Entrevista a Avi Loeb “El proyecto Galilei, Extraterrestre y Oumuamua”
“Sería arrogante creer que somos únicos en el universo”.
-Avi Loeb.
Abraham “Avi” Loeb. Nació en el moshav Beit Hanan, criándose en medio de un mundo agrícola, y ahora es profesor de ciencias de la cátedra Frank B. Baird Jr., de la prestigiosa universidad de Harvard. Es judío, mantiene la tradición, pero no es practicante.
El Proyecto Galilei tiene un histórico fin, y es la búsqueda científica sistemática de evidencias de artefactos tecnológicos extraterrestres. Se busca hallar y estudiar si una o unas civilizaciones fuera de la tierra poseen naves y tecnología para realizar viajes interestelares.
El profesor Loeb ha sido el presidente más antiguo del Departamento de Astronomía de Harvard y en 2020 Loeb fue seleccionado entre los 14 israelíes más inspiradores de la última década. Es un físico teórico, astrofísico y cosmólogo, bastante controvertido en el mundo académico, pues va muy por delante de sus colegas, al estar seguro de la existencia de vida, cultura y tecnología alienígena. Se doctoró en Física por la Universidad Hebrea de Jerusalén, con tan solo 24 años y al igual que Galileo, de seguro revolucionara la astronomía y la física.
David A. Rosenthal: ¿Cómo llegó a la física y la astronomía?
Dr. Avi Loeb: Nací en una granja (moshav) Beit Hanan en Israel e iba al colegio cada tarde, cuando era pequeño me apasionaba la filosofía, leía libros de filosofía en el tractor camino a la granja. Luego cuando cumplí 18 años, tuve que tomar una decisión, entrar al ejército de Israel (Tzáhal). Y tuve dos opciones, entrar al área de defensa, haciendo un trabajo intelectual desde la física, o ser un soldado regular, así que decidí contribuir desde la física, que estaba más cercana a la filosofía. Asimismo, mientras estaba en el ejército, fui distinguido con un programa (Talpiot) de entrenamiento de élite de las Fuerzas de Defensa de Israel para reclutas que han demostrado una excelente capacidad académica en ciencias y potencial de liderazgo.
Me gradué del programa de Física de Plasma en la Universidad Hebrea de Jerusalén y estando en el ejército, ayudé con el desarrollo del proyecto Programa “Star Wars” o Iniciativa de Defensa Estratégica (por sus siglas en inglés, SDI) promovido por el gobierno del presidente Ronald Reagan. Este proyecto tenía como objeto, construir un sistema defensivo con armas espaciales capaces de prevenir un ataque nuclear a territorio norteamericano contra misiles balísticos intercontinentales y misiles balísticos lanzados desde submarinos.
Así que, comencé a visitar muy a menudo Estados Unidos, en especial Washington, y en una de las visitas, la universidad de Princeton me ofreció una beca de cinco años, con la condición de enseñar astrofísica, convirtiéndome en miembro del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton. Y lo mejor de la astrofísica es que tiene preguntas filosóficas, pero que se resuelven bajo método científico, y una de ellas es: ¿Somos los más inteligentes del lugar?
D.A.R: ¿Cómo fue su infancia en el Moshav Beit Hanan y cómo influyó en su vida?
A.L: Estuve muy conectado con la naturaleza desde que era niño y crecí en medio de ella. Además, desarrolle una mayor apreciación de la naturaleza que la mayoría de la gente, e incluso, comprendía más la naturaleza que a la misma gente.
En ultimas, yo era un chico de granja, no tenía acceso a ningún medio de comunicación. Además, nunca tuve cuenta en redes sociales y es que prefería estar centrado en mi mundo, no en el de los demás. Una de las cosas por las que el espacio es fascinante, es que esta tan lejos de nosotros, por ejemplo, la luna y marte, en donde no hay presencia humana, es la naturaleza más pura, más virgen la que se puede ver allí.
Antes de la pandemia yo solía ir a trotar en compañía de toda clase de animales, y me enriquecía mucho ese contacto con la naturaleza. A la final, no haber crecido en la ciudad, me hizo más independiente. De hecho, en mi libro “extraterrestre” revivo la historia del primer día que fui a clase y vi a los niños de la clase saltando de un lado a otro en sus mesas, y no lo entendí, no le encontré significado. Y, esto es un reflejo de mi vida y mi carrera, intentar buscar sentido o entender las cosas que hacen los demás que para mí no tienen sentido.
D.A.R: ¿Qué importancia tuvo en su vida el haber estado en las Fuerza Aérea israelí?
A.L: Me dio confianza en mí mismo ir al servicio militar. Entrenar tantas horas por semana me enseñó a ser fuerte y hoy cuando veo en Twitter ataques contra “extraterrestre” se que no es algo personal, es por un fin más grande. Y ahora que recién se lanzó el proyecto galileo, que busca enviar telescopios para identificar los fenómenos que hay fuera de nuestro sistema, como “Oumuamua” y todos los objetos interestelares que podamos lograr captar desde la tierra.
Trato de crear una nueva forma de entender este tema dentro de la comunidad científica, y todo me remonta a mi niñez, cuando era un chico curioso y aun me mantengo con esa misma curiosidad. Es un privilegio mantener esa curiosidad.
D.A.R: Harvard es un lugar maravilloso, que contiene gran parte del intelecto de América y del mundo. Además, me siento como en casa porque es un ambiente donde florecen los grandes intelectos.
A.L: En esta universidad me he desempeñado como director del departamento de astronomía por tres veces, siendo quien más tiempo ha ocupado ese lugar. Ahora soy profesor de catedra y dirijo la iniciativa “agujero negro” que fundé. Este proyecto junta a científicos con filósofos, pues me interesa mucho la filosofía. Otro proyecto es el de visitar la estrella más próxima a nuestro planeta. Para el proyecto “agujero negro” tuvimos a Stephen Hawking dos veces.
D.A.R: ¿La inteligencia artificial, los ordenadores cuánticos y otras tecnologías están acercando a la humanidad a otras civilizaciones inteligentes?
A.L: Bueno, la inteligencia artificial ya está conduciendo autos y puede hacer intervenciones quirúrgicas, y el próximo paso es enviar sondas al espacio. El espacio tiene una gran
particularidad y es que las distancias entre los asteroides tienen distancias de años luz, es decir, decenas de miles de años para llegar a ellas, por lo que, la inteligencia artificial es la solución a esto. Y buscamos evidencia de los objetos que están allí, muy lejos, e incluso de civilizaciones que desaparecieron, que estuvieron antes, y que hicieron parte de la historia intergaláctica. Así que, esa es la meta del proyecto Galileo.
Otra situación, es que necesitamos computadores más inteligentes que nosotros que por medio de esa inteligencia artificial nos lleven a entender nuestro cosmos y a las posibles civilizaciones que estuvieron antes o que están ahora.
La humanidad todavía no comprende la importancia del espacio. Pero el cambio climático, alguna catástrofe geológica, o inclusive la pandemia, que pudo venir de un laboratorio, y si tuviéramos otro lugar o lugares, sería menos catastrófico para la humanidad. Por ejemplo, la imprenta creada por Johannes Gutenberg en el siglo XIV le permitió obtener varias copias de la biblia, así que, era genial, pues si le pasaba algo a una, podría reemplazarla con otra.
Entonces, el espacio se convierte en una esperanza para el futuro de la humanidad. Asimismo, Jeff Bezos, Elon Musk, Richard Branson, etc., están llegando a Marte, pero es más que eso. Tenemos que pensar en construir una plataforma que nos permita habitar allí para largo plazo. Pensar en edificios en ciudades espaciales en 100 años, así como pasamos de las junglas a Sudáfrica en algún momento. Pues bien, el futuro de la humanidad está en el espacio.
Como el arca de Noah o Noé en el antiguo testamento, que construyó un arca para salvar a los animales de todas las especies, de una manera similar, debemos hacer esto a futuro y con miras al espacio interestelar. Y no es que enviemos animales al espacio, sino más bien ADN e inteligencia artificial que se pueda reproducir fuera de la tierra.
D.A.R: ¿Qué es Oumuamua y por qué sería un artefacto de tecnología extraterrestre?
A.L: Oumuamua es el primer objeto descubierto cerca de la tierra, que viene de fuera del Sistema Solar, y que fue detectado en octubre de 2017 por un telescopio en Hawái, recibiendo el nombre de Oumuamua que significa explorador o mensajero. Oumuamua es un objeto simple, pero puede también incluirse asteroides o cometas también. Y Oumuamua es un objeto extraño, artificial, lo que nos lleva a pensar en tecnología de fuera de la tierra. Asimismo, la pregunta es ¿Quién produjo a Oumuamua?
D.A.R: ¿Existen civilizaciones extraterrestres mucho más avanzadas tecnológicamente que la nuestra?
