¿Quién asesinó a Haim Arlozoroff?
En una cálida noche del 16 de junio de 1933, Haim Arlozoroff fue asesinado mientas
caminaba junto a su mujer por las playas de Tel Aviv, era uno de los jóvenes líderes
sionistas más relevantes del yshuv, un dirigente socialista y jefe del departamento
político de la Agencia Judía en tiempos del Mandato Británico. El crimen provocó una
gran conmoción y una dura controversia en la comunidad judía de Eretz Israel.
Haim Arlozoroff había nacido en el seno una familia judía en Romny, Imperio
Ruso, en 1899, su abuelo paterno era el rabino Eliezer Arlozoroff, un
reconocido comentarista del Talmud. A la edad de seis años, Arlozoroff conoció
el antisemitismo en carne propia, en 1905, su casa en Romny fue atacada
durante un pogromo violento, y la familia tuvo que huir a Prusia Oriental
instalándose en Königsberg durante 7 años. Así, Arlozoroff llegó a hablar el
alemán con fluidez, además de estudiar hebreo con un tutor. Luego de la
Primera Guerra Mundial, estudió economía en la Universidad de Berlín y
obtuvo un doctorado en dicha disciplina.
Siendo estudiante incursionó rápidamente en el sionismo, escribió artículos
sobre el tema y se convirtió en un líder clave del partido ‘Hapoel Hatzair’ de
tendencia socialista. Su carisma atrajo a muchos intelectuales de la
época, además, fue editor de la revista ‘Die Arbeit’ (El Trabajo), en la que se
publicaron sus primeros escritos.
En 1919, Arlozoroff publicó ‘Socialismo del pueblo judío’, un tratado relacionado
con una esperanza nacional para el pueblo judío en Eretz Israel. En su
propuesta, Arlozoroff se distanció de las creencias marxistas tradicionales al
defender un nuevo tipo de socialismo que abrazaba una conciencia
nacional. Su argumento se sustentaba en que el pueblo judío solo sería capaz
de preservar y revivir sus identidades culturales únicas dentro de una patria
nacional judía unida a un poderoso resurgimiento del idioma hebreo que
acompañaría el regreso del pueblo judío a Eretz Israel.
Arlozoroff visitó Palestina por primera vez en la primavera de 1921. Poco
después de su llegada, estallaron los disturbios de Jaffa, en los que se
involucró. Con tan solo 24 años, Arlozoroff fue elegido miembro del Comité de
Acción Sionista en el Congreso Sionista de 1923. Un año después, rechazó un
puesto universitario en Alemania para emigrar a Israel. En 1926 fue elegido
para representar al yshuv en la Sociedad de las Naciones en Ginebra.
En su visión política, Arlozoroff creía en la cooperación pacífica y en un
compromiso de entendimiento con los árabes. Criticó duramente al Movimiento
Juvenil Betar y al líder revisionista Ze’ev Jabotinsky por la actitud adoptada en
los violentos desordenes en el Muro de los Lamentos de 1929, que provocaron
la pérdida de muchas vidas. En 1930, Arlosoroff influyó en la unificación de los
dos principales partidos políticos socialistas sionistas, el Poalei Zion y el Hapoel
Hatzair, cuya fusión desembocó en el establecimiento del partido
laborista Mapai. A través de Mapai, Arlozoroff fue elegido miembro del
Ejecutivo Sionista en el Congreso Sionista de 1931 y fue nombrado Director
Político de la Agencia Judía para Palestina, un cargo destacado que ocupó
hasta su asesinato en 1933.
A partir del ascenso al poder de Adolf Hitler en Alemania, Arlozoroff dirigió su
atención a la difícil situación de los judíos alemanes. Alemania había dejado de
ser el país que Arlozoroff admiraba. En abril de 1933 el nuevo régimen nazi
implementó numerosas leyes antijudías, por lo que Arlozoroff se puso en
contacto con el Alto Comisionado Arthur Wauchope solicitando la intervención
de Gran Bretaña en la crisis y extender visas de inmigración suplementarias
para los judíos.
