Más sanciones económicas a Rusia

Por Ricardo López Göttig

La presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha propuesto al Parlamento Europeo con sede en Estrasburgo la aplicación de sanciones económicas más duras para Rusia, en el contexto de su invasión a Ucrania. Mientras el presidente Biden visita la planta en donde se fabrican los misiles Javelin, en Alabama, y el canciller alemán respalda el ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN, también la Unión Europea se suma a estas señales hacia el régimen de Vladímir Putin, que se halla con pocos avances sobre el terreno en la región del Donbas.

Las cifras en torno al comercio con Rusia, específicamente la compra de gas y petróleo, rondan entre los cincuenta mil y sesenta mil millones de euros desde que se inició el conflicto bélico, lo que le permite al Kremlin costear la guerra, a la vez que los gobiernos de la Unión Europea y la OTAN envían armas a Ucrania. La resolución de esta contradicción implica la búsqueda de nuevas alternativas de suministro de energía, afectando sobre todo a la locomotora económica de Europa, que es la República Federal Alemana. Pero no es ese gobierno el que más ha resistido, sino el de Hungría, con su primer ministro Víktor Orban, que siempre se ha mostrado con sintonía ideológica hacia el modelo político de Vladímir Putin.

El propio líder del Kremlin se anticipó a esta jugada, anunciando hace una semana atrás que se cortaría el suministro hacia Polonia y Bulgaria. Las sanciones que propone Von der Leyen –quien fuera ministra de Defensa de Alemania años atrás-, incluyen retirar del sistema SWIFT al banco ruso Sberbank y el cierre de tres canales financiados por Rusia, que transmiten en suelo de la UE. También propuso el juicio a los acusados de crímenes de guerra en Bucha, en donde se encontraron cientos de civiles asesinados.

Lo que sí está claro, es que este conflicto se extenderá en el tiempo y ya no hay reuniones –al menos públicamente- para intentar una solución diplomática. Sabemos cómo comenzó, pero desconocemos cómo se saldrá de esta guerra y cuál será la dimensión humana de esta tragedia, y qué repercusiones tendrá hacia el futuro.

El régimen de Putin se muestra cada vez más errático, confuso, con declaraciones aberrantes como la del ministro Sergei Lavrov, exhibiendo un rápido desgaste de un sistema que se presentaba como inexpugnable e inquebrantable.