Elecciones presidenciales en Colombia
El próximo domingo 29 de mayo, los colombianos decidirán quien gobernará por los cuatro años venideros, pero no olvidemos que el pasado 13 de marzo se celebraron las elecciones legislativas y de los candidatos presidenciables, la que estuvo inmersa en acusaciones cruzadas de irregularidades, lo que ha significado un duro golpe a la confianza sobre el sistema electoral colombiano, que al menos en la última década no había sido afectado por controversias sobre su legitimidad y transparencia.
Ahora bien, por primera vez en la historia colombiana, la izquierda se constituyó a través de la coalición Pacto Histórico, que lidera el senador Gustavo Petro, como la opción más votada, y sus partidarios son quienes más han criticado la falta de transparencia, aduciendo que el “establisment” colombiano no acepta su probable llegada al poder.
Por otra parte, el partido gobernante, Centro Democrático, que fuera fundado por el ex presidente Álvaro Uribe, perdió una banca en el Senado como resultado de las legislativas.
En una palabra, las elecciones del pasado 13 de marzo, se han caracterizado por una tensión especial, puesto que la izquierda cuestiona la existencia de una verdadera y legítima democracia, ya que acusan de parcialidad a las instituciones, en beneficio de las elites políticas y empresariales, a la cabeza sindican a la Registraduría Nacional, la que está encargada de la gestión electoral, pero lo que más ha llamado la atención, es el pedido de recuento de votos realizado por el presidente Iván Duque, habida cuenta que el sistema electoral no lo contempla y que además, que lo solicitado por el 1er. mandatario es rayano con la inconstitucionalidad, pues legalmente, el presidente no puede dar recomendaciones a un ente independiente como lo es la Registraduría, lo que se podría tomar como que Colombia después de haber vivido más de medio siglo de conflicto armado, no está preparado para la llegada de dirigentes que cuestionen el status quo, pero lo concreto es, que tanto la derecha como la izquierda tienen sus dudas de la credibilidad del proceso electoral.
Ahora bien, el sistema constitucional colombiano contemplaba entre 1910 y 1994 en lugar de la figura del vicepresidente, el del Designado, el que era elegido por el Congreso y no por voto popular, pero a partir de la reforma constitucional de 1991, se instauró el cargo vicepresidencial, que surge del voto popular, al realizarse las elecciones preliminares, como las del 13 de marzo, donde por un lado quedan definidos los candidatos presidenciables y estos pueden elegir al vicepresidente de entre los candidatos que no hayan alcanzado la cantidad de sufragios para ser presidenciables.
Veamos, en la mayoría de los mandatos desde entonces, el vicepresidente surgía del partido del presidente electo o de uno de su coalición, algo que no sucedió con Juan Manuel Santos, que en su primer mandato, 2010 – 2014, eligió como vice, al líder sindicalista de izquierda Angelino Garzón, con el fin de ampliar el espectro ideológico y así forjar una alianza con otro sector político, que en cierta forma la sirvió para entablar el diálogo con la organización narcoterrorista FARC, no así con el ELN, negociaciones que le valió la oposición de su mentor, Álvaro Uribe, por lo que para lograr su reeleción debió dar un giro a la derecha y para su segundo mandato, 2014-2018, eligió al líder del partido Cambio Radical, Germán Vargas.
En el caso del actual presidente, Iván Duque, en el 2018, eligió a Marta Lucía Rodríguez, para de ese modo consolidar la alianza de su partido Centro Democrático y el partido Conservador, y en aquellas elecciones su rival, el izquierdista Gustavo Petro, eligió a la candidata del partido Verde, Ángela María Robledo, para así lograr votos del centro y el femenino, algo que en ese entonces no le sirvió.
Ahora, en el 2022, el candidato de la derecha, Federico Gutiérrez, de 47 años, ingeniero civil, que lidera la coalición Equipo por Colombia, eligió al médico Rodrigo Lara Sanchez, de 57 años, hijo del asesinado ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, en 1983 por el cártel de Pablo Escobar Gaviria, y su experiencia política es el haber sido alcalde del municipio de Neiva, en el suroeste colombiano, quién poco tiempo antes apoyaba al candidato Sergio Fajardo, matemático, de 65 años, que fue gobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín, líder del partido Centro Esperanza, quién a su vez eligió para vice al ex ministro de Medio Ambiente, Alberto Murillo, ingeniero, de 57 años y con poco peso político.
Por su parte, Gustavo Petro, economista, de 62 años, fue alcalde de Bogotá y actual senador, lidera la alianza de izquierda Pacto Histórica, ha elegido a Francia Márquez, abogada, de 40 años, afrodescendiente, defensora de los DD.HH. y el medio ambiente, decididamente de perfil progresista y que fuera presidente del Consejo Nacional de Paz entre el 2020 y 2021.
Como se puede apreciar, las elecciones de marzo ppdo.
, no sólo fueron legislativas, sino también para definir a los candidatos presidenciables del 29 de mayo próximo, pero por las designaciones de los quienes competirán a la primera magistratura, no se han ampliado sus bases electorales.
