Elecciones en DAIA: Claudio Avruj, tu pasado nos condena
La DAIA, representación política de la comunidad judeo-argentina, es una entidad que desde su fundación hace más de 85 años ha mantenido la necesaria independencia de la política Nacional y mucho más, de la partidaria.
Trabajar por el bien de la comunidad en su conjunto, requiere que sus miembros sean personalidades incuestionables y cuyos intereses no puedan ir en contra de su accionar comunitario.
El 10 de noviembre se llevará a cabo la asamblea para elegir la nueva conducción. A la fecha tan solo dos listas aparecen pujando. La primera encabezada por el actual presidente, Jorge Knoblovits, que pretende continuar en el cargo, y otra encabezada por Claudio Avruj, ex director ejecutivo de la institución y destacado exponente por más de una década del partido Juntos por el Cambio liderado por Mauricio Macri. Avruj dejó la tarea comunitaria cuando lo convocara Macri, primero al gobierno de la ciudad, para ocupar el cargo de subsecretario y director de colectividades, y luego en el Gobierno Nacional con la alta función (equivalente a la de un ministro), de Secretario de Derechos humanos.
Nadie puede dudar de las capacidades de Avruj y conocimientos del particular mundo de la política, pero tampoco nadie puede dudar que sería de una enorme irresponsabilidad que una persona identificada con una de las fuerzas políticas nacionales presidiera la DAIA.
No son pocas las veces donde desde los partidarios políticos nacionales se ha intentado vincular a la institución con intereses extraños a sus objetivos estatutarios. Los fuerzas políticas en pugna en el escenario local, no tienen escrúpulos de ningún tipo a la hora de operar a la comunidad judía e incluso le han endilgado y señalado falsamente intereses de gobiernos extranjeros en sus decisiones.
La DAIA tiene como única fortaleza su necesaria independencia.
Operadores políticos partidarios como el manifiesto argentino judío intentan confundir a la sociedad, desacreditar a la institución como organización representativa de todos los judíos argentinos en su diversidad ideológica o adscripción partidaria.
Avruj, sería confirmarles que la comunidad ha sido colonizada por un partido político que representa a la derecha y su visión del mundo.
Sería como si Carlos Corach otrora ministro del interior del gobierno de Menem o el fallecido Hector Timerman, canciller de Cristina Kirchner se candidatearan para presidir la DAIA. No se trata del partido que representen sino del rol que han desempeñado en la función pública y los niveles de exposición y compromiso.
Hace un par de meses y seguramente intentado congraciarse con las agrupaciones kirchneristas o mostrar su ” independencia” Avruj manifestó que considera inadecuado que la DAIA participé como querellante de la causa del Memorándum denunciada por el asesinado fiscal Alberto Nisman, en la cual, está denunciada la ex presidenta Cristina Fernández, funcionarios de su administración y otros personajes. Sea cuales sean las motivaciones de su postura, nadie puede pensar que Avruj tendría la necesaria independencia para actuar en ésta y otras situaciones delicadas que vive la comunidad de manera permanente a partir del atentado a la AMIA-DAIA.
Hay mucho para criticar de la actual gestión de Knoblovits que seguramente no ha estado para muchos a la altura de lo deseado y se ha ganado algunas enemistades. Hay problemas estructurales ,orgánicos y de un exceso de personalismo, pero eso no debe significar perder el equilibrio y llevar a la DAIA a un camino de suicidio sin retorno.
Vale recordar, “no solo hay que serlo sino parecerlo”.
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