La fuerza de saber tu nombre
Este Shabat comenzamos a leer el libro de Shemot (éxodo), literalmente “nombres”.
Nuestros sabios nos enseñan que uno de los motivos que sostuvo al pueblo de Israel, en su identidad en Egipto, es que no cambiaron sus nombres. De acuerdo a los mismos, el hombre recibe tres nombres: el que le dan sus padres, el que le da D.S y el que la persona se forja.
En el nombre no solo se encuentra la identidad de la persona, sino la esencia. Saber llevar la herencia de los padres, la misión que D.s nos ha asignado y hacerse con la vida un nombre respetable y valorado, es nuestra misión.
El texto nos dice que surgió un nuevo faraón que no supo de Yosef. Como en tantas oportunidades de la historia, aparecieron aquellos que intentaron desconocer todo el bien que los hijos de Israel hicieron con sus naciones. Desarrollan una narrativa llena de desagradecimiento y que intenta negar el enorme aporte de nuestro pueblo.
Escuche las reflexiones de nuestro director sobre algunos conceptos de Parashat Hashavúa y sus enseñanzas.
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