Sin embargo, la política siempre depara sorpresas, pues hasta ahora parecía que las elecciones del próximo domingo se iban a dirimir entre Federico Gutiérrez, la derecha, y Gustavo Petro, la izquierda, pero ha surgido el “tercero en discordia”, Rodolfo Hernández, un candidato independiente, quién ya casi ha alcanzado en intención de votos al candidato derechista, que cuenta con un 20.8% y parece ir por el candidato izquierdista, que aún continúa liderando con el 35.8%, ya que la intención de voto del independiente sobre pasa el 19% y sigue en ascenso.
¿Quién es Rodolfo Hernández?
Pues bien, es un ingeniero civil, de 77 años, que fue alcalde del municipio de Bucaramanga y lidera el partido Liga Gobernante Anticorrupción, quién a su vez ha elegido para vice a Marlene Castillo, bióloga y química, docente e investigadora, de 53 años, del Partido Verde, y el lema de Hernández es, basta de corrupción y nepotismo.
Un dato curioso es, que hasta ahora los aproximadamente siete debates públicos, el único candidato que se presentó en todos es la ahora ex candidata presidenciable y ex senadora, Ingrid Betancourt, quién declinó su candidatura y apoya a Rodolfo Hernández, mientras que éste, sólo asistió al último debate, mientras que Gutiérrez y Petro, lo hicieron en tres y dos oportunidades respectivamente.
En síntesis, los cuatro candidatos presidenciables, que están en carrera, y por ende poseen la posibilidad de triunfar el domingo venidero, son Petro, Gutiérrez, Hernández y Fajardo, que puede abrir probable y posiblemente la concreción de una 2ª.
vuelta, pues a prima facie, parece difícil que alguno de los nombrados obtenga la mayoría absoluta en 1ª. vuelta, y entonces, de acuerdo al Art. 190 de la Constitución de Colombia, se deberá convocar al ballotage no más allá de tres semanas, donde se confrontarán los dos candidatos que hubieran obtenido la mayoría de los votos el próximo domingo y el que logre la mayor cantidad de sufragios será el quién suceda a Iván Duque.
Un dato a tener en cuenta, es la arremetida del candidato independiente Hernández, pues ahora le complica la posibilidad de competir en una 2ª. vuelta al derechista Gutiérrez, si tenemos en cuenta que Petro sigue puntero en la intención de votos, y es más, la sorpresa del líder independiente le pueda dar a él la posibilidad de competir en el ballotage con Petro, algo que habrá que esperar a ver los resultados del próximo domingo, pues según la legislación electoral colombiana prohíbe todo tipo de encuestas a una semana de las elecciones presidenciales, que por otro lado, dicho sea de paso, sólo un 10% se muestra indeciso y un 6% se manifestaron que votarían en blanco, tal es el presente electoral, más allá del llamado del lunes pasado realizado por Petro, a reunirse con los otros candidatos para denunciar en una supuesta maniobra del gobierno a suspender el acto eleccionario del próximo domingo, y que no contó con el apoyo de sus competidores por carecer de entidad lo denunciado, más allá de la rotunda negativa del presidente Iván Duque, quién aseguró que las elecciones se llevarán a cabo el 29 de mayo, por lo que lo esgrimido por el candidato izquierdista parece ser una maniobra política, pues creo que sabe que si va a un ballotage con uno de sus dos principales contrincantes, Gutiérrez o Hernández, seguramente el que fuera, recibirá los votos del otro y también de Fajardo.
Finalizando mi columna de hoy, más allá del panorama electoral colombiano reseñado y brevemente analizado, hay una lectura necesaria que debemos hacer, uno es desde el punto de vista estrictamente político, y son dos cuestiones que se están dando no sólo en el ámbito regional, sino que diría a nivel global, siempre que hablemos de regímenes democráticos, uno es el hartazgo de las sociedad de las clásicas elites políticas de no dar respuestas a las necesidades socio-económicas primarias, y lo segundo es, casi como consecuencia de lo anterior, y es la irrupción en escena de figuras nuevas, con un discurso anti-sistema, por otro lado, hay una lectura geopolítica, y que les recuerdo mi columna de la semana pasada respecto a la polarización ideológica que se vive en América, y en ese sentido, el resultado de las elecciones en Colombia son muy importantes, pues hasta ahora el país cafetero ha sido un confiable aliado de Washington, más allá de quién ejerciera la presidencia, y lo que representa Colombia para la estrategia regional de los EE.UU., en función de sofrenar el expansionismo del Socialismo del Siglo XXI, sea desde Venezuela, Nicaragua o la misma Cuba, pues si el próximo domingo o en caso de un ballotage, se alzara con el triunfo el candidato izquierdista Gustavo Petro, constituiría un duro revés para Washington y un avance del bloque izquierdista representado por el Foro de San Pablo y el Grupo de Puebla, es por esto, que las elecciones presidenciales en Colombia el próximo domingo 29 de mayo, tienen incidencia no sólo en la política colombiana sino también en la geopolítica continental, por eso mi frase de hoy y dirigida respetuosamente a los hermanos colombianos fue expresada por Sir Winston Churchill, “…la democracia es el peor de los sistemas políticos, pero no conozco uno mejor…”.-
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