Ely Karmón : El “fiasco operacional” de Afganistán
Ely Karmon, uno de los mayores expertos en grupos terroristas y conflictos de Medio Oriente analiza la situación en Afganistán tras la retirada de Estados Unidos y el ataque terrorista en el aeropuerto de Kabul que asesinó a 13 marines americanos y por lo menos 157 afganos.
Actualmente, Afganistán se encuentra dominado principalmente por el Talibán, grupo terrorista que recobró el poder que le habían quitado Estados Unidos y sus aliados al invadir el país asiático como respuesta al atentado contra el World Trade Center del 9 de septiembre del 2001. Dominando casi la totalidad del país, el grupo con base política y religiosa en el islam radical sunita de la Escuela Deobandi reinstauró un régimen basado en la Sharía (ley islámica) atentado contra todo tipo de libertades individuales y persiguiendo a los disidentes.
Sin embargo, el Talibán no es el único grupo islamista radical en el ahora llamado Emirato Islámico de Afganistán. Un grupo conocido como ISIS K, una filial del Daesh (Estado Islámico) basada en la provincia afgana de Khorasan, llegó a las primeras planas de todo el mundo tras ejecutar un horrífico ataque con explosivos en el aeropuerto internacional en el que dos yihadistas se inmolaron provocando la muerte de al menos 170 personas y por lo menos 200 heridos. Tal agrupación, es de ideología sunní salafista y critica al Talibán por “moderado”.
Por último, el tercer grupo islamista radical presente en Afganistán es la llamada Alianza del Norte, creada en 1996 con el fin de derrocar al gobierno del Talibán de ese entonces.
Según Karmon, la situación actual en Afganistán se debe a lo que él llama un “fiasco operacional” producto de que “tanto el ejército americano y la OTAN, que están presentes desde hace 20 años en Afganistán y también los servicios de inteligencia principalmente la CIA, no evaluaron la debilidad tanto del ejército y del liderazgo política del gobierno oficial de Kabul”. Aquello generó una sobrestimación de las capacidades del gobierno afgano apoyado por occidente, y por lo tanto predicciones incorrectas acerca de como se sostendría tras la retirada de las potencias occidentales. El ejército afgano, compuesto por “350 mil soldados, con aviación, con tanques, cayó en algunos días y el presidente de Afganistán huyó a los Emiratos [Árabes Unidos] antes de la caída de Kabul”.
Sin embargo, el entrevistado remarca que, en un principio, la guerra había tenido buenos resultados para los Estados Unidos: “Los talibanes fueron destruidos en los primeros meses después de la ocupación, Al Qaeda fue destruida como infraestructura centralizada, muchos de sus líderes fueron asesinados o tomados como prisioneros en Guantánamo, solamente Bin Laden consiguió huir y fue muerto después de 10 años”. Para Karmon, el error de los Estados Unidos fue intentar “cambiar el sistema político, democratizar Afganistán, permitir que los Derechos Humanos sean defendidos, que las mujeres y los niños se sientan libres” lo cual explica que fue un fracaso debido a la dificultad que existe para cambiar “el sistema tribal, la cultura nacional étnica” nativa.
En un plano internacional, el profesor apunta que, como consecuencia directa de la salida de Estados Unidos de Afganistán, se puede observar el surgimiento de un interés en Rusia y China para tomar su puesto aprovechándose del vacío de poder generado, además de una influencia en “el balance de poder entre Pakistán e India, que tienen intereses mayores en ese territorio”.
Por otro lado, también destaca que existe una “influencia psicológica y de imitación a todos los movimientos de guerra y terrorismo”, pudiéndose observar reacciones como la de Hamás felicitando la imposición del nuevo régimen como un triunfo para todos los revolucionarios del mundo musulmán. “Prácticamente todos los grupos que apoyan a los extremistas en el mundo islámico son ahora felices y piensan que serán apoyados por lo menos del punto de vista motivacional y psicológico su lucha contra el Occidente y contra los regímenes del mundo árabe y musulmán que no aceptan este régimen de Sharía extremista del Talibán” define el entrevistado.
Por otro lado, en cuanto al rol de Irán en lo que respecta a la situación en Afganistán, el profesor explica que su posición hacia el Talibán ha sido ambivalente a través del tiempo: “Irán que era un enemigo declarado de los Talibanes 20 años atrás… en los últimos años apoyó a los talibanes con armas y también con financiación”. Además, comenta que en Afganistán existe una “minoría muy importante Chiita en Afganistán, los Hazaras”, muchos de los cuales se refugiaron en Irán y fueron utilizados por el régimen Ayatola para combatir en Irak y en Siria.
Redacción gentileza de Tomás Polakoff
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