Shlaj Lejá
Después de la salida de Egipto, el cruce del Mar Rojo, la entrega de la Torá en el monte Sinaí, la construcción del Mishkán y la cuenta de la cantidad de hombres listos para la guerra, llegó el momento de entrar a la Tierra Prometida.
Pero antes de comenzar la conquista Di-s le pide a Moisés que envíe los famosos 12 espías a recorrer la tierra durante 40 días. Al regresar de su viaje el reporte fue frustrante; diez de los doce dijeron que es imposible conquistarla, que los hombres son gigantes y nos ven como langostas y solo dos confiaron en que podrían hacerlo. Di-s se enfurece con el pueblo, lo quiere destruir, pero finalmente, a pedido de Moisés, lo perdona. Pero como castigo lo hace caminar por el desierto durante 40 años, uno por cada día que recorrieron la tierra los espías.
La historia es conocida, pero tiene aspectos extraños. Comienza con el pedido de Di-s a Moshé; Shlaj Lejá significa “Envía para vos”, hombres que “Recorran/Exploren/Visiten” (la palabra en hebreo se puede traducir de varias maneras) la tierra, que yo les voy a dar a los hijos de Israel.
Las preguntas que surgen son: ¿para qué mandar espías a una tierra que ya te prometieron? ¿Necesitaba Di-s mandar espías? ¿Necesitaba Moisés mandar espías? Pero, sobre todo, ¿Cómo puede ser que al regresar los espías, el pueblo no se anime a conquistar una tierra que Di-s les prometió y quieran volver a Egipto?
El primer mensaje que nos da la Parashá es que si tenemos que mandar espías, no es para Di-s sino para nosotros. Di-s nos da la posibilidad de llegar a la tierra prometida, pero es nuestro trabajo luchar por ella. Saber que tenemos la ayuda de Di-s no nos libera de la responsabilidad de esforzarnos y luchar por lo que queremos.
La historia finalmente le dio la razón a los 12. Los 10 espías que dijeron que no podían, murieron caminando en el desierto, y los 2 que dijeron que si podían, finalmente entraron a la tierra prometida.
El segundo mensaje también es muy actual. Como puede ser que el pueblo quiera quedarse en el desierto y volver a Egipto en lugar de llegar a la tierra prometida.
Moisés envió a 12 líderes de tribus, ellos estaban cómodos en su situación y tenían todo. Eran líderes, tenían las mejores tiendas para dormir, el maná les caía del cielo y tenían agua. Entrar a la tierra prometida significaba salir de su zona de confort, y no quisieron hacerlo.
El verbo que utiliza el texto para decir espiar es “Latur” se traduce a veces como explorar/espiar, pero también significa visitar, un “taiar” es un turista. Este verbo, en diferentes conjugaciones se utiliza 10 veces durante el relato. Diez de los doce espías visitaron la tierra como turistas, pero sin intención de hacerla propia. Eran turistas en una tierra que Di-s les había prometido.
La parashá termina con la mitzvá del Tzitzit (las puntas del talit). Este es el párrafo que se lee todos los días junto con el “Shema Israel”: Que hagamos Tzitzit en nuestras ropas y que los veamos y recordemos las mitzvot “Ve lo taturu ajarei lebabjem ve ajarei einejem” (y no simplemente paseen atrás de su corazón y de sus ojos). Usa la misma palabra que usa para decir lo que hicieron los espías: “Pasear”. Termina diciendo “Para que recordemos, que Di-s nos saco de Egipto” y nos dio la libertad.
No estamos en el mundo para espiar nuestra vida y vivirla como turistas sino para hacerla nuestra y animarnos a vivirla como realmente queremos.
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