El presidente Isaac Herzog, expresó: Hoy estoy aquí ante ustedes, pero no estoy solo. Estoy aquí como un emisario
Estoy aquí como el presidente del Estado de Israel, el Estado soberano y democrático del pueblo judío, el cumplimiento de las plegarias de tantas generaciones.
“Hace poco menos de un milenio, una violenta tempestad envolvió a las antiguas comunidades judías de Alemania. La Primera Cruzada hirió gravemente a estas comunidades judías, dejándolas conmocionadas, en agonía e incompletas. El trauma generó, aquí en Alemania, o Ashkenaz, como la denominaban los judíos, nuevas prácticas de conmemoración”.
“La antigua riqueza de la liturgia judía se complementó con una plegaria escalofriante, que aún recitamos actualmente, a lo largo del ciclo de vida judío: Yizkor. En su desesperación, en su angustia, el pueblo judío se dirigió a Dios y trató de encargarle-de encargarle a Dios-la misión de la memoria. Como si declarara: “Tú, Dios-recuerda lo que no podemos olvidar”
“Con vuestro permiso, deseo hoy, como presidente del Estado de Israel, el Estado del pueblo judío, comenzar mis palabras con la plegaria de Yizkor, que dedico a la elevación de las almas de nuestros hermanos y hermanas, que fueron muertos, masacrados y asesinados por los nazis y sus cómplices.
“Que Dios recuerde las almas de nuestros hermanos, Hijos de Israel, víctimas del Holocausto y sus héroes, las almas de los seis millones de Israel que fueron asesinados, estrangulados y sepultados vivos y las comunidades sagradas destruidas, santificando el nombre de Dios. Que Dios proteja sus almas junto a las de todos los mártires y héroes de Israel desde tiempos inmemoriales, y que ligue sus almas con el vínculo de la vida. Aquellos amados en sus vidas, en sus muertes no serán separados. Que descansen en paz, y digamos Amén”.
“Presidente de la República Federal de Alemania, mi buen amigo, Frank-Walter Steinmeier, primera dama Elke Büdenbender; canciller federal de Alemania, Olaf Scholz; presidente del Bundestag alemán, Bärbel Bas; gracias por el emotivo discurso; presidente del Bundesrat alemán, Bodo Ramelow; presidente de la Corte Constitucional Federal de Alemania, Stephan Harbarth; líderes alemanes, señoras y señores”.
“Hoy estoy aquí ante ustedes, pero no estoy solo. Estoy aquí como un emisario. Estoy aquí como el presidente del Estado de Israel, el Estado soberano y democrático del pueblo judío, el cumplimiento de las plegarias de tantas generaciones. Estoy aquí como un hijo orgulloso del pueblo judío, descendiente de la novena generación del Rabino Shmuel YitzhakHillman, que se desempeñó como Rabino de la comunidad en Alemania, el mismo, descendiente del Rabino Ezekiel Katzenellebongen, el Rabino de Hamburgo y las ciudades aledañas. Estoy aquí, portando conmigo sueños y pesadillas, dolor y alivio, recuerdos de destrucción y renacimiento entrelazados”.
“Pero, por sobre todo, estoy aquí ante ustedes, portando un único imperativo. Uno, que junto a los Diez Mandamientos y “Ama a tu prójimo como a ti mismo” es tal vez, el más sublime, ético y vinculante para todos los judíos: Recordar. El pueblo judío es un pueblo que recuerda. Se trata de parte esencial e inseparable de nuestra identidad. Y así, al pisar suelo alemán, no puedo evitar recordar y recuperar el eterno álbum de fotos de mi pueblo, en el que se encuentran dispersas numerosas imágenes de esta tierra. Imágenes de cumbres. Imágenes de vacíos.”
