Jugar en primera significa saber que el público te aplaude, las chicas te quieren y el rival viene a quebrarte.
Así define lo que vive un político Alberto Kohan, un experimentado político, que entre otros, fue ministros de salud y ex secretario general de la presidencia durante los gobiernos de Carlos Menem.
Definiciones muy claras y contundentes.
El referente analizó el momento que atraviesa la Argentina y más allá de reconocer las enormes dificultades se mostró optimista. “Tuvimos cinco presidentes en una semana y el país siguió adelante, en los últimos sesenta años tuvimos 33 presidentes, veinte fueron producto de golpe de Estado y el país siguió funcionando, hubo dictadores militares terribles del 73, 76 al 83 y el país siguió funcionando, yo creo que somos un país de sobrevivientes de una u otra manera como son todos los países del mundo. Todos los países tienen problemas, nosotros hemos tenido miles desde que somos algo parecido a una nación y creo que hasta el día que realmente seamos una Nación”.
“Esta es una colación entre una persona capaz que no tiene votos y una persona capaz que tiene votos, la verdad es que esta pulseada no se debería haber dado. A mí la carta de la vicepresidenta me dolió mucho porque muestra que no tenemos respeto por la institucionalidad”. “Vamos a ver qué pasa” ahora viene la legislativa y luego el 23. Si hacen algo bien van a recuperar algún voto si no hacen nada bien van a perder más votos”.
“Cuando veo la carta me parece que la vicepresidenta no tiene respeto por la institucionalidad, pero no debe negar que la institucionalidad es la que puede salvar a un sistema. Estamos mal. Hoy leí una noticia de Neuquén donde los Mapuches han ocupado otro establecimiento y eso es falta de institucionalidad, falta de Ley, en Rosario y Santa Fe es un lío con el tema de la droga, eso es falta de ley. Hay mucho desprecio por el sistema y la falta de Ley. Espero que en algún momento lo recupere el gobierno que sea pero que lo recuperemos”.
“El país va mucho más allá de un gobierno. Cualquier país ha pasado por sangre, guerras historia y así y todo el país siguen con lío”.
“Cada país se tiene que arreglar con su sistema, nosotros somos excesivamente federales, en un país donde lo más unitario que tenemos es la plata”. Cada provincia le aporta al gobierno Nacional para que él le dé una coparticipación que está absolutamente discutida. La reforma del 94 no ayudó en nada. Se hicieron regiones que nunca se cumplieron, lo único que se cumplió es que se tenga un tercer senador para la primera minoría con lo cual se logró que tengamos más senadores proporcionalmente que los Estado Unidos”.
Respecto a los ministros entrantes expresó “veremos cómo hacen para resolver la realidad”. Nadie puede juzgar a este gabinete hasta que tenga un tiempo de funcionamiento. Hay gente muy capaz más allá que te guste uno más que otro. En todo caso un gabinete depende de las instrucciones que le da el presidente. “Por el bien del país espero el presidente tenga el liderazgo para poder guiar a estos ministros”.
“Para revertir una elección no hay que cambiar nombres, hay que cambiar la política, hay que cambiar resultados, yo no sé si el gobierno tiene tiempo para revertir la política y los resultados de esa política, yo siempre he dicho lo mismo, si con veinte millones de planes perdés una elección es que la gente no quiere planes, quiere trabajo, entonces si no creas las condiciones trabajo es muy difícil se revierta un resultado”
En relación a si en la Argentina están dadas las condiciones para generar trabajo fue enfático. No están dadas las condiciones. Con doble indemnización, con prohibición de despido, con sindicatos que bloquean algunas empresas y no dejan ingresar a los obreros es muy difícil cuando todo va en contra de la inversión”
Recordó momentos difíciles que le tocó atravesar confrontando grupos de poder. “Todo tiene que tener un límite”. El Estado tiene que ponerle límite”. No hay que tenerle miedo. Cuando tenía una situación, consultaba al presidente y él tomaba la decisión. Un ejemplo, el último golpe de Estado fue el 3 de diciembre de 1990. El presidente se encerró solo, estuvo un rato pensando en su despacho, yo fui al edificio libertador y escuché lo que esta gente quería, (un momento que no voy a olvidar nunca), estábamos muy enojados porque habían matado a dos camaradas, Pita y Pedernera y el presidente dijo si en 6 horas no se rinden bombardeamos y algunos abrieron los ojos grandes, hay que bombardear el edificio libertador y recuerdo que dijo una frase más; más vale que los aviones arranquen”.
Se hizo lo que hubo que hacer. Se metieron a todos presos, algunos sublevados murieron, Seineldín recibió cadena perpetua”.
El Poder es unipersonal y se debe ejercer. Presiones siempre hay.
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