La DAIA debe apelar

Los firmantes de esta declaración creemos, como argentinos y como judíos, que la dignidad ética y moral no debe subordinarse a ningún cálculo que pueda desvirtuarla e implique renunciar al pedido de apelación que debe realizar la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA).

Lo exige así la memoria de quienes fueron asesinados en el atentado terrorista sufrido por AMIA, tanto como el significado de la Ley en la tradición judía. La verdad no tiene precio, no es negociable ni surge de las presiones que puedan ejercer la política o los factores de poder. Así lo exige igualmente la convicción de la gran mayoría del pueblo argentino, persuadido de que la Ley debe volver entre nosotros a preponderar sobre el poder, sea este el que fuere.

La sentencia del Tribunal Oral Federal Nro. 8 en violación al Código Procesal Penal cerró la realización del juicio oral en el que se debía escuchar a 300 testigos. Impidió que se persiguiera Justicia. En beneficio de la comunidad argentina resulta necesario conocer la verdad a través de un pronunciamiento acorde con la Constitución, en defensa del Estado de Derecho.

Esta declaración no tiene el propósito de fijar postura alguna sobre una futura sentencia. No nos inclinamos a favor o en contra de una condena o de una absolución. Simplemente propugnamos la realización de un juicio, cualquiera que sea el resultado.

Este es un momento histórico que demanda una decisión histórica. La determinación que adopte la DAIA será recordada como una reafirmación del compromiso comunitario con la justicia, la verdad y la memoria o, por el contrario, como un abandono de la búsqueda de esos principios.

En circunstancias tan sensibles como estas, los valores morales deben prevalecer por sobre el pragmatismo político. Es un camino que no admite renuncias ni bifurcaciones. Se impone una decisión ética que nos toca como individuos y como sociedad. Se trata, a fin de cuentas, de elegir entre dignidad o sometimiento.