“Mientras lo hago, quiero hablar con ustedes hoy, aquí, acerca del pasado y del futuro. “Sobre mi mesa hay una piedra con la palabra Amén, un fragmento de una lápida, un resto de un cementerio judío destruido hace miles de años en mi ciudad natal. Una palabra, Amén, está profundamente grabada en esta piedra. Amen, áspero y definitivo, por todo lo que fue y no volverá; Amén, suave y afinado como en la plegaria. Amén y Amén, que sea Su voluntad”. Amichai parece haber intentado, con estas palabras, ponerse de puntillas entre las grietas del orgullo y el dolor, de la historia judía en esta tierra y quizás, salvar el abismo entre la tierra de su nacimiento y su patria”.
Estas palabras fueron escritas por el poeta israelí, YehudaAmichai, un jerosolimitano, nacido como Ludwig Pfeuffr en la ciudad de Würzburg, Baviera. Amichai parece haber intentado, con estas palabras, ponerse de puntillas entre las grietas del orgullo y el dolor, de la historia judía en esta tierra y quizás, salvar el abismo entre la tierra de su nacimiento y su patria”.
“Durante siglos y milenios, Alemania fue un hogar glorioso para nuestro pueblo, un hogar cálido, bueno y fértil, un hogar en el cual el judaísmo floreció en todos los aspectos: la religión, la cultura, el intelecto, el arte de gobernar, la ciencia, y mucho más. En Alemania, surgieron algunos de los líderes rabínicos más importantes e influyentes, en la historia de nuestra nación. Fue esta tierra la que formó a Rashi, el más grande de nuestros comentaristas bíblicos y talmúdicos; fue aquí donde algunos de los mejores rabinos del pueblo judío, desde el Rabino Meir de Rothenburg, pasando por muchos de los Rishonim, como se los conoce, hasta el Rabino Shimshon Raphael Hirsch y el Rabino David Zvi Hoffman, en generaciones más recientes, recibieron su educación”.
“Alemania fue el hogar de titanes judíos de la cultura, del intelecto y de la ciencia, desde Moses Mendelssohn y Abraham Geiger hasta Leopold Zunz y Gershom Scholem; desde Albert Einstein y Paul Ehrlich hasta Emmy Noether; desde Bertold Auerbach y Kurt Weill hasta Else Lasker-Schüller. A todos ellos, hay que agregar también a los pioneros del trabajo social Sidi Wronsky y Cessi Rosenblüth, y por supuesto, también a los líderes sionistas influyentes que crecieron y se desarrollaron en Alemania, entre ellos el Rabino Zvi Hirsch Kalischer, Moses Hess y Otto Warburg. Hubo también muchos otros buenos hombres, en todos los ámbitos de la vida”.
“Aquí, todos ellos crecieron. Aquí fueron educados. Aquí pasaron todos sus años de formación. Contribuyeron a la prosperidad del pueblo judío; contribuyeron a la prosperidad de Alemania. Pues esta tierra, vuestra tierra, está profunda e íntimamente presente, en el ADN de mi pueblo”.
“Pero, señoras y señores, y esto no es un secreto, esta tierra-Alemania-fue el hogar de las más grandes atrocidades jamás infligidas al pueblo judío y a la humanidad en general, a lo largo de los tiempos. Desde los pogromos, los disturbios y los brutales actos de matanza, hasta la destrucción de comunidades judías enteras, que se repitieron una y otra vez durante los últimos mil años, y todo el camino hasta el abismo más oscuro en los anales de la familia de las naciones: la Shoá. El Holocausto”.
“Nunca en la historia de la humanidad hubo una campaña como la que los nazis y sus cómplices llevaron a cabo para aniquilar al pueblo judío. Nunca en la historia, hubo un Estado responsable, como lo fue la Alemania nazi, de la pérdida de toda apariencia de humanidad, del borrado de toda piedad, de la búsqueda de la obliteración mundial, con tan horrible crueldad, de todo un pueblo”.
“Mi padre, de Bendita Memoria, el sexto presidente del Estado de Israel, Chaim Herzog, estuvo entre los primeros oficiales que liberaron los campos de la muerte en Alemania de las garras de la bestia nazi. Nunca olvidaré como me describió los horrores que presenció. El hedor, los esqueletos con pijamas rayados, las pilas de cadáveres, la destrucción, el infierno en la tierra”.
