FMI: “En toda toma de decisiones, entra en juego la perspectiva electoral” Shila Vilker
La Licenciada en Ciencias de la Comunicación Shila Vilker es Consultora de opinión pública y analizó el escenario político en el marco de las negociaciones de la Argentina con el FMI.
“La postura más dura para no acordar es una postura marginal, no llega a diez puntos”. Hay una sensibilidad partida en la sociedad en donde hay una demanda de acuerdo a toda costa y también, una demanda “solo en la medida en que la Argentina pueda crecer”, que es el encuadre que se intenta dar desde el Ministerio de Economía y desde la Presidencia; y hay otros que plantean solo pagar lo legítimo. Es decir, más allá de estas demandas, hay un consenso prácticamente total frente al acuerdo.
Sin embargo, indica la especialista, los argentinos estamos tensados entre dos ideas sobre la voluntad de pago. Hay una fuerte conciencia de que no pagar sería desastroso, y que pagar también tiene un costo. Esa ambigüedad en la que pivoteamos forma parte de la sensibilidad, y eso también explica cómo se está viendo la renuncia de Máximo Kirchner.
Lo que están testeando en estos momentos, de alguna manera, es ver qué es lo que pasa con algunos electores más blandos del Frente de Todos, quienes ven la dificultad que va a acarrear tener nuevamente el Fondo en la Argentina en una supervisión constante, pero al mismo tiempo no se acuerda con la decisión de Máximo, “pero que se la comprende”, que no es algo objetable en un ciento por ciento.
Acá hay que mirar el resultado de las elecciones 2021, y tener en la cabeza esos números, la idea de esa fuga de cinco puntos hacia la izquierda, de un segmento más radical del Frente de Todos, del kirchnerismo, del panperonismo, en donde claramente, hubo una imposibilidad de movilizar votos, evidentemente hay algo que está interpelando esa sensibilidad de quienes forman parte de esa ala específica de ese electorado.
Habría que ver, qué está pasando con las demandas oficialistas. Parte de las tensiones que hay hoy, tienen que ver con instar de alguna manera a ese electorado. “Me pregunto si no será una gestualidad de cara a retener ese elector sin que la coalición llegue a crujir plenamente”, aventuró.
Asimismo, cree que esto pone en un brete a la oposición, porque a pesar del consenso social sobre que el acuerdo es necesario, hay por delante una discusión sobre este en el Congreso que ve muy complicada.
Argentina, a partir del anuncio de este principio de acuerdo, tuvo la sensación de fin de las incertidumbres, de la posibilidad de presentar una escena de relanzamiento, de rumbo, de resuelto este tema, de poder arrancar, indica Viker, y estos “fantasmas” que no permiten terminar de resolver la situación. El no acuerdo coloca al gobierno en esa dificultad, y las posibilidades que se abrían para que este proliferase en un terreno liso, hace que este vuelva, no a fojas cero pero al menos produjo una falta de confianza.
Acerca de las diferencias que puede haber dentro del frente peronista, frente al acuerdo con el Fondo, la consultora indicó que es muy difícil saber lo que allí ocurre, porque no circula información: “Tenés la escena del silencio de Cristina, una Cristina que sabemos cosas que dice, pero que es hablada por el Presidente, no termina de quedar del todo claro”, expresó. Lo que sí puede decir es que hay que tener en cuenta algunas cosas, como la de saber lo que pasa con las demandas electorales, si los espacios políticos saben que las tienen, porque cada decisión dilemática, trascendente, pone tanto al oficialismo como a la oposición en una situación complicada. Por ejemplo, acordar o no acordar, es una pregunta que tiene la oposición por delante, acompañar o no al oficialismo.
Como ejemplo citó el de la sociedad, el electorado de Juntos por el Cambio, que castigó la dificultad para votar el Presupuesto, que la crítica no se ordenó no tanto alrededor de la no aprobación del Presupuesto que envió el oficialismo, sino sobre todo en la dificultad de presentar un proyecto alternativo.
En toda toma de decisiones, entra en juego la perspectiva electoral y dio como ejemplo las declaraciones de Fernanda Vallejos cuando, a los dos días de la renuncia de Máximo, manifestó que “con este acuerdo no se gana el 2023”.
Hay algunos fenómenos que deben mirarse desde distintos lugares, como por ejemplo el de Aníbal Fernández estableciendo esta asimilación entre Berni y Patricia Bullrich, al Frente de Todos le viene bien tener esas figuras que interpelen un poco más a un electorado indeciso.
Redacción gentileza de Cita Litvak
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