Giro en la guerra de Ucrania

En apenas cuatro días, en una campaña militar fulminante y ante la huida precipitada de los soldados rusos, el ejército ucraniano ha logrado recuperar la provincia de Jarkiv, en el noreste del país. Mientras tanto, la contraofensiva sobre Jersón, en el sur, continúa presionando. A todo esto, Vladímir Putin actúa como si nada ocurriera, haciendo inauguraciones y aparentando normalidad.

Es muy probable que lo que estemos observando sea una combinación de 1) el resultado del entrenamiento y las armas que la OTAN le está brindando a Ucrania, 2) el colapso logístico y el desmoronamiento moral de las tropas rusas, 3) la urgencia del presidente Volodýmyr Zelensky por lograr una victoria militar antes del invierno y de que haya cansancio en Europa occidental, 4) los resultados catastróficos de un régimen y el alto mando del ejército ruso que se concentraron en expoliar sus recursos y presupuestos, desviando los fondos hacia sus propias cuentas bancarias en el exterior. La profunda desazón que se advierte en los influencers rusos que apoyan la invasión, cuando estamos transcurriendo el día 201 del inicio de hostilidades, es otro signo de que la fortaleza moral se está desmoronando en el frente ruso.

La guerra continuará aún varios meses, si no es que años. Pero la atmósfera ficticia de la aparente normalidad, presentando a la guerra como una “operación especial” que no perjudica la economía, el estilo de vida y a la defensa, ya es imposible de sostener. Todavía es temprano para suponer que Putin puede ser removido del poder, ya que ello sería una manifestación abierta de debilidad para propios y ajenos,

El General Invierno, esta vez, jugará a favor de los ucranianos.

Por Ricardo López Göttig.