Haim Arlozoroff viajó a la Alemania nazi para negociar un controvertido acuerdo
llamado ‘Ha’avará’ (Transferencia), por el cual, se permitía la emigración de
judíos a Palestina junto con la mayor parte de sus bienes. Si bien los alemanes
querían deshacerse de los judíos, no estaban dispuestos a permitir que se
llevaran el valor de sus bienes con ellos. A través del acuerdo, los judíos
debían depositar su dinero en una cuenta bancaria especial, este dinero luego
se usaría para comprar productos alemanes para exportar a Palestina (y a
otros países).
Por dicho plan, Arlozoroff enfrentó una firme oposición de las filas revisionistas
y también desde su propio movimiento. Aunque los líderes laboristas de Mapai
intentaron preparar el camino para un acuerdo con Alemania mitigando el
sentimiento antinazi dentro de los círculos sionistas, el destacado líder
revisionista Ze’ev Jabotinsky se opuso firmemente al acuerdo. En una
transmisión de radio el 28 de abril de 1933, Jabotinsky condenó enérgicamente
cualquier posible pacto entre el sionismo y Hitler. Jabotinsky defendió en su
discurso la plataforma revisionista para un boicot económico internacional a las
exportaciones alemanas, sugiriendo además que el Mandato Británico de
Palestina debía asumir el liderazgo en los esfuerzos del boicot.
Es importante señalar que aproximadamente un año después de que Arlozoroff
y los funcionarios alemanes formalizaran el Acuerdo Ha'avara, comenzó a
producirse una reacción económica sustancial en Eretz Israel. Era el resultado
del arribo de muchos nuevos inmigrantes judíos que llegaron después de la
firma del acuerdo; en dos años, más de 60.000 nuevos inmigrantes judíos
hicieron del yshuv su hogar. Además, la Ha'avara transfirió aproximadamente
$100 millones, lo que ayudó a establecer una infraestructura industrial en el
yshuv. Los fondos del acuerdo también se usaron para la compra de tierras y el
desarrollo de muchos nuevos asentamientos judíos.
Arlozoroff regresó a Eretz Israel el 14 de junio de 1933. El sábado 16 de junio a las
21:30 horas Arlozoroff y su esposa Sima salieron a dar un paseo por la playa de Tel
Aviv hacia el Yarkon. En la caminata, la mujer notó que dos hombres los seguían, uno
alto y el otro bajo. Luego de un intercambio de palabras, el hombre bajo sacó un arma y
disparó contra Arlozoroff, huyendo ambos del lugar.
Sima pidió ayuda y Arlozoroff fue trasladado herido al Hospital Hadassah de Tel Aviv,
murió tres horas después. El funeral de Arlosoroff fue el más grande en la historia
del Mandato de Palestina, con una participación estimada de 70.000 a 100.000
dolientes. El féretro fue llevado al Cementerio Trumpeldor de Tel Aviv, que resultó
demasiado estrecho para contener a todos los asistentes. El dirigente Menachem
Ussishkin pronunció un obituario conciliador, en el que pidió ‘que esta tumba una a
toda la nación’, concluyendo con un llamando a la ‘Paz, para todo el pueblo de Israel,
para todas las corrientes y todo el yishuv’.
En la portada del diario ‘Davar’ órgano del Mapai, el editor Berl Katzenelson pidió
moderación y tolerancia a pesar de la conmoción, el dolor y la ira. El llamado del
ideólogo era necesario ya que la muerte de Arlozoroff agravó enormemente las
relaciones políticas dentro del movimiento sionista, y corría serio riesgo la frágil
paz interior.
El crimen acentuó la grieta política y social, los funcionarios de Mapai culparon y
atacaron al movimiento revisionista en general y a Ze’ev Jabotinsky en particular por
incitar al asesinato. En un artículo titulado ‘Yo culpo’, David Ben-Gurion lanzó un
ataque mordaz contra Jabotinsky y otros miembros del movimiento revisionista a
quienes acusaba de instigadores del crimen. Mientras la publicación ‘Jazit Ha’Am’
(Frente del Pueblo), del sionismo revisionista, acusaba a Mapai de incitación salvaje
contra los revisionistas usando una retórica sarcástica y agresiva: ‘¿Por qué no decir que
los revisionistas usan sangre judía para la matzá de Pésaj?’. Dicho órgano escrito
atacaba continuamente al movimiento laborista y a sus líderes, incluido
Arlozoroff, insultándolos y afirmando que el pueblo judío ‘sabrá cómo
reaccionar ante los villanos’.
Abba Hahimeir, líder del grupo activista Brit HaBirionim (Alianza de los
Fuertes), una facción de extrema derecha nacionalista revisionista, fue acusado
por la Policía Palestina de planear el asesinato, y dos revisionistas del
movimiento, Abraham Stavsky y Ze’evi Rosenblatt, fueron arrestados como los
autores del crimen e identificados por la viuda de Arlozoroff. Los tres negaron
con vehemencia la acusación.
Después de un juicio tumultuoso, el tribunal del distrito absolvió a Ahimeir y
Rosenblatt, pero condenó a Stavsky, quien, sin embargo, fue absuelto por el
Tribunal Supremo por falta de pruebas que corroboraran su participación en el
hecho. Mientras el rabino Abraham Isaac Kook, el rabino principal de Eretz Israel,
defendía a los acusados argumentando, junto con otros rabinos, que las sentencias de
muerte no deberían llevarse a cabo sin pruebas fundamentadas; el poeta Natan Alterman
publicaba el poema ‘Hitnagshut’ (Colisión) en el periódico Haaretz del 25 de julio de
1934, en la que reflejaba el dolor por la absolución de los acusados que podía augurar
malos presagios para los hebreos.
Es importante mencionar que además de las teorías relacionadas a miembros
del movimiento revisionista como autores del asesinato, existieron también
otras teorías adicionales sobre el de asesinato, como: que el mismo se debió a
un ataque sexual intencional por parte de dos árabes, o que fue un atentado
inglés para desmoralizar a los sionistas, o el crimen fue perpetrado por el
partido comunista judío de línea pro soviética y de tendencia antinazi, o fue una
conspiración de Ben Gurion contra su enemigo político Jabotinsky.
Pero la teoría que más llama la atención, es una explicación inusual del
asesinato de Arlozoroff que plantea la especulación de que hubo una orden de
Josef Goebbels o de su esposa Magda Goebbels, quien se llamaba antes de
su matrimonio Magda Friedlander, en honor al esposo judío de su madre, Max
Friedlander, quien fue su padrastro. Magda era compañera de estudios de Lisa,
hermana de Arlozoroff, y también fue novia de Haim Arlozoroff y juntos se
involucraron en asuntos sionistas. Se alegó que el asesinato se pudo haber
cometido en respuesta a la visita de Arlozoroff a la Alemania nazi y su
infructuoso intento de reunirse con su ex novia para ayudar a salvar a los judíos
bajo sus auspicios, además dicha relación resultaba ser una vergüenza para
los Goebbel.
El asesinato de Arlozoroff siguió agitando a la sociedad israelí durante muchos años. En
marzo de 1982, el gobierno israelí encabezado por Menachem Begin, el primer
miembro del movimiento revisionista en llegar a ser Primer Ministro, decidió establecer
una Comisión Judicial para investigar el crimen. El catalizador para el establecimiento
del comité fue la publicación del libro ‘El asesinato de Arlozoroff’ de Shabtai Tevet,
quien insinúa en su libro de que un revisionista absuelto en la corte por el
asesinato de Arlozoroff podría haber sido el responsable del hecho.
La comisión de investigación dictaminó por unanimidad que Stawski y Rosenblatt no
fueron los asesinos de Haim Arlozoroff, ni tuvieron nada que ver con el asesinato,
señalando que no se podía determinar quiénes eran los asesinos y si fue un asesinato
político, siendo una incógnita hasta nuestros días.
En el año 2009, al cumplirse 75 años del crimen, se colocó una escultura ambiental
creada por el artista Drora Domini en el sitio donde ocurrió el asesinato.
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