Putin, Biden y Ucrania

Por Ricardo López Göttig

En un nuevo capítulo de la escalada de tensión en la extensa frontera entre Rusia y Ucrania, mañana conversarán por videoconferencia los presidentes Vladímir Putin y Joe Biden, tras su encuentro presencial de mediados de este año, para negociar una salida política y diplomática entre ambos bloques.

Si bien Ucrania no forma parte de la OTAN, es claro y evidente el apoyo de esta alianza militar a ese país, que sostiene una agria disputa limítrofe con Rusia desde 2014, cuando se produjo la anexión de Crimea por parte de las fuerzas armadas rusas y, luego, comenzó la rebelión en la región del Donbas con los separatistas de habla rusa. De acuerdo a voceros de las fuerzas armadas de Estados Unidos, los efectivos rusos movilizados a la frontera con Ucrania se estiman entre 70.000 y 90.000, y la estimación es que número alcanzaría a los 150.000 en enero del 2022, a lo que hay que agregar blindados y artillería. Si bien se conjetura que no habría una invasión militar rusa, lo cierto es que esta presencia militar altera la atmósfera de toda Europa oriental.

El presidente Putin querría un acuerdo explícito de que Ucrania no se sumará a la OTAN, jugando la carta política e histórica. Para los rusos, Ucrania es parte de su historia y no la ven como una entidad con especificidad propia, sino como parte de su identidad, lo que no ocurre con los ucranianos. A esto, se suma que el presidente Lukashenko, de Bielorrusia, aseveró que acompañaría a Rusia en una eventual intervención militar en Ucrania, con lo cual se pondría en marcha un dominó letal para el continente europeo.

La guerra fría entre Occidente y la URSS parece un recuerdo lejano de la cinematografía de espionaje, pero aún persisten algunas líneas que sobreviven a los regímenes políticos y los sistemas ideológicos. Con Angela Merkel fuera del escenario al dejar la cancillería alemana, el bloque occidental pierde una interlocutora activa e inteligente que siempre tuvo diálogo con el presidente Putin, con lo que el presidente Biden debe entrar en escena para jugar en un ajedrez en el que, los rusos, son grandes maestros.