, y contra todo pronóstico, lo logró. Todo es a mano alzada, sin ayudas externas ni plantillas. Combina en su arte elementos tradicionales del graffiti junto con el arte contemporáneo. Toma el arte callejero metropolitano y lo aplica en el corazón del desierto israelí.
Entonces, ¿por qué Dimona? Tal dice: “Durante mi búsqueda como artista, estaba buscando a alguien que estuviera lo suficientemente loco como para llevar a cabo tal cosa. No es un mural pequeño, está rompiendo un récord Guinness”. Para obtener el reconocimiento de Guinness, tenía que demostrar que él mismo pintaba el grafiti: “Todos los días que salía al campo me llevaba una cámara, la ponía detrás de mí en la pared y me filmaba a mí mismo mientras pintaba”.
También hubo dificultades en el camino. Hacía mucho calor en Dimona y cuando se trabaja con pintura en spray debe estar completamente vestido, porque es una sustancia tóxica y además con una mascarilla especial, guantes y gorro. Es un trabajo a pleno sol y exigente físicamente. Tal promete que este no es su último gran cuadro. “Si alguien escucha y ve esto, estaría muy feliz de hacer algo más loco. Hacer unos 30.000 metros cuadrados o algo así”.
Sivan Gobrin desde Israel
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