Shmuel David Luzzatto, una eminencia del judaísmo moderno
El 22 de agosto de 1800 nació en la ciudad de Trieste, entonces bajo la monarquía de los Hausburgos, el gran pensador, comentarista bíblico y lingüista hebreo, Shmuel David Luzzatto, conocido por el acrónimo hebreo ‘Shadal’. Luzzatto se destacó como poeta, filósofo, erudito literario, traductor, y miembro sobresaliente del movimiento de la ‘Haskalá’, la Ilustración judía. Es considerado uno de los primeros grandes intelectuales del judaísmo moderno, además de haber sido líder del Beit Midrash para Rabinos en Padua, Italia.
En su niñez estudió en el Talmud Torá de su ciudad natal, aprendió lenguas y ciencias clásicas y modernas con grandes maestros hebreos de la época. El idioma hebreo lo adquirió con su padre quien, además de ser tornero, era un eminente talmudista.Ya desde su infancia, a la edad de ocho años, Shadal mostró una habilidad extraordinaria en escribir comentarios sobre textos bíblicos, y poemas en hebreo e italiano.
Junto a su dominio del hebreo, italiano y francés, Luzzatto estudió alemán, latín y lenguas semíticas, en las que adquirió un buen dominio, y las utilizó en sus trabajos de investigación. Era un profundo lector de los grandes pensadores de la época, de John Locke, Moshe Mendelssohn, Jean Jaques Rousseau, Montesquieu y otros, sobre quienes escribió con gran admiración.
Fue uno de los fundadores del movimiento Jojmat Israel (el judaísmo como ciencia) en el cual se dedicó a la investigación científico-académica de diversas ramas del judaísmo. Su actividad fue amplia y variada: tradujo la Torá y varios libros bíblicos al italiano, a los cuales agregó comentarios e introducciones en hebreo, compuso poemas, escribió libros de gramática en hebreo y arameo, tradujo el libro de oraciones al italiano, publicó estudios de historia judía, poesía medieval, cábala, oración y pensamiento judío, y editó libros de poesía, biografías y libros de bibliografía.
Su ocupación principal fue interpretar la Biblia de la manera más sencilla, pues consideraba necesario que el pueblo de Israel, en cada generación y especialmente los de su generación, debían tener una interpretación según los tiempos contemporáneos. Tenía la costumbre de cada tres años volver sobre sus interpretaciones y corregirlas, aclararlas y a discutirlas con sus alumnos.
El pensamiento y la consmovisión de Shadal estuvo muy influenciado por las ideas de los grandes pensadores del movimiento de la Ilustración judía y los líderes del judaísmo reformista. Sus puntos de vista combinaban la búsqueda de la verdad del racionalismo con el romanticismo del pasado, unir el orgullo nacional moderno con la inspiración ideológica de los pensadores judíos de la Edad Media.
Shadal le dio gran importancia al conocimiento de la verdad, como base de cualquier acto de investigación o interpretación. En su opinión, un verdadero investigador es aquel que está dispuesto a aceptar cualquier resultado de su investigación, cualquiera que sea, y debe poder desapegarse de él y de las cadenas del prejuicio.
Respecto de la Torá, Luzzatto sostenía que el Pentateuco no obliga a una persona a creer en ideas y dogmas religiosos, sino a observar únicamente los mandamientos prácticos. Shadal entendía el concepto de religión precisamente como un conjunto de instrucciones prácticas, él veía la Torá como un libro racional y comprensible, por lo cual se opuso firmemente al mistisismo de la Cabalá, y también se opuso fuertemente al movimiento jasídico.
Criticó enérgicamente los cambios en la halajá introducidos por la gente del judaísmo reformista. Entendió que la autoridad otorgada por la Torá a los sabios era solo para interpretar la Torá pero no para cambiar sus leyes, como lo entendían los reformadores. Según Shadal, las diferentes opiniones dadas en el Talmud alcanzan para permitir una decisión apropiada para cada caso particular.