“En 1987 realizó la primera visita de un presidente israelí a Alemania y eligió comenzar su visita en el campo de concentración Bergen- Belsen, cuatro décadas después de que había pisado por vez primera el corazón de las tinieblas allí. Durante su visita dijo, y cito textualmente: “No traigo conmigo ni el perdón ni el olvido. Los únicos que pueden perdonar son los muertos; los vivos no tienen derecho a olvidar”. Así lo dijo, en un legado que traigo aquí, grabado en mi corazón, hoy”.
“Han pasado treinta y cinco años y yo, a punto de concluir mi visita de Estado a Alemania en Bergen-Belsen, en unas horas, deseo repetir aquí sus conceptos, ante ustedes, representantes del pueblo alemán, de todas las facciones, y afirmo: el pueblo judío no olvida. No sólo por nuestra deuda con las generaciones pasadas, sino también por nuestros deberes con las generaciones del futuro”.
“No es fácil. Enfrentarse a los recuerdos, es algo horrible. Es fundamentalmente complejo. Es complicado, dificultoso y doloroso-para los alemanes, porque algunos siempre negarán el pasado, se sentirán personalmente culpables o querrán dejar el pasado en el olvido. Y desde el extremo totalmente opuesto, también es complicado, difícil y doloroso en Israel. Porque, lo queramos o no, la memoria del Holocausto es una parte profunda de nuestra identidad como pueblo; y una nación que arrastra sus recuerdos históricos, sus experiencias de una profundidad tan escalofriante e imposible, no es como cualquier otra nación”.
“Pero a pesar de todo, señoras y señores, aunque no podamos encontrarnos en las llanuras de la memoria, debemos encontrarnos en las llanuras del sentido y del aprendizaje compartido. Darle sentido a la memoria significa tratarla como un imperativo vinculante, como una carga moral, como una responsabilidad. Las divisiones de nuestro pasado no pueden salvarse, pero en nuestro futuro está latente una tremenda responsabilidad, y por ello debe ser un esfuerzo compartido, compartido, por nuestro bien y por el vuestro, porque solo así, solo juntos, le podremos dar sentido a la memoria. Solo los intercambios mutuos, las relaciones más profundas, y los compromisos duraderos entre nosotros, con la libertad, con la humanidad, con la democracia, además de un juramento eterno de lealtad a la independencia y la seguridad del Estado de Israel, al florecimiento del pueblo judío, solo eso garantizara, a ambas naciones, que la memoria tenga sentido. Que sean un ejemplo para toda la humanidad.
“Señoras y señores, la historia ha unido al pueblo judío y al Estado de Israel con Alemania de forma inseparable. En un vínculo de memoria. Un vínculo de sentido. Un vínculo que debe hallar expresión en los ámbitos del pasado, el presente y el futuro”.
“En cuanto al pasado, debemos continuar aprendiendo y ensenando acerca del Holocausto. Investigarlo, sin miedos ni restricciones, mirando de frente a la realidad, tal como es. Librando una guerra sin cuartel contra la negación del Holocausto. Estudiando las condiciones que lo provocaron. No dejar ninguna piedra sin remover. Tratar de entender lo que la mente no puede comprender”.
“En cuanto al presente: la necesidad del momento, que nos obliga día a día, de la mañana a la noche, es que no ignoremos las voces que vomitan odio, ya sea en Internet, en las redes sociales, en las calles, o en sitios del poder político. Debemos declarar una guerra sin cuartel al antisemitismo y al racismo: dura, clara e inflexible. Debemos encontrar la forma para caminar juntos, a la luz de los valores de la paz, la justicia, el respeto mutuo, la tolerancia y la colaboración”.
“En cuanto al futuro, señoras y señores, creo que nuestro deber es también un privilegio, en el pleno sentido de la palabra. La asociación entre Israel y Alemania ha logrado reconocimiento mundial, y debemos seguir profundizándola y fomentándola, en beneficio de un futuro brillante, no solo para nuestros países sino para la humanidad toda”.
