La apasionante democracia israelí

El sistema parlamentario tiene sus complejidades, pero representa como ninguno la heterogeneidad de una sociedad y el respeto a las minorías. La sociedad israelí, atomizada como pocas, hace que el arte de la negociación sea un estilo de vida. Anoche 35 minutos antes que expire el lapso concedido a Yair Lapid, líder del partido Yesh Atid, que obtuvo la segunda minoría y le fuera encomendado intentar formar una coalición de gobierno, luego que el Likud, liderado por el actual Primer Ministro Benjamin Netanyahu, que obtuviera la primera minoría, no lograra conseguir las mínimas 61 bancas de las 120 que se requieren informó al presidente Rivlin que había conseguido acordar entre 8 partidos la mayoría necesaria.

Lo que para algunos sería la caída del gobierno de Netanyahu todavía tiene algunos rounds pendientes. El presidente de la Knesset, el parlamento, tiene 12 días para convocar a los miembros y que se vote el nuevo gobierno. Un parlamentario de YAMINA del potencial primer ministro Bennett aparece como díscolo y podría derrumbar todo lo supuestamente acordado, incluso podrían aparecer otros. Ya pasó en los 90 cuando Shimón Peres parecía que tenía asegurada una coalición que finalmente no fue. La síntesis, vienen días apasionantes, y nunca hay que dar por muerto a Netanyahu, que en el arte de la sobrevivencia, ha demostrado ser como en otros, un combatiente todo terreno.