Amplia coalición en Israel

Por Ricardo López Göttig

A pocos días de que termine el plazo para conformar un gabinete de coalición en el Estado de Israel, tras la cuarta elección legislativa en los últimos dos años, varios partidos de la oposición están en negociaciones intensas para alcanzar ese objetivo y evitar otro proceso electoral.

Una amplia coalición unificada en torno al rechazo al actual primer ministro actuante Netanyahu, que va desde posiciones conservadoras hasta la izquierda de Meretz y el Partido Laborista, cosechando el voto en el parlamento de la Lista Conjunta de los partidos árabes, esta vez sí podría conseguir la cantidad suficiente de escaños para establecerse.

Como todo gobierno de coalición de las democracias parlamentarias, implica un largo tiempo de negociaciones antes de asumir, y es previsible que haya discusiones en su seno en el gobierno. Es por ello que, más allá del reparto de funciones entre los miembros, hay líneas claras que deben establecerse de antemano, en particular en cuestiones vitales para el Estado de Israel como son la seguridad, defensa, política exterior e inversiones.

Está claro que Netanyahu es un superviviente político, extremadamente hábil, pero que ya está agotando sus recursos para continuar en el poder. Su experimento de poder compartido con Benny Gantz, en el que se rotarían en la función de primer ministro, quedó por el camino. Este sería el instrumento que utilizarían Naftalí Bennett y Yair Lapid, pero ello requiere de mucha confianza entre los componentes de la coalición, y que ésta se mantenga unida por un tiempo prolongado. Netanyahu ha buscado personalizar sus políticas, como si sólo de él dependieran la seguridad del Estado de Israel, pero las urnas ya se han pronunciado. Y aun cuando el partido Likud fue la primera minoría en votos y escaños, es legítimo y legal que asuma un nuevo primer ministro respaldado por una pequeña bancada legislativa, si logra presentar una coalición mayoritaria, unida por pequeñas sumas.

¿Se abrirá un nuevo período de transparencia gubernamental y podrá ponerse en marcha una coalición que vote un nuevo presupuesto? ¿Comenzará la renovación del liderazgo en el Likud, tras el desplazamiento de Netanyahu? En los próximos días –y años- habremos de saberlo.