“El Estado de Israel moderno es una maravilla de renacimiento y prosperidad, de una contribución transcendental a la humanidad en la cultura, la medicina, el mundo académico, la ciencia y muchos otros campos. Israel ha establecido, durante los años, una sólida asociación con las naciones de Europa, en una gama de disciplinas y cuestiones; y es parte de los esfuerzos para resolver las crisis mundiales, entre ellas, la crisis climática, en la que mi país ha desempeñado un rol altamente significativo en el desarrollo de tecnologías que habrán de contribuir a nuestra enfrentamiento con la misma”.
“Israel, también se ha convertido en un poderoso motor de la cooperación regional en el Oriente Medio. Los Acuerdos de Abraham, que se suman a los acuerdos de paz previos, y a los esfuerzos de normalización, diálogo y acercamiento, han convertido a Israel en el principal impulsor de las relaciones de proximidad, de prosperidad y de un crecimiento sin precedentes en nuestra región. Nunca le temimos a las críticas; nunca hemos impedido las críticas; pero siempre le insistiremos en una cosa a nuestros críticos: que se atengan a la verdad. El acercamiento de Israel a la paz es genuino; nuestras cálidas y profundas relaciones con nuestros vecinos son genuinas; y también lo es el gran valor que están aportando a toda nuestra región y al mundo, esto es genuino”.
“Israel, siempre ha aspirado, y continuará aspirando a la buena vecindad con sus vecinos y a la paz con todos los Estados y naciones del Oriente Medio, y por supuesto también con nuestros vecinos palestinos. Este es un objetivo, colmado de esperanza y fe, al que nunca hemos renunciado ni renunciaremos. Requiere que nosotros, y también los palestinos, miremos directamente la realidad y hagamos todos los esfuerzos posibles para cambiarla por algo mejor. Nuestros vecinos palestinos deben, ante todo, luchar contra el terrorismo y detenerlo de inmediato”.
“Ayer mismo, el presidente Steinmeier y yo, junto con las familias dolientes y otros líderes israelíes y alemanes, conmemoramos el cincuenta aniversario de la horrenda masacre que tuvo lugar en suelo germano, en la que once atletas israelíes fueron asesinados en la villa olímpica de Múnich en 1972. Las organizaciones terroristas palestinas son responsables de esta nauseabunda matanza que violó los valores más fundamentales no sólo de la dignidad humana y de la santidad de la vida, sino también del deporte en general, y de los Juegos Olímpicos en particular. También son responsables de otros atentados no menos horribles, que continúan siendo perpetrados actualmente”.
“En esta ocasión, quiero agradecer al presidente Steienmeier, al canciller Scholz y al gobierno alemán y al gobierno de Baviera, por los esfuerzos que derivaron en el acuerdo con las familias de las víctimas, asumiendo la responsabilidad, comprometiéndose con una investigación histórica objetiva y promoviendo el alivio de las familias dolientes, que llevaran por siempre este horrible dolor en sus corazones. Le agradezco por la emotiva ceremonia de ayer en Fürstenfeldbruck”.
“Señoras y señores, Israel forma parte del esfuerzo internacional a fin de bloquear las fuerzas radicales que siembran el terror, el dolor y la devastación y que pretenden amenazar a todos en el mundo. Incluso en nuestra generación, ahora mismo, las oscuras fuerzas del odio, lideradas por Irán, amenazan no solo a Israel, y no solamente la estabilidad en el Oriente Medio, sino el propio orden mundial. Aquí, en este importante marco en Berlín, solicito a la familia de las naciones que trabaje con firmeza y asertividad contra Irán y sus planes para desarrollar armas nucleares”.