A.L: Si existen o existieron, es probable que hubieran alcanzado un nivel tecnológico mayor porque tuvieron más tiempo para hacerlo. Tal vez en algunos siglos, en miles de años o hasta en billones, lograron desarrollar una tecnología muy superior, y para nosotros Oumuamua puede ser una roca, pero no, es algo más. Y nos vamos dando cuenta que no somos los más inteligentes del vecindario.
D.A.R: ¿Está de acuerdo con las afirmaciones del profesor general Haim Eshed sobre la existencia de vida inteligente fuera de la Tierra? ¿Y su relación con ellos, tanto de Israel como de Estados Unidos?
A.L: El problema es que el no entregó ninguna evidencia y eso es un problema, ya que, el tema es discutir la realidad. Es importante seguir el método científico para hacer cualquier afirmación seria. Aunque no tiene que ser evidencia científica siempre, puede ser documentos o pruebas más simples.
D.A.R: ¿Qué es el proyecto Galileo y cuáles son las expectativas?
A.L: Busca encontrar objetos como Oumuamua, y en mi libro “Extraterrestre” se puede ver más. Asimismo, hemos recibido información de otros objetos de los departamentos encargados de seguridad de los Estados Unidos, pues cada cosa que vuele sobre este país es un asunto de seguridad nacional.
También hemos recibido donaciones para este proyecto, por ejemplo, en una semana recibimos 1.8 millones de dólares y contamos con un equipo de astrónomos muy importante. También necesitamos telescopios muy agudos y especializados. E incluso, establecer un observatorio en Chile, para poder captar objetos como Oumuamua y otros elementos interespaciales. Nuestra meta es tener un telescopio que logré enviarnos imágenes de gran calidad, con altos megapíxeles.
D.A.R: ¿Qué sabemos hoy en día sobre los agujeros negros?
A.L: Sabemos que existen, pero información sobre ellos no tenemos mucha, aunque sí, ahora tenemos dos importantes evidencias, una es que cuando dos agujeros negros se estrellan o se fusionan, forman ondas espaciotemporales. Además, la teoría de Einstein sobre la gravedad es correcta y está confirmada por esto. Lo otro es que a un agujero negro se puede entrar, pero, en cambio, no se puede salir. Y cuando el agujero absorbe todo, hay un proceso de evaporación, pero, la pregunta es: ¿la información que entra ahí se mantiene o no?
D.A.R: ¿Cuándo podría la humanidad iniciar un viaje interestelar? ¿Es posible?
A.L: No lo sé. Creo que es más posible enviar tecnología o por medio de la inteligencia artificial comunicarse con el sistema externo, más que realizar un viaje a las estrellas. Además, no estaría bien sacrificar animales o ponerlos en riesgo, lo mejor es enviar elementos que nos permitan ver más allá de lo que hasta ahora conocemos.
D.A.R: ¿Cuál es el futuro de la humanidad y cómo nos afecta Covid-19 según su análisis?
A.L: El futuro de la humanidad depende de nuestras decisiones, y una de ellas es elevar el “estatus” de la ciencia en la sociedad, porque la ciencia es la balanza entre la cooperación y el conocimiento. Y la cooperación, como también, compartir información es fundamental para la supervivencia y para el futuro de la humanidad. Necesitamos ser más inteligentes y menos políticos. Creo que, si fuéramos más inteligentes, de seguro, tendríamos señales de otras civilizaciones en la galaxia, que dijeran bienvenidos al club de las civilizaciones inteligentes.
D.A.R: ¿Deberíamos replantearnos la cuestión “extraterrestre”?
A.L: Sí. Es necesario, pues es de gran impacto para el público y la sociedad, y es como una profecía, si dices que hay una evidencia extraordinaria que puede ser integrada por la ciencia, pero no se está invirtiendo nada en la búsqueda, no se va a encontrar nada y seguiremos en la ignorancia. Es como los filósofos dijeron a Galileo, que no iban a mirar por el telescopio pues no nos va a dar una evidencia extraordinaria.
El conocimiento es siempre un accesorio, pues se puede ser responsable siendo ignorante. Y el mejor ejemplo para esto es el Covid-19, que si uno está a salvo en casa no le importa que pasa en el mundo. Así que, el conocimiento de algo en específico es en sí beneficioso, pero, hay prioridades más relevantes en el tema extraterrestre, pero también en todos los temas.
D.A.R: ¿Qué piensa sobre Dios?
A.L: Ver que todo en el universo es organizado, la belleza de la naturaleza, y todo esto es increíble. Y tú lo puedes llamar Dios, así como Spinoza lo hizo. De igual forma, todo cumple una función y son diferentes los actores, tal como el proyecto Galileo.
David A. Rosenthal especial para Radio Jai
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