“En Corrientes no hay un solo culpable de lo qué pasó”
Alberto Medina Méndez, periodista correntino y presidente del Club de la Libertad, dialogó con Radio Jai en Pensando las Noticias, sobre el desastre ambiental en curso en la Provincia de Corrientes. Hizo principal énfasis en la importancia de entender a los incendios como un fenómeno multicausal producto tanto de factores climáticos como de negligencia de los sectores públicos y privado.
Al día de la fecha entre 700 y 800 mil hectáreas fueron arrasadas por el fuego en Corrientes; un 10% del territorio total de la provincia ha sido hecho cenizas y las llamas no dan tregua. Sin embargo, el entrevistado mantuvo una perspectiva a futuro. Se centró particularmente en el esfuerzo que la provincia deberá hacer para recuperarse de los efectos devastadores del fuego y en el aprendizaje que los responsables deberán atravesar para no repetir los mismos errores que condujeron al actual infortunio: “La tragedia lamentablemente va a continuar cuando las cámaras de televisión se vallan y cuando todo el país deje de prestarle atención […], porque las secuelas de este tipo de tragedias perduran en el tiempo. Corrientes va a tener un desafío gigantesco que es discutir como seguir después de esta historia para que no se repita”.
Sin embargo, para conseguir un mejor futuro, primero es necesario identificar los errores pretéritos. Por aquel motivo, Alberto Medina Méndez analizó las raíces detrás del actual incendio. El primer factor que identificó es el climático: “Corrientes tuvo más de sesenta días sin lluvia, con temperaturas de más de cuarenta grados”. Tales condiciones generaron una gran sequía a lo largo del nordeste argentino, haciéndolo más propenso a incendios.
A pesar de aquello, el entrevistado entiende que es responsabilidad de quienes trabajan la tierra, estar preparados para la prevención de tales catástrofes, responsabilidad que en su opinión no fue satisfecha: “Ha habido una suerte de negligencia por parte de un sector de los productores”. Solamente aquellos pertenecientes al sector más profesionalizado de la producción “vieron venir la noche y se prepararon para lo peor”, invirtiendo en sistemas de prevención y cortafuegos.
Según el periodista correntino, la incidencia de la inversión previa se ve reflejada en el mapa de los incendios, “justamente los sectores forestales más grandes y más importantes son los que menos han sufrido”, dado a que son aquellos los que están en manos de los productores más profesionales. “Corrientes tiene 500 mil hectáreas implantadas de bosques y solo 30 mil hectáreas se quemaron”, remarcó. Ejemplificó su punto con un productor específico de la provincia, quien consiguió que “no se le queme ni un helecho”, gracias a que su “forestación está preparada, están los cortafuegos hechos a tiempo, cuando los focos son detectados son eliminados ni bien aparecen […], están trabajando con drones, tienen sus propias brigadas”. Sin embargo, equiparar a este tipo de forestaciones con las del común de los productores “es como si quisiéramos comprar una casa abandonada con una casa que tiene un ejército” determinó.
Por otro lado, Alberto Medina Méndez atribuye también responsabilidad de la catástrofe en curso a los gobiernos municipales, provinciales y nacionales, dado a su lentitud de reacción y la ineficacia de la coordinación entre ellos. Remarcó que “los incendios en Corrientes iniciaron en diciembre, no iniciaron en febrero”, pero que para ese momento las autoridades estaban concentradas en el manejo de la ultima ola de covid, producto de la variante Ómicron: “El gobierno provincial se dedicó al hospital de campaña, a reconstruir el plantel médico, a tratar de trabajar con lo que parecía la emergencia más importante”, pero ignorando otra emergencia que incrementaba constantemente su magnitud.
El entrevistado también hace referencia a otras dos posibles causas cuya importancia desestima. El primero de ellos es el calentamiento global, explicando que “cuando vos mirás lo que pasó en corrientes, 5% de los incendios han tenido que ver con explicaciones no humanas” motivo por el cual, “es difícil atribuirle al cambio climático semejante tragedia”. El segundo refiere a un posible origen deliberado de los incendios por “gente que haya querido hacer daño” por sentimientos de resentimiento o envidia. Sin embargo, señaló que la incidencia de tales incidentes, si es que la hay, es mínima: “No creo que eso haya sido el fenómeno mayoritario ni mucho menos”.
Para cerrar, el periodista correntino destacó que la provincia se encuentra frente a una oportunidad de mejora. Señaló la existencia de “una autocrítica puertas adentro [del gobierno] de que se reaccionó tarde, que no estaban preparadas las cosas, que no hubo coordinación, que faltó más diálogo” lo cual produciría un aprendizaje de gran relevancia. Del mismo modo, a raíz de la catástrofe en curso, el sector privado reconocería la importancia de la correcta preparación contra incendios, mejorando las expectativas frente al surgimiento de focos ígneos futuros. Por ello, reflexiona: “El desafío es que cuando se apague la llama, no se apague la llamada. Es decir que cuando el fuego desaparezca el tema no se invisibilice”.
Redacción gentileza de Tomás Polakoff
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