“La posesión de armas de destrucción masiva por parte de Estados miembros de la ONU, que convocan de manera diaria a la aniquilación de otro Estado miembro de la ONU, es simplemente inconcebible. Las amenazas y los intentos de aniquilar a Israel son inconcebibles. La directriz debe ser clara: un Estado que niega el Holocausto, un Estado que actúa por odio y beligerancia, un Estado que amenaza el derecho a la existencia del Estado de Israel, no puede firmar acuerdos que solo lo envalentonan, no puede recibir coimas o fondos, no puede recibir concesiones, bajo ninguna circunstancia”.
“La comunidad internacional debe estar del lado correcto de la historia, establecer condiciones claras, imponer sanciones feroces y vitales, crear una barrera impermeable entre Irán y las capacidades nucleares-debe actuar y no retroceder. El Estado de Israel se defenderá a si mismo por todos los medios necesarios contra las amenazas que pesan sobre él y sobre sus ciudadanos. Insto a todo el mundo: no se queden de brazos cruzados”.
“Distinguida audiencia, líderes y representantes electos de Alemania-Alemania y el pueblo alemán construyeron un estado y una nación ejemplares después de la Segunda Guerra Mundial y lo han hecho de un modo inspirador. Alemania ha alcanzado renombre y se ha convertido en una potencia económica y de seguridad líder y responsable, un motor del intelecto y la cultura; un impulsor de un momento sin precedentes en Europa y en todo el mundo. Alemania es una potencia líder y central en Europa y en la OTAN, hecho que se refleja en su apoyo a la paz y la integridad de Ucrania. Estoy persuadido de que Alemania será un actor principal en la salida de la terrible tragedia que aflige al pueblo de Ucrania y todos esperamos que su sufrimiento termine lo antes posible y que la estabilidad y la paz retornen a Ucrania y a toda Europa”.
“El trabajo innovador de Alemania en el campo del bienestar social, basado en una comprensión avanzada del mundo, y sus contribuciones a la igualdad, al cuidado de los débiles y al desarrollo de una infraestructura social impresionante, respetuosa y solidaria para todos aquellos que la necesitan, dirigieron una agenda de humanismo y dignidad humana que ha arrasado con Europa y ha ganado aplausos en todo el mundo. El digno estatus de la Alemania Democrática en la familia de las naciones, que la ha convertido en uno de los líderes predominantes del mundo libre, es fruto del éxito y sobre todo, del compromiso-con el pasado, y no en menor medida, con el futuro de la humanidad”.
“Alemania ha demostrado dedicar grandes esfuerzos a la conmemoración y el recuerdo, mientras trabaja plenamente en los ámbitos de la innovación, el emprendimiento, la ciencia, la tecnología, y la investigación-en cada disciplina de la que depende nuestro futuro. El Estado de Israel está orgulloso de su asociación con Alemania y aprecia enormemente la profunda amistad, la audaz alianza entre nuestros países y las contribuciones de Alemania a la seguridad y prosperidad de Israel”.
“Confió plenamente en que nuestros valores compartidos, y la profunda amistad entre nuestros países, contribuirán aún más al fortalecimiento de nuestra asociación a lo largo de la travesía que Israel y Alemania están realizando juntos, mano a mano, hacia un futuro próspero colmado de esperanza”.
“Distinguido público, el poeta Israelí que cité anteriormente en mi discurso, Yehuda Amichai, cuyo apellido significa literalmente “mi pueblo vive”, culminó su antología volviendo a ese fragmento de la lápida de su ciudad natal en Alemania, que se halla sobre su escritorio en Jerusalén. Al concluir, quiero citar nuevamente un poema suyo y ofrecer una plegaria, para que sus palabras sean una piedra angular para nuestra asociación, alimentada por el pasado y el futuro por igual. Así escribió: “Esta piedra apoyada en mi escritorio me reconforta; una piedra de verdad que no puede ser derribada; una piedra de más sabiduría que todas las demás piedras, una piedra de una lápida rota, más completa que la integridad misma. Una piedra de testimonio para todo lo que ha sido y para las cosas que siempre serán, una piedra de amor y finalidad. Amén, Amén que así sea”. Gracias a todos”.
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