Luzzatto amaba el idioma hebreo como el idioma sagrado que supera a todas las demás lenguas. Trató de hablar y escribir en hebreo, impartió sus clases en hebreo y también trató de publicar sus escritos solo en hebreo. Bajo su influencia, se introdujeron reglas en el seminario rabínico de Padua que exigía a los maestros enseñar al menos parte de sus lecciones en hebreo, el estudio obligatorio de la nueva literatura hebrea, y los exámenes de certificación rabínica incluían una prueba oral solo en hebreo y un ensayo en este idioma. Muchos consideran a Shadal como uno de los precursores del idioma hebreo moderno.
En el campo de la investigación, Shadal se ocupó de tres temas principales: gramática, lingüística y literatura. Además del hebreo, sus estudios de lingüística abarcaron a las lenguas semíticas. Aunque la investigación en estos lenguajes era muy limitada en aquellos días, Shadal alcanzó resultados sumamente importantes, pues su investigación abordó casi todos los aspectos del lenguaje. Escribió estudios sobre filosofía del lenguaje, su evolución y lingüística comparada. Aunque en esos días los investigadores aún no dominaban las lenguas ugarítica, acadia, las etíope-semitas y varios dialectos del arameo, Shadal logró sentar las bases para el estudio de la lengua protosemita, además de realizar estudios sobre la lengua samaritana, a partir de los cuales interpretó muchos versículos de la Biblia.
En sus estudios del idioma arameo, Shadal asumió las bases para la existencia de dos dialectos separados en arameo: el arameo bíblico y el arameo talmúdico. Sobre ambos escribió una gramática que fueron traducidas al italiano, inglés, alemán y también al hebreo.
Siempre mostró Shadal una vívida actitud hacia ‘Shivat Zion’, al regreso y asentamiento en la Tierra de Israel. En una carta a Abraham Cohen de 1854, elogia la inmigración judía a Eretz Israel, predica la agricultura y el trabajo manual. En otra carta, de 1848, explica que el nacionalismo judío no aspira sólo a la independencia política del pueblo judío, sino a la independencia espiritual, al desarrollo de la cultura judía y de la Torá. En su opinión, la ocupación de la tierra no es sólo una ocupación de trabajo y dominación, sino una ocupación de oración y espiritualidad. Estas cartas son vistas por algunos como los primeros brotes del sionismo religioso. Shadal tenía serias reservas acerca de la emancipación de los judíos en la diáspora, creía que no había ningún beneficio ni esperanza en la acción para la integración de los judíos en las naciones europeas por la asimilación.
Shadal fue también un gran conocedor de la poesía latina e italiana. En su opinión, la poesía es la sabiduría que incluye todas las demás sabidurías. Por sus investigaciones y traducciones fuera del mundo judío, era miembro del “Instituto Veneto”, un instituto de investigación científica italiano de gran prestigio en su tiempo.
Durante su carrera literaria de más de cincuenta años, Luzzatto escribió un gran número de obras académicas en hebreo, italiano, alemán y francés, publicó cientos de artículos en periódicos hebreos, y mantuvo una relación de intercambio de opiniones e influencia mutua con todos los intelectuales judíos de su tiempo, incluidos aquellos con quienes no comulgaba. Existe una correspondencia voluminosa e instructiva, en la cual no hay ningún tema relacionado con el judaísmo sobre el que no haya escrito. Sus controversiales ideas provocaban que gente de la Haskalá lo considerara demasiado conservador, y los ortodoxos lo veían demasiado innovador.
Shadal fue un maestro dedicado a sus alumnos y buscó formar sus espíritus como judíos que aman a su pueblo y buscan la verdad, ellos a su vez lo adoraban. Sus alumnos son mencionados muchas veces por sus nombres cuando refleja sus comentarios e interpretaciones, y cuando habla con ellos. Sus estudiantes tuvieron un papel importante en la preservación y edición de sus escritos como se conocen hoy.
Shmuel David Luzzato falleció el 30 de septiembre de 1865, durante su vida invirtió todo su dinero en la compra de libros, por lo que tenía una biblioteca muy grande e importante. Por lo general, no le quedaba dinero para publicar sus libros y tenía que financiarlos con donaciones o con el aporte de personas que pagaban por adelantado y se comprometían a comprar copias del libro impreso. Una vez, Shadal se expresó diciendo que ‘estaba dispuesto a entregar su libro al diablo, si éste se comprometía a publicarlo en la imprenta del infierno’. Fue sin dudas una eminencia en los estudios del judaísmo moderno.
Yehuda Krell.
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