Los mitos como fundamento en la construcción de los Estados

Hace unos años tuve la oportunidad de asistir, en el Instituto Francés de Barcelona, a la presentación de la película norteamericana “La Deuda”, del director John Madden estrenada en 2011 y que es una versión de la película israelí producida unos años antes.

Antes de la proyección, tuvimos el privilegio de que Jai Anguita, presidente de la Asociación Bet Shalom, nos hiciera una breve y a la vez estupenda introducción sobre esta obra.

Jai Anguita gran conocedor del Estado de Israel y de la cultura judía y que ha realizado diversos estudios sobre el judaísmo, nos indició que esta versión norteamericana era una adaptación total y fiel de la primera versión israelí, pero con los ingredientes característicos de la industria cinematográfica de Hollywood, en la cual se añadía más acción y suspense.

Además, Jai Anguita nos explicó que la venganza y justicia son recurrentes en el judaísmo, conceptos que están presentes entre los integrantes del comando del Mosssad.

El argumento de la película trata de una operación secreta asignada a un comando del Mossad en 1961, para que se adentre en Berlín Oriental y capture a un criminal nazi, que se hacía pasar por un respetable ginecólogo de la República Democrática Alemana y lo traslade a Israel, para que puede ser sometido a juicio, como Adolf Eichmann, por su participación directa en el Holocausto.

La película que nos irá trasladando de la actualidad al pasado.

Retrata de forma precisa la relación que se irá dando, a medida que transcurre la operación, entre los tres integrantes del comando del Mossad y estos, a su vez, con su prisionero nazi.

Personaje que como nos señaló muy acertadamente Jai Anguita, fue interpretado por un actor europeo para que no fuera relacionado, por el público norteamericano y hacer así más creíble su papel de asesino nazi.

Es significativo como el criminal nazi cautivo intentará desequilibrar la cohesión del grupo provocando y desestabilizando a los dos integrantes más débiles.

Finalmente, la misión fracasará debido a que el prisionero logrará escapar de sus captores y desaparecer.

Ante este hecho inesperado, los agentes del Mossad, tomarán la decisión de dar una versión falsa de los hechos a sus superiores.

Explicarán que el criminal nazi capturado fue muerto por uno de sus integrantes al intentar escapar y su cuerpo eliminado.

Eso les convertirá en héroes del Estado de Israel.

Este final ficticio de la misión del Mossad no será cuestionado y será considerado, por los ciudadanos de Israel, como una victoria más de su prestigioso servicio secreto.

A partir de esta mentira se creará un nuevo mito que se unirá a otros ya existentes, para sustentar los pilares del todavía joven Estado de Israel.

Pero las consecuencias personales para los integrantes del comando serán bien distintas.

Dos de los agentes estarán atormentados por vivir esa mentira durante años, de la cual no pueden escapar.

Esta película demuestra cómo se puede crear un mito nacional a partir de un hecho concreto y totalmente falso, el cual no es cuestionado y es considerado totalmente verídico por todo el pueblo israelí, a pesar de la falta de pruebas, pues no hay cadáver del asesino que mostrar.

La acción de matar a un criminal nazi significa vengar a todo el pueblo judío que ha sido víctima del Holocausto y, además al haber sido llevado a cabo por un comando perteneciente a una institución prestigiosa y muy valorada por los israelís, el Mossad, le confiere aún más veracidad y no es cuestionable.

El mito por lo tanto es creado al igual que sus héroes.

ALBERTO MAESTRE FUENTES

DOCTOR EN HISTORIA POR LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA