El INADI que preside Donda es un organismo que no toma en cuenta denuncias de antisemitismo
Victoria Donda y el antisemitismo, así tituló el diputado Waldo Wolf una nota en la que expresa su “estupor” por la participación de la señora Victoria Donda, interventora del INADI, de un “encuentro internacional de enviados especiales y coordinadores para combatir el antisemitismo” en la capital del Estado de Israel, Jerusalem.
El Diputado, en diálogo con Radio Jai, dio detalles de sus dichos en la nota, y se refirió a la acción o “inacción” de la dirigencia comunitaria argentina, frente a casos como el del INADI, que preside Donda, organismo que no toma en cuenta denuncias de antisemitismo y que es enviada a Israel, justamente para combatir lo que ella misma no combate.
“Esto refleja la inacción de la dirigencia de la comunidad. Muchos los casos en que esto se percibe, como no reaccionar frente a la designación de Urribarri como embajador en Israel. Soy alguien que no tiene pelos en la lengua ni en la cabeza”, fui el único que denunció a Urribarri: “Mandamos a un embajador a Israel con procesamiento por enriquecimiento ilícito, un hecho inédito; del que no recuerda que se haya mandado a un representante diplomático con un juicio oral en curso, procesado por causas de corrupción como el caso de Urribarri. Y agregó: “Para mí, enviar a Donda a hablar de antisemitismo en Israel, es una provocación”.
“Ella no es un eslabón menor, es parte del antisemitismo, que ha cajoneado todas las causas flagrantes que se. han presentado sobre denuncias de antisemitismo, como la de Víctor Hugo Morales que había cuestionado a los judíos de la manera de creer en Dios, refiriéndose a los que creemos -tal como lo afirma la Justicia de nuestro país- que el fiscal Nisman fue asesinado; la del diputado de izquierda, Juan Carlos Giordano quien dijo que tenía que desaparecer el Estado de Israel; o el municipio del Colorado de Formosa, que por escrito dijo que “Wolf, la AMIA y la DAIA representan intereses extranjeros, corporaciones económicas” .Explicó Wolff que “eso en la ley antidiscriminatoria, suscribiendo a los postulados del IRHA (International Rainwater Harvesting Alliance) eso es antisemitismo”. Todas ellas, expresiones del más rancio antisemitismo, sobre lo que no se expidieron. Donda “es el antisemitismo”, además de que como argentino y como judío argentino, siento vergüenza que una mujer, que tenía una empleada en negro, y que, para ahorrarse las multas de diez años de no haber realizado los aportes correspondientes, la hubiera “apretado” para aceptar un cargo del estado. “Eso es inadmisible, eso es negreo, eso es ser conservador de patrón de estancia, todo lo que nadie puede ser, en la función pública y mucho menos en el INADI”.
Sobre la dirigencia comunitaria, Wolf se pregunta “dónde está?”, no solo la DAIA debería actuar, sino también todas las instancias de la comunidad, que todos tienen que actuar, también los colegios, las escuelas de madrijim. Hay que hacerlo cuando aparecen cosas como cuando sale un “cachivache” como el PJ de Formosa a decir que los judíos vinimos a romper la Argentina, o más aún, cuando Cristina Fernández de Kirchner, quien ha tenido expresiones antisemitas como nunca había tenido un presidente argentino, dijo: “Si quieren entender el problema de la Argentina lean El Mercader de Venecia”. Esas fueron las palabras de Cristina, y nadie las repudió. Tampoco hubo respuestas desde las instancias comunitarias frente a otras expresiones antisemitas, como la de Victor Hugo Morales. No entiende por qué las escuelas de madrijim, o las comisiones directivas de los clubes, o de los colegios, que educan a nuestros hijos, no se posicionaron con el tema, cómo no pensaron en escribir una carta a la gerencia del canal en donde trabaja el conductor . Me pregunto con dolor: “¿Para qué estamos? ¿Somos los dirigentes, empleados administrativos para que funcione la pelota en el club o la clase de inglés en el shule?” Wolf observa que las cosas no se hacen, y que entiende que debe de haber gente comprometida que tal vez no sepa que le corresponde actuar, pero que le cuesta entender la inacción. Tal vez porque puede afirmar que mientras fue dirigente comunitario siempre actuó, que lo hizo siempre en donde estuvo. La función de un dirigente de un colegio no es solamente la de que su colegio funcione, porque para que esto se dé, su institución debe tener valores, lo mismo que un presidente de una federación con valores macabeos; no es solamente que funcionen los partidos de fútbol.
Se deberían preocupar de que están mandando a Israel a Donda, una mujer a quien, cuando se le presenta una denuncia de antisemitismo, la saca. Wolf dice que la dirigencia comunitaria debería tomar este tema, tomar posición, “sacar una carta”. Opina que lo más grave de todo esto no es la inacción en sí. Lo grave es que se ha perdido el concepto de rol del que cree que se deberían tener y en lo que él se crió, en el que “el dirigente es dirigente”. Dijo que no es suficiente pronunciar consignas como la del final del Himno de los Partisanos Mir Zainen do, “Estamos aquí” o la del movimiento macabeo: Jazak Veematz, “Sé fuerte y valiente”, que esto debe ser traducido en acción. “Hay que activar, hay que subir la vara de la participación”.
Sobre el caso Nisman, afirmó que “no se va a cerrar nunca”, porque, cuando el responsable de la instrucción sobre la escena del hecho rompe las pruebas, “Argentina escribe un tango por la eternidad”, no se va a saber la verdad, como pasó con la Embajada, con la AMIA, y que de ese modo lograron su objetivo. Dijo que, por ello, hay que acusarlos políticamente. Y frente a ello subrayó que el responsable político del atentado, a la Embajada y al de la AMIA, fue el gobierno de Carlos Saúl Menem; que el responsable del Memorándum con Irán y el asesinato del fiscal Nisman, fue el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, puesto que como cabeza del Poder Ejecutivo tenían el deber de hacer la instrucción sobre la escena del crimen, como auxiliar de la Justicia, y lo hicieron mal, a propósito o sin querer, pero que eran los responsables.
Agregó Wolf otro tema, a la lista de la inacción. Se refirió a “la falta de respeto” del ministro del Interior Wado de Pedro, en Yad Vashem hace unos días, en la gira por Israel, cuando hizo allí una analogía con los años de la Dictadura en la Argentina: “La Shoáh es la Shoáh y no se compara con nada”. Eso siempre lo decimos, está claro, pero, sin embargo, esta vez nadie opinó, tal vez porque quien lo haya dicho haya sido el Ministro.
Frente a esto, también Wolf hizo un llamado a la dirigencia judía: “Honren el Jazak Veematz, honren el Mir zainen do, y dense cuenta de que son dirigentes y salgan a hablar, porque están haciendo un papelón y no están honrado los lugares que tantos otros honraron como corresponde”.
Redacción gentileza de la Profesora Cita Litvak
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