La ONU se prepara para conmemorar la controvertida conferencia de Durban, con 31 estados boicoteando

La Asamblea General de las Naciones Unidas se fijó el miércoles para realizar un evento de conmemoración por el vigésimo aniversario de la controvertida Conferencia Mundial de la ONU contra el Racismo en Durban, Sudáfrica, que fue acusada de virar hacia el antisemitismo abierto.

La primera conferencia de Durban, celebrada del 31 de agosto al 8 de septiembre de 2001, pocos días antes de los ataques terroristas del 11 de septiembre, estuvo marcada por profundas divisiones sobre los temas del antisemitismo, el colonialismo y la esclavitud. Estados Unidos e Israel abandonaron la conferencia en protesta por el tono de la reunión, incluso por los planes para incluir en el texto final condenas del sionismo como una forma de racismo, una disposición que finalmente se abandonó.

En la conferencia de 2009, un discurso del entonces presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, que atacó a Israel provocó una huelga temporal de muchos delegados europeos.

Un récord de 31 naciones boicotearán las conmemoraciones por la preocupación de que presenten escenas similares a las vistas en 2001, dijo el viernes el embajador de Israel en la ONU, Gilad Erdan, más del doble de la cantidad de países que lo han hecho en el pasado.

“En los últimos meses he trabajado para que el mundo comprenda que la Conferencia de Durban fue fundamentalmente podrida”, dijo en un tuit del lunes. “Me alegra que muchos más entiendan esto hoy”.

Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia y Francia se encuentran entre algunas de las naciones clave que boicotearán la reunión de este año.

Sin embargo, la Conferencia de Presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses ha dicho que solo 20 países están listos para boicotear el evento. Ha instado a más países a unirse a ellos “para continuar luchando contra el racismo, la intolerancia y el antisemitismo”.

Después de la conmemoración, los jefes de estado continuarán pronunciando sus discursos anuales en el amplio salón de la Asamblea General. Entre los oradores se encuentran el rey Abdullah II de Jordania, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, y el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta.

Por primera vez desde que comenzó la pandemia de COVID-19, más de dos docenas de líderes mundiales se presentaron en persona el martes en el día inaugural de la Asamblea General. El ambiente era terrible, con el COVID-19 y las crisis climáticas como los principales problemas para los jefes de estado y de gobierno, y con el jefe de la ONU, Antonio Guterres, emitiendo una sombría advertencia de que “estamos al borde de un abismo”.

El primer ministro Naftali Bennett es otro de los al menos 83 líderes mundiales que planean asistir en persona. Veintiséis líderes solicitaron hablar de forma remota.

Bennett se dirigirá a la reunión el lunes 27 de septiembre y hablará sobre la seguridad nacional de Israel y los problemas regionales, según su oficina. Es probable que sus comentarios se centren en el programa nuclear de Irán y su apoyo a los grupos armados de poder.

El predecesor de Bennett, Benjamin Netanyahu, era conocido por aparecer en los titulares con sus discursos sobre la amenaza nuclear iraní en la Asamblea General de la ONU, a menudo utilizando gráficos de cartón y otros accesorios para transmitir su punto.

Además de los discursos de los líderes mundiales, la Asamblea General generalmente también tiene cientos de eventos paralelos, pero solo un número limitado se lleva a cabo este año, principalmente virtualmente o fuera de la sede de la ONU.

Estos incluyen eventos sobre vacunas, sobre los niños como víctimas invisibles del coronavirus y el conflicto, sobre el multilateralismo y la democracia, y sobre puntos críticos globales como Yemen, Somalia, Afganistán e Irak.

Además, el Consejo de Seguridad de la ONU celebrará una reunión de alto nivel el miércoles sobre clima y seguridad.

Se espera que Afganistán y otros desafíos globales importantes estén en la agenda, incluida la falta de progreso en la reincorporación de Estados Unidos al acuerdo nuclear de Irán de 2015.

También hay reuniones de alto nivel sobre energía y el tratado de prohibición de los ensayos nucleares, y una cumbre sobre el sistema conectado de producir, procesar, distribuir y consumir alimentos, que según la ONU aporta aproximadamente un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Fuente: The Times of Israel